viernes, 19 de junio de 2009

el tiempo no alcanza

Me levanté recién a las diez, hecha mierda por acostarme muy tarde y pasar una muy mala noche. Diego por algún motivo me confiscó el reloj y ni siquiera sé la hora ni cada cuánto me levanto. Eso sí: certeza de que muy seguido. Me bañé, le di de comer, me vestí, desayuné, chequé los mails, chatié con Merin y me tuve que ir a comprar el regalo del día del padre. Busqué a Simi temprano, vinimos, comimos, vino Carmen que quería platicar, salí a caminar con el bebé y justo me interceptó la otra Carmen, vecina de al lado. Tuve que entrar a la casa, quedarme unos minutos porque le había comprado un regalo a Milo (no sé bien por qué, ya me había dado uno en el baby shower y ella me prestó el huevo por lo cual el regalo se lo tengo que hacer yo). En el medio hablé con María, iba al club a nadar y allí fui con los dos menores, Simi se quedó en lo de Carmen (la primera) y todavía no volvió (le encanta estar con sus amigos grandes- once y trece-) y está aprovechando porque en veinte días se van. Muy triste. También se va Pau, ayer estuve lloricosa todo el día. Y eso que hace semanas que no la veo, trabaja demasiado. La muerte y las despedidas me dan mucha pena. Obvio, ya lo sé. Pero yo, que parezco un pescado frío, ando lloriqueando cada dos por tres (seguirá el puerperio? no tengo ni idea de cuánto dura). También casi se me escapa un lagrimón con el regalo del día de la madre del colegio de Coco (nos lo dieron recién hoy por la influenza, fue el 10 de mayo). Además de una bolsa de tela con formas hechas con sellos (seguramente de papa o semejante), nos dieron una suerte de cartel con las manos impresas y un poema que dice:

My hand is small
and fits in yours.
Hold it while you can
for soon I will be
a man.

Escrito por él. Golpe bajo, loca. Ando con las hormonas revolucionadas y despidiéndome de gente muy importante para mí.

¿Qué hago acá? Tan lejos de mi familia. Es el día del padre y mi papá está lejos. Y fue el cumpleaños de mi abuelo. Y mis amigas pariendo. Y yo, perdiéndome todo. Muchas veces me pregunto por qué. Si, para mí, lo único importante es eso.

En fin.

Ahora en la compu. Milo llora desesperado y yo quería trabajar. No me dieron las fuerzas ni para cambiarme la remera que me vomitó hace un rato.

Así de agotadas las cosas.

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