viernes, 12 de junio de 2009

se termina la semana, nomás

Ayer hubiera querido llorar en el probador de Zara. Es feo ser gorda pero mucho más feo es verse en el espejo con esa luz. No tienen derecho, habría que prohibirlas. Me probé tres y pensé que de verdad iba a hacer un escándalo en el probador pero no, salí, busqué un poco más y encontré uno que, aunque corto, tapa todo lo que tiene que tapar. Es negro, sencillo y sin pretensiones. María me prestó unos aros, hoy fui a Walmart a comprarme unas leggins y Xime me prestó sus zapatos de taco (creo que no me entran, si no, me prondré unas sandalias que tengo hace mil años). También me compré una base y una crema exfoliante (tengo el cutis a la miseria desde hace meses, supongo que problema hormonal). Nunca uso base, me da impresión tapar los poros y que queden sucios pero una boda tan formal creí que lo ameritaba.

Ayer fue un día agotador. Hace mucho que no me sentía así. La noche no fue particularmente reparadora y una vez más, no me paré a preparar a mis hijos para la escuela, parece que entre Diego y Jose se las arreglan perfectamente bien. Igual, a las ocho y media ya estaba desayunando, después me teñí el pelo, edité una nota, alimenté a Milo, me bañé y me fui con él al super. Después pasamos por lo de Xime y de ahí a tomar un café con Andrea. Buscar a Tita, buscar a Coco y volver a casa. Comimos y en breve nos iremos al club, el día está divino y hace mucho calor así que aprovecharemos para nada. Mañana tengo hora para hacerme manos y pies (en realidad creo que sólo podrá ser una de las dos) y depilarme las cejas. Afinación y balanceo total.

Estoy muy cansada pero bien. Ando contenta, tranquila, en mi piel. Parece mentira. El agotamiento puede contra cualquier otro mood.

En fin.

Así las cosas. Movidas

(Simón está feliz con el conteo de las ciento cinco canciones del rock mexicano, sus super favos: Cafe Tacuba y Fobia, de a poco se va volviendo más rocker).

No hay comentarios.: