domingo, 28 de junio de 2009

votación, cansancio día gris

Tita mira tele (ya no tengo principios), Simón juega con un amigo en su cuarto (volvió el furor Lego) y Milo duerme en su carreola, muy cerca mío. Son las tres de la tarde, amanecí muy temprano al margen de mi voluntad, le llevé el desayuno a los chicos al cuarto, los bañé, cambié al bebé y sin hacer las camas, me fui al club. Simón insistió con amigo y yo accedí, a pesar de la hueva. Les hice ñoquis, ya lavé los platos y estoy destroy. No, no voté, ni se me ocurre hacer cambio de domicilio y empadronarme. Fiaca. Además, por suerte no voto, me parece un delirio todo. Igual, votaría por Polino. Creo que la última vez también voté socialista. A Pino no lo soporto, además, como diría mi abuelo, es antisemita. De los demás, ni hablo.

Desde el viernes, la dieta se me fue a la mierda. Me odio por eso. Mi fuerza de voluntad flaquea y me doy vergüenza.

Ah, Diego filma por eso estoy sola con todos. No está nada bueno estar sola. Lo extraño.

Aburrimiento. Soledad. Elecciones.

Debería estar en lo de mis viejos, tomando el té y mirando resultados. Pero estoy acá.

En fin.

Así de lejanas y solitarias las cosas.

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