domingo, 14 de junio de 2009

Pachuca, Hidalgo

Partimos ayer al mediodía. Con todas las cosas para la fiesta, todos los hijos y Jose. Llegamos bastante rápido porque es relativamente cerca, teníamos reservado el hotel, dos habitaciones interconectadas. Jose casi se nos muere de la emoción de estar en un hotel así. Comimos en Sanborns, nos cambiamos y salimos para la iglesia que era a 25 kms, en un pueblo llamado Zempoala. La ceremonia bien, no sé, no vi mucho pero era un lugar antiguo, con luz de día (mucho mejor que empiece a las seis de la tarde). La recepción era a dos cuadras, en una haciendo antigua también, muy linda. Fuimos todos, comimos muchos de los camarones gigantes que pasaban en las bandejas (eso sí, era lo único que había, raro) y al rato partimos para dejar a los hijos mayores y Jose en el hotel y de vuelta, con camino, a la fiesta. La pasamos super bien, el lugar era divino, todo de buen tono, lindo pero a la vez sencillo. Los novios felices (no sé si alguna vez vi novios tan contentos), comimos los tres platos más postre (dejé la dieta por el fin) y después dejamos a Milo a un lado de la pista y nos pusimos a bailar, los dos, sin haber tomado ni una gota de alcohol. Concluimos que somos unos padres muy pilas, comimos chocolates y Diego quesos que había en una mesa (las barras estaban buenísimas, la gente recién empezaba a tomar) y a las once y media (lo genial de que empiece temprano) nos volvimos. Dormí pésimo, obviamente el estrés al que sometimos al bebé en algún momento se paga) pero a la mañana hice fiaca, mi marido le pidió a los pequeños el desayuno en la habitación, se comió cada uno su plato de hotcakes con chocomilk y él unos mega huevos, nos dimos una ducha todos y nos fuimos a un pueblo que está cerca que se llama Real del monte, un pueblo minero bastante lindo. Caminamos un poquito, Diego llevaba al bebé en la mochilita y llevaba (Milo, no Diego) un gorrito de lo más Gilligan que lo hacía más simpático todaví de lo que es. Comimos pastes (una suerte de empanada de hojaldre con rellenos demasiado picosos para mi gusto), unos very tipical dulces y nos volvimos. Los chicos se portaron perfecto sólo que Simón en el camino de vuelta se enculó y está insoportable.

Un super buen finde, creo que Jose fue una de las más contentas.

Así de paseanderas las cosas.

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