¿qué onda conmigo?

Estoy segura de que había escrito todo un post sobre la nostalgia, los amigos, lo que soy acá y no quiero ser (digo, no me interesa tener un auto lujoso, ni usar ropa de marca ni esas pavadas) y ya no está. No tengo ni idea de si nunca lo publiqué, si lo borré, si anda mal blogger o qué.

Malísimo.

Y preocupante.

Por lo demás: nada. No pasa nada. Hoy tenía una junta pero pasó para mañana (nah, en realidad, no era una junta era una simple pasada por la editorial pero démosle un status un poco mayor).

No fui a la inauguración de la pintura símil Rufino Tamayo que hizo Coco en la escuela pero lo mandé a Diego, yo la voy a ver en cualquier momento y con el padre fue más que suficiente.

Me duermo muy temprano. Camilo se despertó poco, creo. Marido dice que tengo mejor cara (es decir, menos ojeras).

En el post perdido hablaba de mis amigos, de sus intereses comunes a los míos, de los hijos que todos están teniendo, de las ganas de tener un espacio grande en Buenos Aires donde juntarme con ellos y los críos y escuchar música. Todo porque el viernes a la noche, marido e hijos mayores se pusieron a ver videos en youtube. Y yo me reía, ya en la cama, de los comentarios que hacían. Son graciosos los chicos. Y cantaban (el tema preferido de Roberta es LIfe is life y lo canta a voz en cuellos).

Bueno, me extendí, como siempre, sobre la nada misma.

Me voy a cambiar y vamos a ir a caminar con baby. Tan divino y con dolores de panza él. Es un sol.

Así de sin novedades las cosas.