Pareciera. Lamentablemente. Pasó el cumple de Xime, el baby shower de Pau, ya terminan las clases, mañana es el festival de Roberta (baila disfrazada de hawaiana), el viernes la graduación de Simi. El finde pasó sin pena ni gloria, el sábado club, comer sobras, ver He´s not that in to you (una muy buena intención completamente desperdiciada) y después, el Vive latino en la tele. No, nada más. Ayer club con los chicos un rato y después me eché toda la segunda temporada de Californications. También skypié bastante con mis hermanos que estaban en lo de padres y a las diez y media llegó Diego desalentado. Le duró poco el entusiasmo y volvió el lechuguismo. Quisiera tomar distancia de esos sentimientos pero no me sale. Todo vuelve a tener esa pátina opaca y preocupante que tan mal nos hace.
En fin. Camilo durmió como el orto, bah, a partir de las cuatro menos cuarto no durmió más y yo con él. No descansar no ayuda, estoy medio destroy. Y no mucho más. Tengo que ir con urgencia al super pero ya no llegué así que me voy a poner a cortar zuccini para la comida y a sacar los bifes del freezer.
Es obvio por qué necesito un poco más de rock, hace más de siete años que mi vida es esto.
Ni modo.
Así las cosas.
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