lunes, 22 de febrero de 2010

de cuando te enterás que estás embarazada

Uhh. ¿te acordás Fer? Te llamé desde el baño de casa. Ya había llamado a Diego y después a mamá. Y después, descolocada, marqué tu teléfono y te conté. Fuiste buena, te alegraste. Me tiraste la buena. Te lo agradezco eternamente. No fue poco. Para nada. No lo podía creer. Tenía 23 años. No lloré. No entendía. Diego vino y bajé con la tirita del evatest. Se la mostré. Era tan joven. Tan. Inmadura. Sentimientos encontrados. Quería matarme y a la vez me parecía increíble. Raro. Especial. Diego dijo que quería tenerlo y yo acepté. Estaba muy enamorada. Lo conocía hacía cuatro meses. Y uno sólo neto de estar juntos. El decía que había que esperar. Que hasta que los análisis de sangre no dijeran que sí, no había nada. Fui a la facultad con Lau, me cedió el asiento del colectivo. Cursábamos Brasileña y Portuguesa y yo le quería decir a todo el mundo que yo ya no era la misma. No es lo mismo tener un hijo que no tenerlo.

Después quería perderlo. Me preguntaba por qué a la gente le costaba tanto embarazarse y a mí me había pasado eso. Era injusto. Pero no lo perdí. Se quedó ahí, agazapado, a pesar de la pastilla del día después. No funciona. No es abortiva.

Ahora me alegro por amiga recién embarazada. Cuánto miedo, te entiendo. Pero es lo más. Los hijos sólo suman. Te vuelven otra cosa mejor. Y los partos son lo máximo. Si no tuviera que pasar el embarazo que tan mal me pega y después criarlos, pariría mil veces.

Hasta los 22 pensé que no iba a tener hijos. Eso de que el mundo es una mierda y del contrato ab eternum me desalentaban. Después te enamorás y pensás que el mundo es igual, tengas o no hijos. Y que sí, es un contrato de por vida pero que esa es la gracia. Y seguís teniendo hijos. Y la angustia existencial se deshace, como por arte de magia.

Está bueno.

Disfrutalo. Pasa una sola vez.
Copado.
No sabés la pena que me da que eso ya haya pasado.
Así las cosas.
Reproducción extendida.

1 comentario:

Valeria dijo...

Es cierto lo de los partos, pueden ser magicos. Lo complicado viene despues.