martes, 2 de febrero de 2010

¿en dónde estuviste?

Llevé a los chicos al club. Me compré un café y me senté en las gradas de la cancha de tenis, bajo un cielo de tormenta, a ventilarme. Simón le está pegando bien. Me alegra. Pero es, en todo sentido, muy aparato. No soy una madre paciente. Igual, no lo miré mucho. Me puse a pensar. Y a cantar. Siempre pienso que yo no hice nada. Cuando la gente me dice que tengo tres hijos, me parece ridículo. Cualquiera tiene hijos. Y los cría. No sé, es natural. Pero después pensé que yo hice otra cosa, claro. Monté una empresa con mi marido, trabajé mucho, me quemé la cabeza a la par y un día me echó, afortunadamente y volví a otro camino.

Me hizo bien el aire libre aunque no pude concluir nada. Gente que se me escapa, a mí, que solía entender mejor el comportamiento humano. Ahora ya no.

Después volví y seguí charlando con Lean hasta el último minuto. Me dio mucha pena que se fuera. De verdad. Hace años que no disfrutaba tanto una visita. Me gustan los secretos que compartimos.

Después chatié con coachie. Me tira la posta y yo le digo que entiendo con delay. Demasiado delay. Se puede derrapar.

En fin, chicos.
Así las cosas.
Con recambio.

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