sábado, 20 de febrero de 2010

recobrar la paz

No lo logro. Pero lo intento. Dejar la dependencia a la red. Por ejemplo. Abro todos los diarios juntos, me gusta comparar los titulares. Leo alguna nota. Veo los mails. Pienso todo el tiempo en una trama imposible. Duermo bien. Milo ya duerme toda la noche. Se despierta a las 6am para tomar una mamila que preparo dormida.

Simón, Roberta, Jobis y Diego hacen un desayuno potente.

Me saqué muchas fotos en pelotas. Nunca lo hacía, no sé por qué. Me sobran tres kilos. No tengo voluntad para adelgazarlos, esa es la verdad.

Es sábado. No sé qué haremos. Diego otra vez me dice que tiene junta con el ingeniero. Le digo que no. Que basta.

A la noche tenemos boda y llega Ale. Por seis meses. Qué raro.

Padezco la incomodidad de siempre. Un desajuste adentro, sí, sí, cerca del plexo solar pero un poco más abajo. Porque no es angustia. Es otra cosa. Horrible. Informe.

Así las cosas.
Bien y mal.
Como siempre.

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