martes, 23 de febrero de 2010

de las relaciones humanas

(Domitila, no te hagas cargo POR FAVOR)

Cené galletas cubiertas con chocolate. Cualquiera. Me empaché. Subí a la cama, leí. Estaba cansada. Die vino después. Apagué la luz y me dispuse a dormir. Pero no. NO. No podía dejar de pensar. En un montón de cosas diversas. Y una de las cosas que pensé fue sobre las relaciones asimétricas. A mí hay gente que últimamente me saca sentimientos exhuberantes, tropicales. Como el clima porteño. Hay gente con la que tenés situaciones parejas, das y recibís por igual. Suelen ser las mejores relaciones, las más sanas y las más divertidas. Escuchás y sos escuchado. Generás cosas buenas y te las generan. En otras sos sólo dador. Entregás energía, cambio, renovación. Oís. Ayudás. Pero no recibís nada. Nunca. Y en otras, por el contrario, sos el receptor. Al cien por ciento. Pensé en mí. Sobre la pasión. Y no sexual. Sobre la gente y los tropos. A veces uno le confiere al otro una autoridad. Un espacio. Y no importa tanto lo que diga sino el aura que uno mismo le ve. Le concede. A veces el matrimonio pierde pasión y no hablo de la cama. La libido que se reparte. Antes puesta completamente en la relación y ahora dispersa. Es un poco un duelo. También. Aunque conlleva tranquilidad. Menguan las peleas. Pero también todo es más frío. En fin. Entre un pensamiento semejante y el otro se me fue la noche. Y se hicieron las tres de la mañana y la contentez le dio paso a una leve angustia. Abrí la ventana. Entré en el sopor incongruente pero no descansé. Fueron pocas horas. A las siete menos veinte me levanté para preparar a Coco. Y ahora hago tiempo. Voy a ir al gym. Y a las doce tengo piano. No estudié NADA. Desastre. Por ahí ahora un ratito. No sé si va a funcionar.

Por el resto bastante bien.
Todo se ordena. Cuando uno mejora el mood.
En fin, chicos.
Así las cosas.
No siempre es un tome y daca...

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