martes, 16 de febrero de 2010

no puedo ni darme el lujo de deprimirme en paz

Hace mucho tiempo que no estaba así. Mal. Total y completamente para atrás. Sin ánimo de nada. Lechugueitor. La última miseria.

Marido en su vorágine mucho no percibe. No puedo mucho. No pasa nada. No importa.

Sólo que.

Además, me enfermé. El dolor de garganta no ceja. Me llaman de la escuela de Tita a las 12. Le duele la panza, venga a buscarla. Uish. Hoy me toca ir por los grandes a las 2, esto es un delirio. Hacer tiempo sintiéndonos mal. O subir y bajar (sintiéndonos mal). Llamo a marido. Me vomita problemas. No puede ayudarme. Es más, tengo que ayudarlo yo. Soluciones bancarias, como en otra época. Ya había salido corriendo al banco antes porque no me alcanzaba para pagar la afinación del piano. Busqué a Tita. Volví. Moví plata. Volví a bajar. Comí. Me fui al banco. Me peleé un poco. Y volví a hundirme en la cama. Me duele todo. Garganta, cintura, espíritu. Mucho. Todo me sale un poco mal. Ser yo.

En fin. Ahora tengo que ayudar a Simi con un tp sobre los juegos olímpicos de invierno.

Así las cosas.
Gris topo.

1 comentario:

Imaga dijo...

conozco tanto ese lugar...