martes, 22 de junio de 2010

en tu cabeza hay un gol

Fui a la oficina, plena de argentos y pizza, grité, molesté, comenté, como una minita inaguantable. Con eso solo, ya fui feliz. El gordo, saludando a los jugadores, saltando, me llena de alegría. Soy tan tan fácil.
Bueno, eso.
Te lo quería contar.
Así las cosas.
Exististas (y palermeras porque yo pedí, a pesar de ser de River, que lo pusiera, para algo lo llevó).

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