miércoles, 3 de junio de 2009

a templar el espíritu

El reflujo en los bebés pone a prueba toda la tolerancia con la que uno puede contar. Es en el único ámbito de mi vida que tengo la mayor paciencia pero lamentablemente, por algún lado sale el cansancio. El pobre Camilo no tiene paz, ayer a la tarde recién estuvo un poco mejor pero cada vez que come es un problema, le duele la panza y chilla con todas sus fuerzas, te da mucha pena e impotencia. La noche fue otra vez dura pero no tanto, se despertó a las once (yo pensé que era tarde en la madrugada), a la una y media, a las cuatro y a las seis y veinte. Sí, medio un calvario pero ni modo, es lo que toca. Por eso me había acostado bien temprano y a las diez estaba profundamente dormida. Hoy no me levanté a desayunar con los chicos, es eso, todo no puedo y alguien se resiente. Estaban los tres en la cama y me impresionó lo parecidos que son, todos cortados por el mismo sacabocado. De todos modos, a las ocho y media estaba en Chedraui comprando fruta y verdura (había muy poca verdura), llegué, como el bebé dormía me fui sola a caminar media hora, volví, alimenté pequeño, me bañé con chillidos de fondo, di remedios y ahora me dispongo a trabajar con él a upa (no hay otra forma de que se calme). Al rato buscar hijos, viene Xime a comer y a la tarde, Lau con cría.

No puedo escribir más con bebé encima.

En fin. Así las cosas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Al bebe lo tienes que poner sentadito a unos 45ª despues de comer, incluso puede dormir asi, no le va a pasar nada ,( no totalmente acostado ) vas a ver como mejora.