sábado, 5 de febrero de 2011

clase de zumba y verdades reveladas

Últimamente recibí por varios flancos reproches en cuanto a mi exagerada autorreferencialidad. Lo comprendo por un lado y me sorprendo por el otro. ¿De qué se supone que voy a hablar en un blog que incluye el pronombre "me"? No sé. El estímulo externo es bastante escaso. En la vida real le dedico mucho más tiempo a escuchar que a hablar de mí. Creeme o no me creas. Claro que todas las relaciones son asimétricas y en algunas soy principalmente escucha y en otras escuchada.

En fin.

La mitad de la clase de zumba me la pasé mirándome al espejo y pensando en si soy una gordi sexy o una gordi a secas y me di cuenta de que solo soy gordi sin atractivo. Me pregunté por qué durante años pensé lo contrario y me sorprendí de mí misma, suelo ser en extremo realista. Se ve que quise engañarme. Cuando no sos linda ni sos brillante te queda ser buena o simpática o ambas. Claro.

Por favor: evitemos siempre los consuelos. Pocas cosas me deprimen tanto como los halagos y los consuelos. No los creo. Cosas que me molestan sobremanera: la falta de inteligencia, la falta de sentido común, la falta de sentido del humor (ay, ay, ay), la deshonestidad, la falta de conexión (el mundo está plagado de gente que no escucha, que sigue por su carril y eso me produce una angustia infinita) y la maldad. La pequeña maldad es la peor, la de cabotaje, la de la gente que tira la mala por default. Me brota. Ser bueno es gratis. Tirá la buena, loco/a, no hay nada peor que ver a alguien disparar los dardos del rencor y el resentimiento. Apesta. Y aburre. Una cosa es reírse cómplice, ser malo de a dos, de a tres, en grupo numeroso, consensuar en la maldad y otra muy distinta es ver a alguien destilar su veneno en soledad, revisiténdose de una autoridad que nadie le ve.

Más en fin.

Padres se fueron a pasear. Marido e hijos mayores están en el club, comeremos en algún lado todos juntos y luego iremos a ver la última función del Festival Oniris. Bien por la asistencia perfecta.Y bien por la genia de Ile que lo organizó, sola de toda soledad.

No sé si tomarme o no un capuchino frío. Me caen bastante como el orto. Y ayer vomité horriblemente.

Bueno, chicos.
Así las cosas.

2 comentarios:

Carolina Esses dijo...

Otro halago, antes de ir al cine y dejar a mis niños con la babysitter. Tu blog es bastante adictivo. Y sí, es autoreferencial, claro; pero está genial. Dicen que el blog ha muerto, o va a morir, no lo sé, lo cierto es que vos encontraste una manera de contar tu vida cotidiana que atrapa. Es como que le encontraste el ritmo al soporte y a la narración. Qué importa que uno lea diariamente, mensualmente o de vez en cuando, el flujo (qué fea palabra) narrativo está ahí y uno lo agarra cuando quiere. Como una novela por entregas constante. Yo, compro. Un beso!

JB dijo...

Carolina!

Muchísimas gracias por todos los halagos! De verdad.

Besos