martes, 22 de febrero de 2011

sobre la reserva, la intimidad, el sufrimiento y el conocerse

Ayer a la noche leí un artículo que versaba sobre la timidez. En realidad, era una crítica de libros pero leí solo la introducción y el resto lo sobrevolé y  decodifiqué el tema como reserva. Porque en la adultez pienso que no se és tímido sino, a lo sumo, hosco, reservado, antipático o silencioso. Pero son matices sin importancia. En realidad, me hizo pensar en si de verdad la falta de exhibicionismo es un valor y supuse que sí. Claro que me dieron ganas de cerrar todo, soy muy sensible a ese tipo de observaciones aunque no estén dirigidas a mí. Me hago cargo, quiera o no.

Y justo hoy chateaba con coachie y hablamos sobre contar o no intimidades y lo que eso provoca. A la mañana, mientras luchaba con un cajón trabado y sacaba por una rendija mi pantalón de gimnasia, pensé qué poco llega a conocerse uno de verdad, somos insoldables hasta para nosotros mismos y ni hablar de los demás. Todo lo que uno pueda decir es inacabado. Hace un rato, mientras pseudo miraba a los chicos en la clase de tenis, intentaba escuchar a marido vía celular y le arrancaba nísperos a Milo de uno de los árboles, empecé a leer un libro que se llama Historia de un matrimonio que pareciera también tratar sobre el desconocimiento marital y pensé en cuán poco llega uno a conocer al otro por más intimidad que establezca. Soy completa y absolutamente incapaz de reconstruir qué piensa mi marido sobre la mayoría de las cosas.

Yo, que parezco contar tanto, soy bastante introvertida y no me explayo sobre lo que de verdad pienso con cualquiera. Es más: con casi nadie. O muy pocas personas y no necesariamente las más cercanas. O al menos físicamente hablando. Y lo relacioné con el sufrimiento, ese pozo oscuro que de tanto en tanto me abduce de una forma indecible y que antes, cuando era chica, pensaba que me enaltecía y con los años solo puedo pensar en evadirlo con toda la fuerza de la que soy capaz. No, el sufrimiento no es profundidad y si lo es, no sirve para nada.

Tal vez, algún día, cuando vuelva a vivir a Bs As, si eso de verdad es un horizonte de posibilidades real, borre todo, todo lo que ahora existe deje de existir y la realidad se vuelva solo acto y no ceros y unos combinados infinitamente para que cualquiera, en cualquier lugar del mundo, tenga acceso irrestricto.

Ah, en lo concreto: tengo un malhumor incontrolable.

Sigo leyendo.
Así las cosas.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Leo este blog desde hace años. De todos los que en algún momento leí, es el único al que siempre vuelvo.
Es pura vida! Vida pura,

felicitaciones, JB

angela dijo...

Hola, igual que Lupe, hace años que te leo y siempre vuelvo!!!


Besos

angela dijo...

Igual que Lupe, hace años que leo y es el único al que siempre vuelvo.

JB dijo...

gracias chicas!!!!