domingo, 27 de febrero de 2011

domingoooooooo

Marido se fue a jugar tenis temprano. Ninguno de los mayores quiso ir pero advertí que ni tele ni compu ni Wii. No quieren aire libre, ok: juegan. Se acaban de bañar los dos solos, Tita le hace una manualidad a su tía por la boda, Coco da vueltas, Milo duerme y yo termino de chatear con coachie después de dar una leía general por diarios varios. La realidad internacional me abruma. La realidad política y económica argentina me desespera y desalienta. Prefiero no leer. El exceso de información que te abre la red me angustia. Mi desinformación en profundidad me avergüenza. 

A la noche me quedé dormida ni bien empezó Cocaine Cowboys, la segunda, la de LA. La otra la vimos hace un par de años. Toda torcida sobre marido que, a todo esto, a la mañana me dejó un chupón en el cuello como si tuviéramos 18.  Tila me lo vio cuando pasó para postrear...cualquiera. Comimos en La Ostra los cinco y después caminamos hacia La creperie, marido tenía antojo de dulce pesado y pedimos fondue de chocolate y crepa de cajeta (lo que viene a ser una suerte de dulce de leche pero hecha con leche de cabra). Cerdos infames. No me contuve y así estoy: gordich. La gordura me produce un malhumor espantoso pero...me hace más sexy. Un efecto rarísimo de redondeces renacentistas. Me crecen un touch las tetas y despido otra fragancia, creo. Igual: no tiene importancia.

Tampoco sé si este malhumor extremo y el fastidio despiadado se relacionan necesariamente con los kilos de más. ¿Qué será? No sé pero se me salta la cadena con una facilidad insoportable. Veo la furia venir y no puedo contenerla. Grito. Me pongo nerviosa. Me transformo. Creo que es angus, ya lo dije. Pero tampoco sé bien. Uf. Hasta coachie me admite que estoy de la cuc, le pido que me diga putita thai, que lo extraño. Imaginate.

Tenemos asado at home. Gente nueva. Bah, el reencuentro de marido con su coequiper dj de la adolescencia.

Voy a bañarme y debería hervir unos papipes y hacer una ensalada criolla pero creo que primero voy a terminar el libro. A veces pienso que la gente dice que hace cosas que no hace. Por ejemplo: leer. Y yo no lo entiendo. Bueno, tampoco importa.

Así las cosas.
Domingueras.

No hay comentarios.: