martes, 15 de febrero de 2011

paso rápido

Hola sí, qué tal, soy la que se estresó y durmió pésimo, despertándose cada hora, con una angus medio estructural. Nah, por pavadas, nada importante de verdad pero viste que la vida a veces se te va un touch de las manos: bueno, eso. El cumple, el trabajo, las actividades, etcétera, etcétera. No me quejo, lo prefiero. Marido a mil mil, ultra cansado. De hecho, tuve que salir corriendo yo, con ropa de gym, campera verde loro, hacia el cole de Coco porque inaguraban la muestra de pinturas que hicieron la semana pasada (como fue el mismo día que el cumple de Tita, mandé a padre). Llegué MUY justo. Pero por suerte fui, mi hijo no perdona esas ausencias. Le saqué fotos con su obra. Charlé dos minutos con algunas madres (dos minutos dos, ya sabemos que no es un ámbito en el que soy particularmente popular sino todo lo contrario). Espero que vengan amiguitos de Tita al cumple, me preocupa porque no conozco a las madres y no contestaron el mail. Sería un BASHÓN.

Y no mucho más, ahora sigo con mis cosas. Voy a pasar un mini rato por el deporte, me bañaré y volveré a seguirle dando. A la tarde los chicos tienen tenis y a la noche tenemos la ahora sí última cena con Giorgio que mañana se va a Indianápolis. Pau parte el 25. Ayer pensaba, a la noche, mientras esperaba a marido que llegó tarde, que para mí las relaciones perdura. Las de verdad, digo. Y trascienden la geografía. Con idas y venidas, claro, pero no me preocupa la distancia. Me da pena perder la cotideaneidad, eso es lo duro, la presencia. No lo conceptual.

Bueno, lo del cumple, en realidad es mentira...siempre prefiero que falten niños porque siempre invito a un montón de gente. En fin.

Así las cosas.
A las corridas.

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