lunes, 14 de febrero de 2011

la productividad al palo

Sí, la presión sirve. Es una obviedad pero que a veces olvido. Siendo las 8.53am ya mandé un informe, me propuse hacer las actividades en línea (no pude porque no responde el sistema) y le escribí a los dos proveedores para el cumpleaños de los chicos el sábado. Me falta el tema comida pero ya estarían los inflables, las mesas y la animación. Me encantaría ser una handy girl, coparme con las cosas manuales, ser detallista y perfeccionista, que la decoración sea un tema y esos etcéteras. Pero no. Soy un cero al as. Me dormí pensando en que vivo muy para adentro. Hablo poco, mucho menos de lo que parece, sobre mí. Por ejemplo, con marido: nada. No le cuento lo que pienso. Para eso tengo un blog, una pseudo psico, amigos. Eso sí: me bulle la cabeza la mayor parte del tiempo.

Roberta fue con pijama a la escuela, no sé bien por qué es la costumbre de San Valentín. Iban a hacer un pic nic para lo que el viernes mandé unos jugos (de motu propio, eh: epa). Simón no sé qué festejo tenía, no sé si le iba a comprar algo a alguna amiga o qué. Es más reservado que yo aún.

San Valentín me la pela.

Es más: supongo que me fastidia.

Todos amanecieron a la misma hora que el Coco y marido se ocupó porque tenía filmación tempranera. Está siendo de día muy temprano. Quisiera poder avanzar con cosas pero me faltan elementos. Estoy vestida para el gym pero Luzma no llegó. Ya sé: voy a ordenar lo que quedó tirado de juguetes de la movida de marido de ayer. Pero después de desayunar. Milo se durmió, estaba agotado.

Bueno, chicos.
Muy poco para decir. Pero:

así las cosas.

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