jueves, 6 de octubre de 2005

que tanto

porque lo que quiero es gritar, que estoy triste, que me siento sola, que no sé qué me pasa, que la vida es una mierda aunque no, que soy un poco infeliz y un poco preocupada, que no conecto con nada más que con los blogs y los mails. que me siento chata chata chata y no sólo de busto (todavía soy tetona gracias a la lactancia parcial), que odio ser adulta, que la vida se me escapa entre las manos. que no sé qué hice los últimos cuatro años o más. que querría un poco de trascendencia. que odio lo apolítico aunque no aguanto lo político. que no me gusta vivir en una burbuja en el suburbio pero que no quiero bajar, no acá. que me cabe la vida de pandilla de mi hijo. que extraño a mis amigas si es que me quedan. que no me gusta lo que soy aunque no sé cómo cambiarlo. que igual mi vida está bien y amo todo lo que tengo. que mis hijos son lo más. que mi marido también. que falta un poco de cultura en mi hogar. que antes no era así. que cambié y no sé cuándo. que no me importa mucho nada aunque no parezca. que no sé lo que me interesa. que me aburrí de mi misma porque siempre escribo lo mismo.

pelear por la supervivencia no deja tiempo para nada.

ayer fuimos al cine. eso estuvo bien.

necesito leer algo que me cope. no lo encuentro.

en fin.

hoy estoy así. descolocada.

bye

7 comentarios:

Anónimo dijo...

get up! baby, que te leemos en washington con mucha admiración.
y no sé por qué te preocupas tanto por la trascendencia, si ser madre es lo más trascendente que cualquier ser humano puede hacer.
ooooook byeeeeeeeeee
luiggi

Peluka dijo...

Lee Pedro Páramo de Rulfo, El Laberinto de la Soledad de Paz (casi un libro de autoayuda para los que estamos acá de prestados).

Aunque los hayas leído antes, aprovechar el entorno hace que les saques el jugo de otra manera. Vas a ver MX con otros ojos.

Y si dan los tiempos, algún finde, una escapada para el norte te pueden llegar a hacer enamorarte perdidamente de lo que te tocó en suerte: este bendito país. Zacatecas, San Miguel, Guanajuato, San Luis Potosí, Real de Catorce. Quizás ya conocés, no se. Pero lo vale.

Ahora quiero ir a Comala (aunque lei que es muy diferente a la descripta por Rulfo) y de paso a Morelia y Patzcuaro. Paso reporte cuando haya ido.

Loli dijo...

Expiación de Ian Mac Ewan

Anónimo dijo...

definitivamente me agotaste, sos una queja viviente, no te leo massssssssssssss. Seguro no te importa pero si no bancas tu vida cambiala, flaca!!! hace algo pero para de quejarte, creo que ni te das cuenta que todo lo que escribis son lamentos bolivianos

JB dijo...

la verdad es que lo mejor que podés hacer es no leerme más. de todas maneras, tu comentario es lo mismo que mis quejas.

detesto a los anónimos.

besi

juli

marina k dijo...

anónimo que mala onda. No da.
JB te recomiendo "Y retiemble en sus centros la tierra" de Celorio. México linda en esa novela. Me hubiera encantado leerla ahí.
Nada más, saludos.

Mariano Dorr dijo...

July...
Yo quisiera que leas "Preguntale", mi novela de amor, pero obviamente, la distribución de Cencerro no llega al DF...
De otro modo, lo que puedo hacer es escribirte cartas de amor, porque eso es lo que necesitás... una carta de amor por semana. Aunque mucho no te gustó mi carta a Lucila. Te pareció un loco. Y está bien. Viste que tuve que sacarla del blog. Terminé de dar la primera clase y salgo al recreo: ahí estaba ella, mirándome con sus ojos azules. Me volví loco. Hice de cuenta que pensaba en otra cosa (por ejemplo: la temporalidad en Heidegger o Husserl, algo así, difícil) y me fui del colegio a buscar un cyber, y suprimí la carta de amor inmediatamente, con un gesto de pánico. ¿Será posible la mala leche? Finalmente era de ese colegio. Y supongo que tiene que ver con que estoy haciendo una suplencia de Gabriela Bejerman. Se ve que ella dijo algo de mí y las alumnas (atando cabos), llegaron al blog... Qué atrevidas.
Y el comentario mala onda (vos sabés que yo ya estoy acostumbradísimo a esos exabruptos anónimos), nada... finalmente te das cuenta que son los más fieles lectores, los que no pueden parar de leer. Yo, en mi blog, aprendí a quererlos. Son terribles, pero siempre están ahí, leyendo.
Saludos a Luiggi y a Jaime y a Lolamaar (y a LL, que la extraño horrores).