antes que nada quiero mencionar que lo mejor del día fue la versión de what a wonderful world by johny ramone que escuché en la radio volviendo de buscar a simi.
y recién, tirada en el cuarto viendo como la peque jugaba a su manera, vaya uno a saber por qué, me acordé de pablo, mi profesor de guitarra de los 15. la realidad es que luego de fallar en el canto y de dedicarle muchos años al piano con poco éxito, decidí probar otra cosa, algo que por fin me llevara a la tan deseada banda. entonces, empecé con pablo que era el hermano mayor de nati, una de las mejores amigas de mi hermana ale. me compraron la guitarra en casa nuñez (creo que es la que todavía tiene el kinder y que a simi tanto le copaba antes) y emprendí un nuevo desafio. alguna de spinetta y no sé qué más. ya un acorde con cejilla se me dificultaba y la abstracción de tener que formar un acorde que no podía ver, se me complicaba aún más (el problema de haber empezado a tocar el piano a los 7, irremediable, bodoque sin más). pero no era en todo esto en lo que pensaba sino en mi candidez. creo que a él le provocaba un cierto morbo o ternura. yo que era una histérica precoz supongo que le hacía unas caritas o comentarios o algo semejante (ya lo hacía a los 13 con mi profesor de piano que era un freak pero creo que mi jogging blanco algún efecto tenía). me acuerdo que los dos usábamos all star (yo por cierto con eso me sentía la más cool y rebelde del planeta) aunque él debía llevarme algo así como 10 años. siempre suplí mi falta de talento con una relación especial con los profesores de lo que fuera. creo que ese es EL talento que me dio la vida. ser social. en fin. cosas. pensamientos de días de lluvia.
después me enamoré de cuanto profesor se me cruzó. pero esa es otra historia.
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