sábado, 15 de enero de 2011

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Acabo de terminar de ver Sofía, el documental sobre la abuela de Joy. Ver la casa donde pasaron tantas cosas y que me parezca tan tan lejano todo y a la vez familiar es muy raro. Me reí, lloriquié, me angustié bastante y ahora estoy acá, sin saber si bajar a tomarme un vaso de coki, si leer Pinamar, si mirar algo más (también me clavé el primer cap de la 4ta temporada de Californication) aunque no sabría qué porque me antojé con ver Cuando Harry conoció a Sally por vez número no sé pero en Cuevana no está (explicame esto, papá). Antes de poder hacer todo lo que dije, tuve que ordenar juguetes, acostar bebé, llamar a mamá de amigo de Coco que se angustió y quiso que lo vinieran a buscar después de parecerle que quedarse a dormir era una buena idea y de convivir con el ronquido intenso (que continúa) de mi hija. Me dio pena Sebas, lloraba desconsolado y yo le dije la verdad: a todos nos dio miedo alguna vez quedarnos en lo de un amigo, no pasa nada. Y vino el padre a buscarlo y tuve a bien ponerme un buzo sobre la musculosa blanca transparente con la que duermo. Mientras juntaba tacitas, pancitos de plástico, lechugas, fichas de dominó y algún otro ítem pensé, después de mucho tiempo, que desearía ser normal. Sí, normal de toda normalidad, pensar, hablar, actuar como alguien normal. Ser una madre normal, una esposa normal, una amiga normal, una hija, nieta, hermana normal. Pero se ve que no me sale ni un poco.

Después comí budín de zanahoria de la fuente, cucharié dulce de leche, nutella y granola y tomé un poco de coki. Skypié un ratito con marido from NY, a quién ya sabemos que extraño, y se rió de mí no me acuerdo por qué y le dije que me amara así, fallada. Yo también lo amo a él fallado así que estamos a mano. Pero su interface pasa más desaparcibida y estoy segura de que un montón de mujeres podrían enamorarse de él y, por el contrario, no estoy para nada segura de que alguien podría enamorarse- enamorarse de verdad, quererme así entera- de mí. Dijo que sí, que había comprado y encontró el problemita pero que ya estaba. Te tomamos la palabra.

Y ahora volví a pensar en lo de la trascendencia de las relaciones y los vínculos. No me interesa relacionarme con nadie superficialmente. Tampoco se me da. Y no lo quiero. Amo los mails que me cuentan cosas, ya lo saben, los mails que hablan sobre el estado del sujero que lo envía. Por suerte recibo bastantes de esos y lo agradezco. En cuanto a lo de la normalidad, después de semanas de pensar que estaba bien ser un cualquierismo con patas, de repente: dudas.

Ni modo.
Ah no, no salí...me metí a las 8.30pm en la cama y acá sigo siendo casi las 12.

En fin. Espero mañana entregarme al deporte, me urge.
Así las cosas!

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