viernes, 21 de enero de 2011

volviendo a mi centro

Ayer extrañé mucho a marido, a la noche. Así de querer hablar con él, de necesidad. Lo llamé vía viber pero no atendía, le mandé mail, me sentí un poco abandonada (Gass había puesto en FB que el show ya había terminado), recordé otras épocas, tantos años, tantos shows, tantas cosas. Bajé a ahogar mis penas en tarta de atún, comiendo compulsivamente y bajándola con coki. La soledad es durísima. No podía dejar de pensar en querer ser normal. Sí, normal, tipo: linda, hablar normal, decir lo que hay que decir, mentir, no ser así de huevona, etc etc. No sé, eso, normal. Ya sé que es utópico. Pero debe ser todo más fácil. No termino de darme cuenta de si siempre fui muy aparato o me dejé ser con los años. Y lo digo en serio, eh. No quiero consuelo.

Sigo sin leer. Pero me siento más cerca. A las 7.38pm estaba en la cama viendo el segundo cap de Californication. Duchovny no podés ser más sexy. Imposible. Después intenté ver una llamada Happy Tears pero me proto angustió así que pasé a Because I said so, muy pava y previsible pero el vestuario de Diane Keaton es increíble, ella no puede ser más elegante y perfecta y me pus de buen humor. Lo del atracón, eso sí, fue después. Me dormí a una hora más de humano adulto, cerca de las 12. Y debo decir que dormí un poco mejor, más pesado. El bebé, eso sí, no está en su mejor momento y a las 6.40 se despierta con el hermano con todas las pilas. Se llevan tan bien que me mata de la ternura. MAL. Coco le juega y le dice que lo abrace y Milo se emociona. Todo antes de las 7am, oh sí. Pero ni modo.

Después volví a la cumi. Ah, sí, hablé con marido a la noche, finalmente, y me dio felicidad. Le amo. Y creo que él me ama también. Hablamos de pavadas, de las grasas saturadas en cantidades abusivas que estaba consumiendo y pavadas así, me mostraba a todos a través de su iphone 4 (marido es muy afecto al gadget novedoso desde siempre) y yo saludaba desde la penumbra. Dormí un rato más, me levanté, me disfracé de gimnasia y fui a lo de Domi y Lalo a arreglar el tema del choque. Nunca vi tanto tráfico por nada. Autos y más autos. Un delirio. En el camino llamé al seguro y llegaron bastante rápido. Los chicos me prepararon un super desa ultra deli y Acacia estaba hermosa como siempre (aunque llora en mis brazos bastante, debo confesar: puede que sea porque la besuqueo sin control). Finalmente me vine, así, de buen humor. Agradeciendo que haya sol, que esta semana de 15 días (como bien dijo Lau) se termine finalmente, con la perspectiva del teatro mañana y del múltiple cumple del domingo (Ile me armó el programa del finde a full) y con la ya más cercana vuelta de marido. Dos semanas es demasiado tiempo.

Viene amiguito de Coco a casa, tengo que ir a comprar los múltiples regalos. Y trabajar (oh sí, oh sí).

¿Saldré esta noche? Supongo que no, como siempre. Sigo resfriada...

En fin, chicos.
Así las cosas!

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