No alcanzan las palabras. No pude dormir. La vida tiene una dimensión en la que es mejor no pensar. Ocuparse para olvidar.

Hay sol. No hace mucho frío. Luzma se despertó temprano y se ocupó de despachar a Simi. Es muy considerada con las afecciones corporales. Xime pensó que estaba bajón pero no. Para nada. La angustia es inmanente. Por el resto: le pongo pilas. Mucha garra. Nos reímos. Comimos sushi. Hablamos de la vida tiradas en el sillón. Yo en calzas y sueter, el ser más horrible del mundo. Ella divina como siempre.

Marido se va hoy a Miami. Le digo a Xime algo que ya había dicho antes: el matrimonio no debe ser un tema. La atención no puede estar puesta sobre la relación sino sobre los sujetos. Es como con todo. Uno puede estar todo el tiempo pensando en cómo es su relación con los padres, con los hijos, con los amigos. Uno debe concentrarse en vivirlo, en los sujetos. De eso me di cuenta con la distancia de no vivir en Bs as donde todo el tiempo, todo el mundo está centrado en cómo es lo que pasa entre. A mí no me interesa más que para devaneos superfluos, para escribir, para pensar como entretenimiento, pero no para la vida de verdad. Yo no quiero hablar con marido sobre nuestro matrimonio. A mí con marido me gusta hablar de cosas, de trabajo, de la realidad, de pelis, de la familia a los sumo. Me gusta garchar (en la cama es donde realmente se resuelven los problemas) y no mucho más. Porque vos y porque yo y porque lo que hiciste en el 2005 y todos esos etcéteras, no me interesan en lo más mínimo. Tampoco con los amigos. Tengo que mejorar tal vez el vínculo con mis hijos pero tamibién desde la praxis.

Repito: soy una gran coach. Creo que es por mi increíble afinidad con los corazones rotos.

No hay que lamentarse, no hay que quejarse, no hay que pensar en pavadas. Nada tiene sentido real. Sólo hay que pasarla lo mejor posible todo el tiempo posible.

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