domingo, 30 de enero de 2011

en un domingo silencioso

Milo, divino y resfríado, duerme en su cuna. Me pidió solo acostarse, blandito, cariñoso y lo llevé. Ese nene me puede. Ya lo sabemos.

No escucho música y parece que tampoco leo los diarios. Entiendo poco el drama egipcio y me encuentro sorprendiéndome porque de reojo leo en El país: "en el país africano". Soy una bestia peluda en muchos aspectos pero en cuanto a geografía son una bestia vergonzosa. No sé, creo que me voy a saltear las realidades nacionales e internacionales. Marido se fue con Tita al club hace dos horas (que se me pasaron volando), Coco durmió en lo de los A y yo sigo en camisón, sintiendo la grasa que se me acumula en todo el cuerpo.

Hay sol y no hace frío. Ayer hicimos de todo, zumba (me dejo ser, me ato una de las remeras en un costado y salto y pongo caras y pienso que por suerte el entorno es casi tan ridículo como yo porque si no, parecería psicótica), sauna con Pau, comida en el Contramar con viejo amigo de marido, su mujer y su pequeño hijo más Domi y la prole. Comimos bien, estuvo más agradable de lo que esperaba y me dejó pensando en qué importa y qué no importa en y quién soy respecto de quien era diez años atrás. Después fuimos al teatro y luego a lo de los A donde estaban los B. LLegamos a casa en un estado calamitoso y terminé Miss Tacuarembó. No sé exactamente cuándo volví a dejar de mirar tele radicalmente pero sé que extraño ver tenis (igual, mientras ningún argentino vuelva a estar entre los grosso, creo que sigo retirada).

¿Qué es lo que importa? A veces me dan ganas de aclarar que nada de lo que vuelco acá tiene real sentido, que los sufrimientos burgueses y las quejas remanidas son no sólo aburridas sino obscenas. Pero claro que todo es relativo e indigno en el mundo en el que vivimos. Camino al restó, el viernes a la noche, hablábamos con padres sobre la Justicia y la Inequidad. Sobre error sobre el cual está fundando no sólo el capitalismo sino la Humanidad. Padre me dice que lea a no sé quién y le digo que a duras penas puedo leer novelitas. La condición humana y el concepto de justicia lo mastico sola, en mi interioridad, constantemente. Ética, moral, justicia. Etcétera. Pero no es necesario que vuelque acá ninguna lectura ni ninguna reflexión al respecto, si hay algo que me gusta es mantener el registro. El registro boluda total, claro.

Por lo demás, ser sin que te importe el otro es algo a lo que aspiro con toda la fuerza de mi corazón. Ser para uno. Ser para la muerte es ineludible. El otro y lo que importa. Uf. Difícil, eh. Cuasi imposible pero...un buen goal para la vida.

En fin. Nunca voy a ser canchera. Por suerte hace años que ni se me ocurre intentarlo.

Ah y sí creo positivamente en la conexión entre las personas. Y no sólo en lo que uno puede llegar en una relación ao vivo sino a la distancia también. De hecho, y esto podés leerlo como quieras, yo muchas veces sé de quién es el mail que escucho que cae y mucho más sé (casi siempre) quién es cuando suena el teléfono de mi casa (que debo confesar que, de todas maneras, suena poco). Creer o reventar o pensar que soy medio bobich lo que me tiene sin cuidado.

Más ah...amo a marido con toda la fuerza de mi corazón. De repente se me actualiza el amor profundo y por un segundo tuve ganas de tener otro hijo (ohhhhhh, por suerte no existe la posibilida de que me traicione el inconciente).

Bueh, dado que en el término de pocos minutos arreglé para que venga Xime con las niñas a comer a casa y hay posiblidades de que también vengan Domi y Lalo, debería ponerme media pila (sigo en camisón, no lavé las cosas del desayuno ni hice una sola cama).

Así las cosas, chicos.
Enamoradas.

No hay comentarios.: