Estoy harta de sentirme mal, de estar sola todo el día todos los putos días. De no ser cuidada, ni consentida ni nada nada nunca. Y eso que tengo un marido.
Estuve tirada en la cama la mayor parte del día. Choqué un auto y el miércoles tengo que ocuparme del seguro (es de una maestra del colegio de Simón). Me duele la espalda, la cintura y la panza. Hice unos brownies, me quedaron bastante como el orto. Toso. Le cambié el aserrían a Antonio. Le di de comer. Almorcé con tres nenes de siete años aprox, Jose y Tita. Leí. No hablé con absolutamente nadie. Ah sí, mi mamá. El teléfono casi no suena. Ah sí, suena, es la madre de uno de los niños. Empecé a ver Australia, en un momento el sonido y la imagen se desfasan y no hay nada que hacer. Irremediable. Diego pasa por casa a buscar ropa de tenis. El compañero de tenis, entretanto, me deja a su perro. No, claro, es que estoy espléndida...
Así las cosas en un viernes gris.
1 comentario:
Andá, las cosas van a ir mejor, seguro
:-)
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