jueves, 15 de octubre de 2009

de paseo por el suburbio

Llegó Jose y en calzas yo, mi madre siempre es más digna y como, además, tiene el dedo chiquito del pie roto no puede usar zapatillas, la joggineta no es una opción, partimos hacia el tianguis. Pero era temprano. Esperamos unos minutos y decidimos ir a tomar un café. Hacía frío. Amanece un poco más frío y yo me voy acordando de que octubre puede ser un mes helado, peor noviembre, pero este año el verano parece permanente. No tomamos café, fuimos a Home and More que es como Bed, Bath & Beyond (de hecho lo compró pero nunca le cambiaron el nombre), paseamos viendo cosas para la casa y compramos una jarra eléctrica porque el arreglo que le hicimos a la vieja está a punto de fallar. Se la llevará Diego a la oficina. De hecho, cuando lo llamé para ver qué le parecía, me pidió perdón por estar a las corridas y desaparecido (bueno, todo fue medio al pasar). Digamos que soy fácil y buena y me ablando aunque no lo merezca. ¿Cuán a las corridas estás si a las cinco de la tarde de ayer te pusiste a ver el partido y después a cenar con amigos? A mí no me molesta en lo más mínimo pero man, una llamada para ver si estamos vivos siempre se puede. Es tan poco. Además, cuando estás deprimido o preocupado o te sentís mal te hacés el tiempo para quejarte con alta frecuencia. En fin. La bronca se fue disipando con las nubes y salió un sol espléndido. Volvimos a Palo Solo (es el pueblo en donde está el tianquis) y paseamos entre las frutas y verduras y hierbas y pescados y todo es tan espléndido que definitivamente a cualquiera le darían ganas de comer sano (a mí me dan por default, detesto la comida procesada). Ayer, en el super, compré un besugo que me está esperando para ser bien condimentado y cocido en el horno. La calabaza, también cocida en el horno quedó deliciosa, con la carne molida (que elijo y hago picar yo) que también tenía muy buen sazón (de repente me está mejorando la mano increíblemente).

Y avancé un poco con el trabajo. Y el día así de límpido te da una alegría de base y la balanza acusa un kilo menos aunque no hago dieta (la teta es todo, a todo nivel) y gimnasia mientras está mi madre no. Mañana iremos a comprar unos regalos al muy concheto Arcos bosques y en la tarde de hoy al club, a las diversas actividades de mis hijos.

Que haya venido Jose me da paz. Le pedí que venga martes y jueves que son los días en los que me toca ronda y los niños no me entran en el auto. Es todo tan distinto. Claro que tampoco me queda mucho tiempo de gracia.

Y así seguimos. Igual, extraño mucho caminar por un ámbito citadino. Me urge. Panzada en Buenos Aires, me tengo que comprar el Mac Laren. Ahora voy a entrar a la página. Ah y también tengo que ir al dentista porque hace un año se me rompió la placa de relajación y ayer a la noche, con toda la mala suerte del mundo, uno de los pedazos se cayó por el agujero de la pileta. Ahora tengo una placa renga, ya no sólo rota. Desastre.

En fin.

Así las cosas.

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