viernes, 2 de octubre de 2009

un día de mierda, no sé bien por qué

Estoy triste. Hace mucho que no me pasaba. Como si la tensión de toda la semana se me cayera encima. Recibo reclamos que funcionan en espejo. Hay una cosa que extraño de Buenos Aires y es la homogeneidad de mi círculo social. Me pasé la tarde con gente extraña a mí. Algo me incomoda y sé qué es. Pero no importa. El problema soy yo. Estoy muy cansada. Agotada, diría. Es el cumple de Pau, tengo que armar el pastel. La base la hizo Jose, no sé qué tan bien quedó, la hizo dos veces. No es muy alentador. Ganas de llorar. Hijo mayor muy alterado. No sé cómo pararlo. Claro que si hay paz en el ambiente es mucho más fácil. No tengo interlocutor para conversar sobre esto. No el que debería.

Lo bueno: es viernes.

Y no mucho más. También me hizo mal algo que leí. Cuando no estás bien parado, cualquier cosa te pega para atrás.

Otra cosa buena: las tetas me explotan de leche otra vez.

En fin. Nada. Cosas que pasan.

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