miércoles, 7 de octubre de 2009

patológicamente

Extraño Buenos Aires. En el sauna me acordé de que hace un año estaba allá. Es como una necesidad física, como un pequeño dolor en la boca del estómago (nada que ver con mis síntomas habituales).

Es saudade.

Es preguntarse:

¿Qué mierda hago acá?

De repente me contesto, por ejemplo: mi marido se quiere comprar un Audi.

En fin. Así de extrañosas las putas cosas.

Me voy a darle la teta a mi hijo menor y a buscar a mi única hija mujer al colegio.

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