sábado, 31 de octubre de 2009

sábado. nublado. soledad

Siendo las nueve de la mañana, ya me pegó bajón. Diego se fue a laburar, Karina se va al rato, a Simón lo tengo que llevar a un cumple y los que quedamos no tenemos programa.

Un poco me quiero matar, para qué mentirte. Bajón, sola y con Tita y Milo.

Y muy gris.

Veré qué dan en el cine.

Así de solitarias las cosas.

viernes, 30 de octubre de 2009

adios juventud

El tema me ronda desde ayer. La juventud. Miraba alguna foto en alguna revista vía internet. No añoro en lo más mínimo tener menos edad. Añoro, claro, no tener celulitis (o tener menos), adelgazar más fácilmente, un gesto en la cara que ya se fue para siempre, no tener canas. Cosas así. Los clisés lo son porque encierran verdades, tener treinta está bueno. Me siento mucho más tranquila, menos angustiada, más relajada, contenta (en ciertos aspectos, obvio). Pero no está bueno perder lozanía, el interés de los pibes, frescura. De todas maneras, todos lo sabemos, es una batalla perdida. Las ojeras, el cansancio, la tonicidad y un montón de etcéteras se pierden para siempre. Se gana aplomo y esas cosas. No existe el rewind. Yo no quiero tener veinte, de verdad, la paso mejor ahora y es totalmente cierto. ¿Pero quién no quisiera poder volver el tiempo atrás? Hacer las cosas distinto, pasarla mejor. Si alguien pudiera decirte: mirá que esto está buenísimo, después las cosas se vuelven más aburridas, menos intensas, más serias y comprometidas. Yo dejé de ser joven demasiado rápido, eso es una realidad. Terrible lo indefectible de las cosas. Mejor ni pensar.

Creo que necesito tomarte tres mojitos, probar alguna droga distinta (nunca tomé ni bichos, ni ácidos, ni nada por el estilo) y bailar hasta que me duela todo.

Parece que hoy me quedo sola en casa mirando tele.

Así las cosas.

lluvia y desazón

Roberta tiene fiebre. No se deja poner el termómetro pero no hay duda. En un rato supuestamente viene Flor que es pediatra, a ver si me dice algo. Si no, llamaré al pediatra y veré si la llevo. Pero llueve. Diego trabaja hasta tarde, tormenta y cielo oscurecido, Simón con amigo. Todo bajón MAL.

Me escriben preguntado cómo poner twitter. Yo pregunté pero porque hubo un mal entendido. Perdón, siempre supe ponerlo, sólo que quería que no mostrara ningún tweet. Es más fácil con las opciones predeterminadas que con HTLM.

En fin. Truenos. El bb ya se sienta. Ahora está al lado mío, tirado. No quiere dormir. Tita mira tele y Coco y amigo, Indiana Jones.

Los brownies se sobre cocinaro. Quisiera que algo me saliera bien. Quisiera estar tirada mirando Sex & the City pero ya no hay teles disponibles.

Quisiera compañía pero tampoco hay disponibilidad.

Por suerte me chatea un poco Haidu.

Así las cosas.
Medio beiyon.

parece que la de ayer fue una mala tarde

Hay sol. Hice una hora de ejercicio, elíptica, patinadora y aparatos. Sauna. Me miro en el espejo y pienso: soy una gorda tetona. Me mata. O no, eh. Ya no sé. Se ve que tanto no me importa. Diego llegó temprano, skypié con Maru (se ve que le dio remordimientos haberme cortados mala onda a la mañana) y nos fuimos a hacer la cena. Hay temporadas en las que le re cocino a mi marido y otras que cero. Estoy en la seguda etapa. Igual, él se hace cosas mucho más ricas. Pasta con jamón serrano, brócoli, brie. Trajo unos panes que había comprado en Da Silva, unos de molde. El primero que estrenamos es como brioge. Rico. Nos reímos mucho en general. Eso está bueno. O nos reímos o nos odiamos. Me metí en la cama a las diez pero es imposible leer con él cerca, se fastidia si hago algo que no sea compu o hablarle. Increíble. Nos quedamos dormidos con el extra de Extras, es como una peli pero me pone demasiado nerviosa. Milo se me tira encima, es tan torpe todavía, pobre. EN un rato tenemos que ir a buscar a los chicos, salen a las 11. Malísimo. Cualquiera. Viene amiguito de Simón.

Me encontré a mi compañera de locker más próxima, lo tiene exactamente abajo del mío. Claro que no es lo más cómodo que coincidamos pero no pasa nada. Hablando de pavadas me entero que en lugar de tener una chica que la ayuda o una señora, tiene un señor. Me deja pasamada. Un señor de cincuenta años que también ayuda a su mamá. Bah, básicamente ayuda a su mamá, a la casa de ella va sólo los jueves. El resto del tiempo no tiene ayuda. Un señor de Oaxaca que llegó a los doce años y no sabía hablar español. No tiene familia, su novia lo dejó por otro cuando era joven y él se quedó sentido. Me resultó rarísimo. Yo soy terriblemente mala haciendo las tareas domésticas, desastrosa te debo decir. Diego creo que sí podría hacer las cosas mejor que yo si le pone voluntad. Pero que un señor trabaje en una casa hace quince años me pareció más que sorpresivo. Me dio pena, no por el trabajo, porque parece un solitario, sin familia cerca, sin nadie que lo quiera.

En fin. Igual me fui al sauna, me di una buena ducha caliente, me acabo de terminar un café con leche gigante, le di la teta al bebé, ahora lo voy a cambiar y me voy a ir a buscar a la prole.

Ojalá se mantenga el sol. Voy a hacer algo dulce para la tarde y terminaré, de una buena vez por todas, de leer.


Mmmmm ojalá fuera un día especial. Ojalá mi vida tuviera alguna emoción. Ojalá me vistiera distinto, me gustara hacer cosas para la casa, pintara. Ojalá escribiera o actuara. Ojalá pase algo que me borre de pronto!!!!!! Una luz cegadora, un disparo de nieve...te la canto a voz en cuello.

Así las cosas.
No news.

jueves, 29 de octubre de 2009

cuán aburrida puede ser una vida?

La mía, increíblemente, muy. Pensar que muchos años ha, tenía una vida copada. Bah, bueno, no sé, depende el cristal con que se mire, supongo.

Hoy fue un día medio nefasto y no pasó nada particular, simplemente estoy ahuevada y adicta a la net, peor que nunca. Ese es un mal síntoma, cuando estoy entretenida en la vida real, la rehab es natural. Intenté hacer una receta y me quedó como el orto. Desastre. Mañana viene Flor a tomar el té y quería hacerle algo rico pero creo que caeré en el típico brownie. Finalmente le invité un amigo a Simi, no sé si es personal o si acá se invita poco pero nadie lo requiere en su casa. Su casa de usted.

Así que me quedaré en casa, terminaré lo que tengo que hacer, cocinaré, daré la teta. Quisiera ir al gym también, el ejercicio es lo único que me está poniendo últimamente. Debería, por ahí, tal vez, clavarme una buena peda, bailar hasta decir basta. No sé si es el clima o qué carajos pero el ánimo devino pésimo. Me odio quejosa y deprimida. Tal vez, seguramente, sea la soledad. Chateo y me pongo de mejor humor. Soy un queso.

Diego en la office. Un poco más conecta, me llama y también me atiende el skype. Dimos un paso. A veces se levanta un toque rayadito, como hoy pero después se le pasa. Su amor es intenso, no hay vez que no vaya a darme cariño que no se muerda el labio. Yo me quejo, mucha tensión para todos los acercamientos. Interruptus: marido al tel. Está saliendo. Yo me vería un capitulito. Otro vicio al que llego tarde. No creas que no me siento una gila viendo S&tC a esta altura, eh. Pero es entrenido, los plots bastante redonditos y hay que reconocer que para la gringada habitual, y teniendo en cuenta que ya tiene sus años, es bastante digno.

Y qué más? Mmmm. Simi un plomo, pobre, cuando tenga doce lo mando a un internado. Tita quejosa, para variar. El bebé molesto, no sé si por los dientes o qué carajo. Jose que ahí anda, más linda y grande y con panzota, le tiro tips, le regalo plata y la llevo a la parada de taxis y Karina un poco más pilas. A veces me da cosa. No logro ser mala ni una semana.

En fin.
Así las cosas.
¿Querés hacerme feliz? Chateame.

cooking

tengo una cara que indefectiblemente conlleva a la siguiente pregunta:

¿la infelicidad trae ojeras?

tal vez si tuviera a bien al menos recogerme el pelo, la cosa sería levemente menos grave.

impresentable.

volviendo

Finalmente a la noche terminamos Extras. No te la recomiendo. Very British.

No dormí especialmente bien pero lo de siempre.

Mis hijos no tienen fiestas de Halloween. Pobres, un bajón. En la escuela sí pero after school, no. Además, no los voy a poder sacar a pedir dulces el sábado, esto no lo saben, porque estoy sola (Diego graba a los Jonas Brothers, te querés matar). Me da pena porque les da mucha ilusión. Por ahí puedo ir con los tres bien abrigados.

Vengo de spinning. Me copé. Tantos años creyendo que no era para mí, que no la aguantaría y estoy en la frontera de volverme fan. De ocho a nueve. La otra profesora es mejor pero no me importa, es una hora (aunque esta dio 45 min) de quemar calorías intensamente. Eso sí, tomo poca agua.

Estoy levemente triste. No sé qué me pasa. No es depresión, no es angustia, es como una tristeza basal. Tal vez que el finde me quedo sola, siendo Halloween, que voy a desilusionar a mis hijos, que no le encontré programa a Coco para mañana (la madre del amiguito dijo que no), que es finde largo por día de muertos, que a Diego todo lo relativo a la muerte le hace muy mal así que nada alusivo, todo pasa un poco desapercibido. O, quien sabe, tal vez, es por cualquier otro motivo que no conozco.

Hay sol. Eso está bien.
Odio a mi broker. No entiendo por qué la tengo que sostener.
Y así. Así las cosas. Sin pena ni gloria.

miércoles, 28 de octubre de 2009

sobre el rencor y la mentira

En una conversación, por teléfono, me encuentro diciendo cosas como: dejalo ir. Suena mal, muy mal, lo sé. Pero no por eso deja de ser cierto. Me quedé pensando en mis propios dichos y accionar y concluí que soy una persona incapaz de guardar rencor. Creo que simplemente: no me interesa. De repente me enojo hasta el punto de la angustia. Le doy vueltas al asunto una y otra vez, me indigno y después, como si alguien soplara o tal vez por el paso del tiempo, chau, se fue, desapareció. Y a otra cosa. Ya ni me acuerdo. No me interesa almacenar enojo, me trae problemas gástricos y dolor de cabeza. Soy capaz de perdonar casi cualquier cosa, prefiero olvidar. Como con todo, creo que felicidad y olvido van de la mano. Qué raro. Ahora me enojo muy poco, casi nada. De vez en cuando, me enveneno con algo que me dura dos días y se me pasa. Siempre que me enojo, o casi, está relacionado con algún tipo de inseguridad propia.

También estos días volví a pensar en la mentira y de por qué no miento. Subiendo las escaleras me puse a pensar que era más interesante pensar por qué las personas sí mienten. Pero muy complejo. Yo, supongo haberlo dicho, no soporto la mentira porque pone en entredicho todo mi sistema de creencias, mi lábil sistema psíquico se basa sobre un par de certezas, la mentira para este esquema funciona como un sismo. Claro que hay un componente moral pero es más bien accesorio. No quiere decir que nunca jamás diga algo que no es totalmente cierto pero tiendo a la rigurosidad y la franqueza en todos los ámbitos. A veces enfermizamente. De hecho, podríamos decir que hasta exagero. Me sorprende y me deja mal parada la gente que miente, lo cual me convierte en una persona terriblemente crédula e inocente. Cuando decís la verdad considerás que el resto de las personas también lo hace. Ahora: me resulta mucho más fácil y natural ocultar que mentir.

Bueno, pavadas. Pavadas más, pavadas menos.

una mañana particular

Sí fui al super. Vine, chatié con Merin. Me dio alegría, hacía tanto que no hablábamos. Después me fui al club pero previamente mi vecina me invitó a un desayuno de mujeres españolas (?). Mientras hacía elíptica apareció Walter. Me sorprendió verlo ahí a esa hora pero más me sorprendí cuando a los diez minutos apareció Jorge. Todo cualquier. Los días de semana no se ven maridos, se ven señoras o señores desconocidos, no amigos. Raro. Hice 45 de elíptica. El iphone no enganchaba el wi fi así que sólo escuché música. Fui al sauna un rato y después, mientras me bañaba, pensé que no estoy tan segura de querer dejar mi vida suburbana. La tengo tan armada. En el Chedraui me encontré con Lourdes, una de las vecinas, me preguntó por el bebé, le dije que hoy cumplía seis meses y ella me contestó: Y tu tan flaquita. No le contesté que no, que es sólo la cara, que hace días que no me siento a comer un plato sano, que como porquerías al paso desde el viernes y que no me peso porque le presté la balanza a María así que posiblemente estoy completamente desbarrancada. No, le contesté: Ay, gracias. Y seguí comprando fruta y verdura que no como. Después el sauna, ahí me di cuenta de que me quejo de la soledad, me da envidia esa gente que se mueve en grupo, que tiene a sus amigas incondicionales a la mano y esas cosas pero tengo que reconocer que yo no soy así. Aunque me queje, soy enajenada. Me olvido de llamar por teléfono, mi único modo de comunicación es el mail o el chat. Soy entre fóbica y solitaria. Por más que socialmente suela ser simpática y expansiva (cada vez menos igual). También pensé: mis aparatos de siempre, el club al que aprendí a querer, los amigos de la zona. Voy a extrañar mucho todo, no sé si me quiero ir. Platiqué con mi compañera de locker, la que había dicho que el Holocausto era un invento o semejante y desde ayer que me cuenta sobre su hermano que vive en Tijuana. Médico. Y converso. Se hizo judío. Parece que está de la cuca. Increíble. La primera vez que escucho algo así en México.

Volví, me cambié (había olvidado algunas cosas y mi elección de vestuario era demasiado invernal para el clima de hoy) y me fui a lo de Carmen, mi vecina. También fue Lisa. Me comí cuatrocientos sandwichitos y mil quinientas trufas y bombones, todo a las doce del mediodía. Soy una verdadera hija de puta. Ahora voy a trabajar un rato. A las dos y media tengo dentista. Tita semi afiebrada. Sigue acá. No sé si mañana podrá ir a la escuela. No entiendo qué tiene. También raro. Y no mucho más. Cuando las señoras tocaron una campana y empezaron a agradecerle a la anfitriona, huí como un rata. Rata a punto de explotar de todo lo que tragó en tiempo récord.

Y no mucho más.
Contradicciones. ¿Dejar mi vida acá y armarme otra vida más cara en la ciudad? ¿Nos volvemos? ¿Nos mudamos por acá?Disyuntivas.

Así las cosas. Digamos.
Confusas, para variar.

6 meses

Siendo las 7.10 am, mi hijo menor cumplió su sexto mes de vida. Guau. Un montón. Digamos que ya debería sentarse (cosa que no hace en lo más mínimo) y podría empezar a comer (pero el pediatra está en un congreso y recién lo vamos a ver el lunes). Simón y Diego ya se fueron, Milo y Tita están encima mío, en la cama. Karina, duerme. Es, por lejos, la que más tarde se despierta. Y la que más temprano se acuesta. Esta chica no me ayuda mucho, eso está clarísimo. Supuestamente hoy viene Jose. Ahora me voy a vestir, desayunar e irme al super. Después iré al club, podría hacerlo al revés pero dado que el super lo considero un deber y el deporte (junto con el sauna) un recreo, no puedo darme ese lujo. Todavía me duelen culo y piernas de la clase de ayer y esta mañana se sumaron abdominales. Buen ejercicio el spinning, no doubt. Diego llegó a eso de las 8 pm, se hizo una pechuga rellena con brie y cerrada con panceta, tortillita de arroz y después de que yo terminara un cap de S&tC, nos vimos uno de Extras. Las series son todo, al menos para mí que detesto la tele como tal.

Y no mucho más. Tita no tiene más fiebre pero recién mañana irá a la escuela. Hoy a la tarde tengo dentista pero no me acuerdo la hora y no tengo la dirección.

Todavía no tengo más opinió sobre tener 3 hijos mas que causan mucho trabajo.

Me desperté con una acidez espantosa. Urgente: llamar al gastro.
Y todo así, un cúmulo de deberes horribles. Voluntad cero. Frío. Y fiaca.

Muy miércoles las cosas.

martes, 27 de octubre de 2009

y por si esto fuera poco

Estoy igual, pero igual igual a Wayne el de Wayne´s world.

Sí, sí. Patética.

Lo sé.

cómo ser Bridget Jones tres hijos después

Te puedo dar una clase. En realidad, no ahora porque estoy mirando Sex & the city. Ahora sí, terminó el capítulo. Pena que no soy Carrie. Como bien dice el título soy lo secuela de la gorda inglesa después de que se reprodujo tres veces. Entre ayer y hoy metí incontables veces la cuchara dentro del frasco de nutella, comí granola, galletas de chocolate y tostadas con manteca. Sólo salí de mi casa para ir al club y buscar hijos en la escuela (una vez cada cosa), hablé con el pediatra, tuve mucho a Camilo encima porque está ultra chillón y claramente, y por razones obvias, me deprimí. Para colmo, leí El guardían entre el centeno en el auto, ví unos cuántos capítulos tirada en mi cama y perdí las ganas de todo. El bueno de Luigi me mandó un mail alentador, una vez más los amigos varones la rulean. Caí en la cuenta de que estoy excesivamente poco sociable. Muy poco. Cero ganas de nada. Cero voluntad. Volvió la apatía que por meses estuvo escondida. Te prefería dormida, me odio cuando soy así. Y así, lamentablemente, pareciera ser mi esencia. Debería despertar al bebé, hace dos horas que está durmiendo. Estos últimos días se hizo unas siestas monumentales pero cuando está despierto es imposible tenerlo apoyado. Jose nunca apareció. Karina se encierra en su cuarto a ver tele en lugar de ayudarme. No entendió nada. Y Diego, piensa en trabajo. Desaparece por miles de horas. Y yo, bajo ningún concepto, quiero ser una esposa rompe huevos. Es tan obvio que nadie quiere serlo. No habría ni que explicarlo. Yo también quiero una vida, estar entretenida, ausente, olvidarme de todo pero...no puedo.

En fin. Mis deberes de madre me llaman. Ya es noche cerrada afuera y el reloj dice 6.25 pm.

Así de depres las cosas.

la realidad es

que me deprimí. no sé si son las hormonas, falta o exceso, o la realidad de mi vida cotidiana pero ni modo que le siga haciendo slalom. a veces me siento tan sola. tan, tan, tan...

otoño. día. interior.

Estoy completamente vestida de negro. Algunas prendas me quedan grandes, otras chicas. Parecen más viejas de lo que son. Jose no viene porque se quedó encerrada en donde vive. Me enojé. No porque no viniera sino porque es un peligro que se quede sola, sin poder salir, embarazada de casi ocho meses. Una locura. Tita sigue en casa, 37.8, de mejor humor, sin embargo. El bebuch chilla bastante. No sabemos qué le pasa. Acabo de llegar del club. Diego fue a hacer la clase de spinning de las siete y yo la de las ocho. Misma profesora. Cuando terminé la clase me acerqué a decirle que el asiento me resultaba muy incómodo. Ah, sí, el asiento violador me contestó. Sí, sí (yo no había querido ser tan explícita, por una vez). Dale tres clases, nos pasó a todos, después te acostumbrás. Yo me pregunto, ¿te acostumbrás a que te viole, te empieza a gustar, qué onda?

Estuve un rato en el sauna.

No me levanté muy bien. Me acosté a las nueve, eso puede influir. Dormimos mucho. También me levanté muchas veces en la noche. Incontables. Pero el cambio de hora es todo, no entiendo por qué lo hacen tan tarde. Te levantás con luz y pilas. Inaudito. El deporte te llama.

Acostada sobre las maderas pensaba. Estoy muy poco sociable. No sé a qué se debe. Estoy medio harta de mi vida, creo. Medio harta del humor de mi cónyuge, de su falta de conciencia. Por ejemplo. Estoy harta de la chatura. Sí, ya sé que lo de siempre pero a veces lo llevo mejor. Estos días me dio un poco de angustia. Mientras le daba la teta al bebé, antes de las ocho, sentaba en uno de los sillones del living, sentí la angustia en el medio del cuerpo, en la boca del estómago. De todas maneras pensé que la angustia es una y toma diferentes máscaras pero es la de siempre, nos conocemos bien y no es verdad que se relacione con algo concreto, de la vida real. No en este momento, al menos.

Pero o le damos un giro a nuestra existencia o va a pasar algo malo. Lo presiento.

En fin.
Así de otoñales las cosas.
De hueva.

lunes, 26 de octubre de 2009

así el día

Roberta sigue con mucha fiebre. Suspendí pediatra pero estuvo mal. Tendré que llevarla mañana.

Diego no me dejó que lo buscara a Simón a las 2 pm, llovía y el after school no tenía ningún sentido. No sé por qué le hice caso, me siento una sometida. Malísimo.

El bebé también muy molesto todo el día. No sabemos si le duele algo, si le están creciendo los dientes o qué.

Diego buscó a Simón y se fueron a ver si compraban abrigos, vinieron sin nada.

Terminamos de cenar a las 7 pm. Estamos extremadamente gringos con los horarios pero claro, ya es noche cerrada y nos re parece (además, Diego no come).

Ahora, yo me siento mal (indefinido, dolor de cabeza, garganta, malestar general), estamos en la sala de tele, cada uno con su compu en el regazo, los chicos ya en la cama (son las 7.07 pm) y podríamos ver alguna peli pero son todas muy bajón.

Conclusión: bienvenido el invierno.

...in the air

Muchas, demasiadas, conversaciones sobre infidelidad. ¿Qué pasaría si todos dijéramos la verdad? Supongo que las conversaciones sería aun más divertidas pero los conflictos, infinitos.

Pensaba en one night stand. Era mi especialidad.

A veces debería haber vacaciones así.

En fin.

Debo trabajar y tengo demasiados hijos cerca y ninguna nana.

Así de dispersas las cosas.

llegó la caja, finalmente

Como se compró la mono, vía Amazon, anteriormente había comprado los discos que no estaban incluidos. No quiero escuchar a The Beatles por un laargo tiempo.

horario de invierno

Ahora sí comienza una nueva etapa. Amanece temprano, oscurece temprano. Mucho más acorde con el ritmo de esta casa. Y con el de muchas casas. Simón se va de día. Nos dimos cuenta por los aparatos electrónicos que hicieron solos el switch. Yo hubiera jurado que era la semana próxima.

No fue un gran fin de semana. Para nada. Diego estuvo malhumorado, fastidioso, molesto, agobiado, silencioso y un montón de adjetivos más. Eso sí, ayer me trajo un super desayuno a la cama (hizo hotcakes y tostaditas, lo primero no como) y después lavó todo, dejando la cocina cuasi perfecta. El único gesto. Por lo demás, mucho maltrato. Nadie se da cuenta porque es muy sutil, es sólo la mirada de fastidio por todo lo que digo o un gesto de más. Me fui a dormir detestándolo. Encima, Tita volaba de fiebre. Ahora está a mi lado, con sus pantuflas de pato, charlando. Ya se siente mejor. El bebé duerme. Un milagro. No sé si es porque lo abrigué bien. Esto de ser medio despreocupada por ahí no le pega bien al sueño. De todas maneras, se despertó quinientas veces durante la noche: teta y ponerle el chupón. No es fácil. Yo tampoco me siento bien. Mucho dolor de garganta y un poco de pecho y cabeza. Hace años que no hago gimnasia. Karina, siendo menos de las ocho y media, obviamente no llegó. Malísimo. ¿Vendrá? Con Jose ya no tenía estos padeceres, había una certeza que ya no tengo.

Tengo que cancelar el trámite de la embajada, imposible por muchas razones. Tengo que llamar al pediatra y al gastro (todavía no lo logré), laburar, pasar por la editorial, depilarme. Igual, sólo tengo ganas de ver Sex & the city. También tengo que ir al super, esto de no comprar pan procesado es sano y rico pero bastante impráctico, tomé la idea de Xime y funciona pero es un trabajo más. Llenaré el freezer de bolillos.

En fin.

Así las cosas. Con más luz. Por ahora.

sábado, 24 de octubre de 2009

la índomita luz

...

y me quedé solo, con esta soledad.

Me hubiera copado ir a ver a Charly. Definitivamente.

son cerca de las diez de la mañana

Ahora un poco más tarde porque intenté skypear con mis viejos pero con tanto hijo a los gritos encima fue netamente imposible. La carne le quedó perfecta a Diego, la mousse quedó como una nieve y fue muy agradable. Nosotros estábamos más pilas que los invitados, creo que porque tenemos poca vida social y ellos, mucha. Niños pesados. Agotadores. Igual, dormimos hasta las nueve. Bien ahí. Ahora leería los diarios si otra fuera la situación pero tanta queja alrededor me está quemando groso. Bebé molesto, no sabemos qué le pasa. Ahora traducen al japonés con el traductor del Dashboard. En la pavada total, para variar.
Ataque de mal humor.

Demasiado temprano para tanta demanda.

Por suerte hoy asado que no es en mi casa. Milagro.

Y no mucho más.

Semi pesadilla.

Así de sábado.

viernes, 23 de octubre de 2009

no lo puedo evitar: el mood queja se extiende en el tiempo y el espacio

Llegué destruída. Parece que a Milo le están por crecer los dientes. Bah, eso pareciera pero pueden faltar dos meses. El tema es que se puso molesto, casi no lo pude apoyar en ninguna superficie ni adminículo en todo el día. Y eso que fuimos a un cumpleaños. Agotador. Todo. Me dieron serias ganas de llorar. La fiesta estuvo bien, de a poco desentono un poco menos, no mucho, pero me aceptan, no digo cualquiera sin pensar, y me fui para dar la teta. No soy yo. No sé, no me dieron ganas. Me estoy volviendo una verdadera adulta. Increíble de mí. Y llegué casi sin perderme. Pero que mi gracia esté desapareciendo es raro. Ya ni lo intento. Una madre nos contó que el marido le metió los cuernos con una artista durante un año y medio. Ahora están casados, ellos claro. Me dio pena y un poco de alegría que lo contara. Las demás madres no sabían, yo pregunté todo, obviamente. La gente tiende a contarme sus intimidades, tengo ese skill. Todas estaban muy emocionadas porque había sido el día de las naciones, al salón de Tita le tocó Japón. Parece que Japón siempre le gana a Argentina, nuestro nivel de exotismo e interés pareciera ser nulo. China ataca Kamtchaka.

Mi mal humor a las seis de la tarde era indescriptible. Diego llegó unos minutos después que nosotros, bueno, yo ya había bañado al bebé, había dejado las botas y pelé ojotas. Olvidé decir que mi look sí sigue desentonando pero eso resulta cuasi redundante. Como no llegué a hacer brownies (me superó el cansancio y el trabajo), llamé a María para preguntarle si tenía algún tipo de chocolate. Sí, almendras bañadas. Genial. Las fui a buscar y me quedé un rato, estaba con sus dos cuñadas, me ventilé, estuve como media hora sin hijos (sólo me pasa cuando voy al gimnasio o al super) y volví con el tarro de almendras para el café. El menú de hoy incluye las papas de siempre (son ricas y fáciles, no hay con qué darle), unos rib eye envueltos en panceta con una salsa de hongos, un gazpacho con quesitos y esas cosas de entrada y la mousse de mandarina con un coulis de zapote negro. La limonada con menta y jengibre también la incluimos. Marido ultima detalles mientras yo estoy acá, a veces me da mono de compu.

Tengo más cosas para decir. Por ejemplo: Fer está en Buenos Aires y mañana cumple años. Maru está por parir. Yo quiero vivir en la ciudad, no aguanto más esto. Tengo dudas acerca de mi potencial felicidad en Argentina. Y sé positivamente que necesito un poco más de ayuda. No soy wonderwoman, me canso.

En fin. Unas fotich y a terminar mis tareas.
Así de ajetreadas las cosas.



necesito una nana. con urgencia.

Quiero llorar. El bebé llora a mis pies. Yo tengo otras cosas que hacer. Auxilio!

no, no y no. no nací para esto

Dormí mal. Bah, demasiados sueños, demasiado vívidos. Eso hace que no descanse. Diego lo despachó a Simi. Bien ahí. Tengo que pedirlo pero al menos recibo una respuesta positiva. De todas maneras, no dormimos más. Los dos pequeños estaban de lo más despabilados. Hicimos fiaca los cuatro en la cama, nos levantamos, desayunamos, Tita se fue en el camión y yo me puse a cocinar. Detesto cocinar sin ganas. Me llevó casi dos horas toda la movida. Mientras, Milo estaba en su carreola. Subí a acostarlo pero no funcionó. Cuando lo fui a rescatar, estaba completamente sucio. El padre le había puesto el pañal como el orto. Lo cambié y acá está, a mis pies, jugando torpemente (no podría decir que tiene la motricidad fina muy desarrollada). Quería ir al club pero con la nana que tengo y el bebé despierto, no me dio. Malísimo. En breve me bañaré y me pondré, de una vez por todas, a laburar. Un desastre. No sé qué me pasa. Entre una cosa y otra se me va la vida. Necesitaba el deporte. Necesito otra nana. Necesito un poco de libertad de acción. También tengo que ir al dentista. A sacar mi credencial del IFE. A sacarle la foto a los chicos. Tengo que llamar a la depiladora. Pedir turno en el pediatra. Llamar al gastro para ver qué me dice de mis estudios. Terminar una nota. Envolver el regalo del cumple que tenemos hoy (malísimo, soy pésima para esas cosas y las odio con toda mi alma). Y mandar un par de mails. Me cuelgo.

No hay reflexiones. Hay una esperanza de que salga el sol. Ganas de deporte que quedaron truncas. Un bebé que se vuelve más demandante con los meses (ahora estoy a full tratando de agarrar un muñeco del bebeseat). Y ganas de escuchar Leonard Cohen, no encontré ningún disco (están hechos un caos) así que veré que bajo de la red.

Así las cosas. Desordenadas.

jueves, 22 de octubre de 2009

de lo que me vengo a enterar

Ayer me dijeron que era una looser. Y yo, viviendo tantos años en la ignorancia. Digo, no me creo la más canchera pero de ahí a looser, un gap grande. Claro que soy hiperconciente de mi aparetez extrema. Mientras bañaba a Milo buscaba los orígenes. No, en la infancia no. No era así. Era común y corriente, con mucho carácter, sí. Pero normalita. Y semi nerd, me gustaba mucho leer. Pero me veía todas las novelas de la tarde. Cualquiera. Mi vieja jamás nos puso ni medio límite con la tele, no le parecía. Mi hermano salió más adicto y yo terminé odiándola durante bastante tiempo. Ahora ya no.
La cuestión es que creo que nació en la adolescencia. No sabría cuándo exactamente pero con las hormonas y el crecimiento de la nariz (todos sepan, todos los menores de 13, que uno no nace narigón, la nariz aumenta su tamaño con los años y un día te levantás y zas, te cambió la cara).
Bueno, ahora soy una looser declarada. Ni modo. Nadie se murió por eso.

Mi marido casi terminó la cena. Ya dejó hecho el gazpacho para mañana y yo estoy extremadamente cansada. Quemada MAL. Me olvido de todo. No conecto.

Me gusto más pilas.

Así de agotadas las cosas.

en tan poco tiempo, tantas cosas

Por ejemplo: chocar. El centro de salud está en una cortada. Había muchos autos, extrañamente, hoy y como no encontré dónde estacionar, me eché en reversa (es verdad que no soy muy cuidadosa, más bien manejo estilo bestia peluda) y me tragué un coche que estaba estacionado en segunda fila, sin balizas. En fin. Iba con Camilo. El pibe quiso llamar al seguro, yo quedé mucho peor que él, obviamente pero parece que su mini rasponcito le jodía. Entretanto, fui al centro de salud, mientras venían los ajustadores, a vacunar al bebé y a activar la cartilla de Coco. El bebé volvió como vino, no tenían la pentavalente (quíntuple en Argentina) y tampoco le pude dar el resto. Pregunté dónde me podía quejar y me contestaron algo demasiado vago. La cartilla, por un cambio de disposición oficial, casi no me la activan pero a la señora le dije que por favor, que ya había venido, que tres hijos, sin ayuda y sin familia (una mentira muy blanca) y se apiadó. Parecía que faltaba la foto pero no, la encontré y finalmente me fui con un trámite menos. No es tan fácil liquidar las cosas en este lado de la ciudad. Ayer a la tarde, Diego vino temprano y nos fuimos los cinco a sacarles fotos 4x4, 3/4 perfil derecho sobre fondo celeste a los chicos para los trámites argentinos pero acá, esa foto, es imposible. Diego le insistió a la señora para que la sacara, sabiendo que no iba a servir. La foto no tenía absolutamente nada que ver con lo que necesitábamos pero como soy educada le pregunté cuánto era y nos tiró una cualquiera, pagamos 30 pesos por una sola foto inservible. Malísimo.

Después de que finalmente llegara el ajustador (le di la teta a Milo en el coche, entretanto), de que yo le dijera que por mí no le pagaran nada (además tuve un altercado con la madre del pibe que quiso llamar a una patrulla porque pensó que mi plan era escapar. Le dije que primero no me tuteara porque yo no la tuteaba y que tampoco me hablara, estos son los casos en los que soy MUY peleadora, un día me voy a ligar un bife) pero parece que para el reglamento de tránsito soy culpable así que sí, le van a pagar su mísero rasponcito y yo seguiré con mi coche que se cae a pedazos (igual, uno de mis pensamientos de la semana fue: qué adulta estoy, lo lavo cada tres semanas aprox, un récord). Entonces, me fui con Milo al tianquis, como encontramos la mochila portabebés me lo cargué ahí y me llevé mi bolsa grande de las compras. La espinaca estaba cara y mala así que me abstuve, compré zanahorias, ciruelas huesudas (una ciruela deliciosa que nunca había visto hasta que vine acá), unos tomates que me llamaban a gritos por su belleza y un kilo y cuarto de queso oaxaca, no dura nada. El del puesto me da cosas para probar y me dice güera tres veces por frase. Yo considero que ya tenemos una relación pero puede que sea sólo mi idea. No encontré ninguna peli pero de todas maneras, me pesaba mucho todo porque también compré dos kilos de mandarinas. Me tomé mi agua, esta vez de piña (me gusta que van cambiando los sabores), es como un litro por diez pesos, me copa. Y partí, con la espalda casi tan destruida como el auto. Acá estoy, por irme a buscar niños a la escuela, después de una mañana demasiado intensa y cansadora. Pero todo bien. Hay sol, mi marido me llamó dos veces por teléfono y yo mantego, milagrosamente, el buen humor.

Eso. Más o menos todo.

(aunque me sobran los pendientes)

jueves de tianguis

Y yo, haciendo tiempo.

Llegué del club y Milo duerme. Tengo que esperar para llevármelo, tengo que vacunarlo, activar la cartilla de Simón y hacer sí o sí, compras en el tianguis (mandarinas, zanahorias, espinaca, queso, pelis). Me caí de la elíptica. Soy demasiado torpe. No estaba haciendo nada especial, escuchaba música y movía la máquina y de repente, derrapé. Dios mío. Ya ni ganas de llorar me dan con esas cosas, sólo pienso: ¿qué me pasa? Me dolió un poco el tobillo izquierdo pero creo que ya se pasó.

Ayer a la noche fuimos al cine a ver la de Tarantino. Antes, Diego quiso cenar algo. Le sugerí tacos y me dijo que prefería otra cosa. Caímos en un lugar de pizzas, tipo cadena, en donde se comió un minestrone espantoso y un panini para olvidar. Miramos videos en vivo en los ocho plasmas que había desperdigados por ahí. Le dije: me quiero volver. Ahora podríamos estar en cualquier otro lugar, tipo Pierino (justo lo vimos en la lista de los 13 mejores restoranes de no sé dónde y lo había leído en un libro). Me corrés por izquierda, me contestó. Yo no soy tan fana pero el más. Eso sí, sin lugar a dudas uno de los mejores tiramisú, por lejos. Después, una vez en la sala, descubrimos por qué no vamos nunca (creo que fue la primer película para adultos que vi en el cine en el último año). Es imposible. La gente se ríe. Man, se ríe de cualquier cosa, todo el tiempo. Y come nachos con queso amarillo y palomitas con demasiado olor. Pero se ríe. Se rieron, mucho, durante toda la película. No entendimos. Además, había mucha gente (nos sorprendió). Me gustó. Las películas de Tarantino suelen gustarme más con el tiempo. Igual, suele parecerme un groso. Un groso al que zapearon mucho en la escuela primaria, eso sí. Fuiste víctima de bullying, no mames. Los dejé a los chicos por primera vez con Karina. Me dio bastantes nervios pero era imperativo airearse. Hoy a la mañana, antes de las siete, mientras se comía sus tostaditas con manteca y azúcar, Simón se quejó: es bastante mala onda Karina, dijo. ¿Por qué, qué pasó? Pregunté. No me quiso buscar el libro (el libro que mi hijo lee todas las noches), me dijo que no saliera de la cama y que no tosiera porque iba a despertar a Camilo (wtf?!). Me mató. Se fue, me volví a la cama pero no pude dormir más. Ni bien la vi le espeté mis quejas. Le dije lo que había dicho mi hijo y que por favor no nos callara más (sigue con el shh, shhh continuo). Que no pasa nada si el bebé se despierta, que es el tercero y que nació en una casa con ruido. No puedo sacar ninguna conclusión, se me quedó mirando con una cara medio diabólica y yo me fui rápido. Después lo dejé con muchas reservas pero lo dejé (no sé si soy medio un monstro, por dejarlo...). Me asusta un poco el tema. Igual, no sé qué hacer. Por otro lado, la llamé a Jose para ver cómo seguía. Le dije que se viniera a descansar acá. Me preocupa que esté sola, sintiéndose mal en Tlanepantla. Me contó que fue al médico pero nada de lo que dijo tiene demasiada lógica. No sé. Difícil.

Ayer estaba de buen humor y cuando estoy así, doy verngüenza. Bailo y canto en lugares públicos sin que me importe nada. Mi marido mira para otro lado pero se ríe. No tiene mucha autoridad, a pesar de pisar los cuarenta, me toquetea sin complejos cuando le pinta. No somos muy serios.

Y no mucho más. Sí tengo que trabajar, no, no tengo mucho tiempo.
Mi hijo se despertó y las fotos del flickr ya se cargaron. Time to go.

Así las cosas.

miércoles, 21 de octubre de 2009

posgrado

Ayer pensé que me gustaría hacer una maestría en FLACSO.

No sé. Pienso demasiado. Todo al pedo.

Ponete a laburar, gorda.

O hacé más deporte.

perdiendo el tiempo sin control

Estaba al borde del abismo, salí al parque con los dos pequeños y me vine a casa a hacer galletas. Tengo que laburar pero no podía abrir un archivo. Me puse a chatear y por lo menos me reí un buen rato. No pude agregar el twitter sin los tweets, torpeza extrema. Me quedé pensando. Mi madre dice a su edad (58), que lo mejor ya pasó. Yo pienso que esto es lo mejor pero lo pienso fríamente, no es un sentimiento que se me impone. Lo que se impone en estos días es un patetismo extremo. Entramos en la fase: ME QUIERO VOLVER YA. Encima, se avecina el invierno. Debería pensar en mis vacaciones porteñas. Alguno de mis amigos me dará pelota. Temo ser sola ahí también. A veces creo que ya nadie me quiere.

Marido llamó que está en camino. Ya no daba para más. Karina no es Jose pero al menos me ayuda un poco con el bebé.

Alguien sabe dónde se compran vidas???

Deberíamos ir al cine. Se lo voy a decir. Hoy le diremos Pipu. Al Pipu.

Así las cosas. Tarde de otoño en la zona metropolitana.

Radio venus llamando.

ponele un toque de onda, loca

Bueno, no, todo bien. No hice gym. Fui a Costco y a Chedraui con Milo. Ordené un poco la cocina, me bañé, me hice un café y me puse a laburar. Inspiración: nula. Ahora, buscar a Tita. A la tarde laburaré un cacho más. Haré unas galletas y cuando llegue el Coco iré con los tres a sacarles fotos para diversos trámites argentos. Y no mucho más. Diego mira casa por donde me gusta. ¿Y si me mudo? ¿Seré más feliz? ¿O más infeliz? Lo malo de los cambios así es que no vienen con garantías. Y yo, como ya dije, soy muy miedosa. Igual, lo veo difícil.

En fin.
Así las cosas.
Al menos hay sol.

rapidito que no alcanza el tiempo

Me tengo que cambiar ya para ir al super con mi hijo menor, Jose apareció a la noche, la llamé y me dijo que se sentía mal desde el día anterior. Me preocupé. Le dije que cualquier cosa me avisara que la llevaba al médico. Pobre. Un poco quisiera que estuviera acá, me sentiría más tranquila. Muy sola ahí con el novio.

Mucho enojo con marido. Recién hoy a la mañana intentamos conjurar mientras comíamos tostaditas con manteca. Yo, café con leche. Ya no vomito. Nunca supe nada del médico. Tengo que comprarle remedio a Simi. Tengo que sacarle fotos a los tres para diversos trámites. Tengo, sí o sí, que laburar. Tengo que hacer compras sesudas para mi cena. Tengo que cocina para que comamos. Tengo que leer. Tengo que tener una vida. Urgentemente.

Tengo que dejar de soñar cosas deformes.

Tengo que salir un poco más (mucho). Hoy deberíamos ir a ver la de Tarantino.

Hice listita en mi moleskine. Tener buena memoria choca con usar libretitas, con lo que me gustan.

Hoy parece que no gym.
Ni modo.
Así las cosas.

martes, 20 de octubre de 2009

en qué estaría pensando

Que no me daba cuenta. Estoy en el horno, con papas y mucha crema. Ahogada. Quemada. Hablar poco tiene la ventaja de no ver la miseria pero cuando de la nada hacés un comentario y te das cuenta de lo que es tu vida, de tus últimos meses, de tu realidad, quisieras salir corriendo.

Simón tuvo un ataque de angustia. Me gritó sin parar. No quiso ir a tenis. Se enojó y la pasó pésimo. Y no viene mucho mejor. Obviamente se calmó pero algo no cierra.

La familia teclea. Esa es la sensación. De Jose no supe nada de nada.

Y yo, entonces, caigo en la cuenta de que hace meses que no salgo sola. Soy, verdaderamente, madre full time. No es lo mío. No me gusta, no lo busqué y no tengo ni la más puta idea de cómo llegué hasta acá. Básicamente por eso me quiero volver. Me urge tener una vida. La sensación de que un día vas a explotar es asustante.

Y de lo otro, ni hablar. Soledad. Soledad. Soledad. Muchas ganas de llorar todo el tiempo. La inconciencia era mucho mejor. El efecto teta que junto con la leche parece estar yéndose.

Nada. Eso. Triste.

Nunca mejor enunciado: a no pensar.

alguien sabe...

cómo hacer para linkear Twitter pero sin que aparezcan los tweets?

Lo intenté durante demasiado tiempo.

Hoy me llamó Carmen, pasé por su casa en pijama con Milo, también en pijama. Vino de sorpresa, a hacer un trámite y se va mañana. Me dio alegría verla.

También me contactó el papá de un nene que iba con Simón al Peterson, se volvieron a España hace tres años. También me dio emoción. Tenían 3 varones y ahora tienen uno nuevo! Me mató. También me emocionó.

Bueh, podría seguir pero tengo que seguir ayudando a mi hijo con la tarea.

yo no debería estar acá

Debería, por ejemplo, estar trabajando. Pero en un ratito tan corto...Mi bebé está al lado mío, sin juguetes, mirándome desde el huevo. Retorciéndose. Ahora, quejándose. A Karina, está clarísimo, no le gustan los chicos. Le acabo de pedir que lo cambie. El piso puede esperar. De hecho, venimos de Walmart, fuimos a conocer a dos posibles candidatas. Tan jovencitas. 18. Les pregunté por qué no seguían estudiando, habían terminado la prepa. No obtuve una respuesta clara. Pero tenían un poco más de sal. Al menos parecían enternecerse con las sonrisas de Milo. Es tan divino. Aunque sé que obviamente eso me parece a mí, que soy su madre. Jose tenía que venir hoy pero no apareció. Su celular está apagado y yo me preocupo. ¿Le habrá pasado algo? No tengo cómo saberlo. No sé qué hacer con este tema doméstico pero sé que algo tiene que pasar. Necesito poder irme tranquila, poder trabajar tranquila (ahora me es imposible) y saber que mis hijos tendrán un poco de contención. Cómo explicar que no tenemos familia, que la nana es fundamental en nuestras vidas, que es parte de la familia, un apoyo. Puede que suene raro pero es la realidad. Y Karina sólo se dedica a callarlos. Shhh. Es lo que más les dice. Shhh, shhh. Todo el tiempo. Todavía no me lo dice a mí pero en cualquier momento. Y eso no. Yo sé que Tita es caprichosa. Y yo soy dura con ella, no necesito más sargentos, necesitaría, tal vez, alguien que me haga el contrapeso. No sé. Siguen los días de confusión. Igual, me fui al club. Hice 45 de elíptica. Me metí un toque en el sauna, me enteré que una de mis compañeras de locker enviudó hace unos meses (no tenía idea), me dio su tarjeta porque es realtor y me volví a casa. Además de comprar dulce de leche, pan fresco y tortillas en el super, fuimos con Milo a cargar gasolina. En breve me voy a buscar hijos. Una de las actividades que más odio. No lo soporto, hacer de chofer. Me fastidia enormemente. Me supera. Y después de la tarea, club. Tenis y ballet. El viernes tengo cena en casa. La cena fallida. Finalmente los re invitamos. Tengo que pensar el menú pero supongo que será muy parecido. Poca imaginación y energía.

Hay sol pero no está para nada diáfano. Una capa de smog o niebla cubre el cielo. También mi perspectiva. Una intranquilidad e insatisfacción. Para variar, claro.

Y por último, desde la elíptica, lo llamé a Diego para decirle que lo quería mucho. Te amo, le dije, cuando nos despedíamos. Gracias, me contestó. En fin.

Así las cosas. Inverosímiles.

lunes, 19 de octubre de 2009

5to capítulo, 2da temporada

Todo de un saque. Hoy detesto el suburbio. Hace semanas que podría sentirme soltera si no fuera por el detalle del encierro y la monogamia.

Me dieron muchas ganas de ponerme una musculosa bien escotada, ir a un lugar, fumarme unos cuantos puchos, tomarme un mojito y bailar bien trola. A veces me pasa. Sí, sí. Pero claro, estoy acá, en mi casa del suburbio mexicano, con mi soledad, mi compu en el regazo, mi marido por ahí y mis hijos durmiendo y me pregunto qué onda (de hecho, mi hijo menor parece estar clamando por teta).

Me urge un refresh. Me lo dijo Diego ayer (sobre él no sobre mi persona). Un cambio de aire, de costumbres, de locación.

Me urge comprarme una vida, parece.

Cualquiera man. Cualquier y es lunes.

Te querés matar.

Bueeeeno

Karina llegó a las diez y media. Yo ya había llamado a un back up para agendar una cita para mañana pero cuando la vi, me enterneció, consideré que ya nos conocemos, que tenemos una relación que puede prosperar y funcionar y con esa idea me fui a llevarle un abrigo a Simón y a buscar a Roberta a la escuela. Además, es muy ordenada. Pero cuando llegué a las dos y pico, con Tita y Milo, nosotras muertas de hambre, y la comida no estaba ni empezada ni la mesa puesta ni nada de nada, definitivamente me arrepentí. Claro que no llegás si el día comienza casi a las once. Adobé las costillitas de cerdo con mostaza, sal, pimienta, azúcar y aceto. Pisé la calabaza, le puse también sal, manteca y un chorrito de leche y cuando todo estuvo listo me senté a comer con una terrible cara de orto. Encima, la pileta tapada. Sí, venía mal pero si tirás la comida ahí, mamita, se tapa más. Los plomeros me dicen que me cobran entre 1500 y 1800 pesos (lo que vienen a ser entre 115 y 140 dólares aprox). Ahora Milo llora al lado mío, tengo que laburar, tengo que tener un poco de vida antes de explotar del todo. Necesito ayuda, loca. A-yu-da.

Lo bueno: salió el sol plenamente. Llamé a mi marido y le tiré la buena. Igual, va a venir muy tarde y soy sola.

Por lo demás. Nada.
Abrí la3ra.com y vi que hay una entrevista a Rinesi. Fue, definitivamente, el mejor profesor de sexto año. Sociología. En lugar de apuntes, leíamos libros. Enteros. No era normal en ese contexto. Creo que fui la única que entendí algo de El hombre unidimensional. Santi G me lo perdió. Después me estupidicé de por vida. Claro que entonces tenía pretensiones intelectuales aún. Se fueron con el viento, con los años, los hijos y la vida. Buenos recuerdos de épocas antiguas. También, ahora que recuerdo, me lo crucé en mi muy trucho paso por Teoría política y teoría estética. Hubiera sido una cursada interesante si hubiera ido. Simón era bebito y yo me tomé licencias. Tal es así que para el trabajo final refrité otro de no me acuerdó qué (puta era de un seminario de...no me puedo acordar el nombre, auxilio!!) en el que me había sacado siete u ocho y el bueno de Gonzalez me puso un diez. Nos encontramos en el bar de la esquina de sociales y me hizo una devolución. Un divino y yo, un fraude (bueno, claro que yo había escrito el trabajo lo que no me hacía sentir tan mal). Si no hubiera sido tan snob y pendeja, hubiera estudiado sociología y hoy estaría contando otra historia o tendría otro blog o ninguna de las dos cosas pero eso sí que ya no se puede cambiar.

Ni modo.
Así la vida.

parte de mi familia


Buscando botines (tacos en mex).

un rato después

Terminé un dictamen. Salió el sol. El bebé se durmió en su cuna (que está en mi cuarto por las visitas de ayer). Yo debería cambiarme e ir a comprar destapa cañerías cuando llegue Karina. ¿Vendrá? Sin certezas.

Y a pesar de todo, más triste que antes. Triste y solitaria. Y con frío y fiaca.

Mala combineta para un lunes.

Igual, a veces me dan ganas de decirte: yo la paso bien eh, este es sólo un pedacito. Mirá que soy re copada.

Pavas, muy pavas las cosas. Y con ganas de BA.

hace demasiado frío

Hubiera querido empezar el día distinto. No peléandome con mi marido por la cantidad de abrigo con la que se fue Simón, escasa para cualquiera. Quisiera muchas veces que las cosas fueran distintas y recibir cariño y cuidado, para mí insuficientes, para él completos. No importa. Ahora Camilo se queja en su huevo, creo que tiene sueño, sólo espero que no tenga frío. Es el tercer día de gris constante. Karina no llegó y no sé si llegará en algún momento. Diego se fue hace un rato, enojado, como siempre. El fin de semana se voló. Y la semana empieza con dudas y trabajo. Con pocas certezas y una leve acidez, con un hueco en la boca del estómago que, desde ayer, me hace pensar. O no. No pienso, simplemente me siento rara. La inquietud más inmediata: el frío. Los chicos no tienen ropa de abrigo y la casa no tiene ningún tipo de calefaccionamiento. La discusión primera versaba sobre la enfermedad de Simón: una tos que no da tregua y los resultados del isopado recién estarán mañana. Debería haberme levantado. Pero la noche fue dura con el bebé, me desperté muchas veces y me contracturé dándole de comer. Creo que debería probar con una buena mamadera con fórmula.
La incomodida acerca de mi vida siguó su curso. Añoro cosas que acá no puedo revertir. Añoro ser yo, como tantas veces dije. Añoro una vida normal. También quedarme un rato en la cama con mi marido. Y también echarnos un buen polvo, cosa que no sé hace cuánto no sucede. Y el frío, tan desalentador.

Quisiera un apapacho de algún flanco. Tuve a mi madre, un apapacho tan infantil como yo.

Ayer también pensé mucho sobre la hipocresía del matrimonio. Del matrimonio burgués, puede ser. Sí, la monogamia es una ficción necesaria y estoy citando. Ayer pensé mucho en eso. Bah, pienso mucho en eso todo el tiempo. Cierta paranoia que me persigue hace un tiempo que antes no era parte de mi horizonte y ahora sí, lamentablemente. ¿Vale la pena decirlo? Yo no creo. Así de simple. Pero tampoco me interesa saber ni investigar. No tiene mayor relevancia, creo en la trascendencia de las relaciones por sobre los detalles de la cotideaneidad. Pero a nadie le gusta estar en ese lugar. Y ahí viene la andanada de pelotudos que dicen que ando diciendo que mi marido me mete los cuernos. A veces me sorprendo de la pelotudez extrema que se maneja ahí afuera.
Bueno, estoy así de confusa y mi hijo menor llora, presumo que queriendo comer.

Grises las cosas. Muy grises y frías.

domingo, 18 de octubre de 2009

en la paz del hogar. domingueando

Soy sola. Acabamos de llegar y como Diego se tenía que ir al estudio, portó a los dos mayores. Camilo y yo empezamos una nueva oleada de Sex & the City.

See you later. El deber me llama.

en el día más feo del año

¿O fue ayer? Espero a que mi marido vuelva de jugar 3 horas de tenis y de darse baño con vapor y sauna incluido. A veces el pibe se pasa. Bastantes veces. Y yo, que no quiero ser rompehuevos, me quedo callada. Pero ¿te parece gordo irte taaaanto tiempo un domingo? No estuviste en toda la puta semana, ayer a la noche te fuiste a una junta y hoy a las seis de la tarde tenés que pasar por el estudio de otra cosa. Man, un toque de onda. En fin. Acá no es el día de la madre. Skypié brevemente con la mía, me olvidé de comprarle regalo mientras estuvo acá (estuvimos mucho juntas, además) y recibí llamado de mi suegro felicitándome. Vino Paula a buscar a las chicas y se fue hace un ratito, su marido también jugó pero sólo el dobles (el single del mío ya lo dijimos: sobró). Tengo ganas de ir a IDEA, el Ikea del subdesarrollo. Tengo muchas ganas de mudarme porque estoy harta de la vejez de mi casa y problemas como caños tapados, cocina que se desarma. Pena que la guita no da para mudarnos a donde nos gustaría. Y con plan de vuelta, todo parece ridículo. No sé. Hace mucho que no sé qué pensar sobre ciertos temas. Igual, ahora, aburrida de esperar a marido. Yo, gordo, me la paso acá toda la puta semana, el finde me gustaría pasear un poco más. No es tan difícil de entender. Un poco de cuidado y de mimo de su parte me sentaría bastante bien.

Bueno, eso.
Feliz día para todas las madres.

sábado, 17 de octubre de 2009

necesito

Un baño de judaísmo. Demasiada iglesia y goi en general. Ser flaca. Man, necesito volver a ser flaca próximamente. Pero sigo morfing like a gordich all the time. Claro, así no va a andar. Miro S&tC. Pienso: yo tuve experiencias de citas y garches durante mooy poco tiempo. Retirarte a los 23 te deja en un lugar rarísimo. ¿Me habré perdido algo? No idea.

Llegué, bañé hijos, Diego se fue a una pequeña junta en Polanco (sin sentido, adora hacer pavadas semejante) y me dejó sola haciendo todo. Su inconciencia no da ni para enojarse, sólo me torra. Me dí una panzada de 3 o 4 capítulos, no recuerdo. Vinieron Kelly y Megan a dormir. Están mirando videos en la compu de marido. Michael J otra vez. Marido me ataca, no soporto cuando hace eso. Detesto que me moleste. Escapo. Me refugio en la compu. Ando medio asexuada. Supongo que de repente la libido se toma vacaciones. Son rachas. Ni ganas de paja. Sí,son rachas.

Mientras le daba la teta a Milo me di cuenta de que no soy más joven. Me di cuenta porque no camino más arriba de la cama. No canto a voz en cuello. Ya no soy el centro de la mesa. Perdí carisma y gracia. Lo peor: no me termina de disgustar. Lo que me sorprende: el interés de los hombres por la belleza. Me sorprende y me harta, claro. Me confunde. Me aburre. Y sí, también me preocupa un poco. ¿Qué pasa con chicas como yo? Interruptus: marido me da besos en la nuca y me pellizca. Todo porque me sobra carne y porque tengo puesto el pantalón de pijama de elefantitos que me regaló.

En fin. Elegir peli y mandar niños a dormir más tarde.

Así las cosas.
Terminando el sábado.

y once horas después


Estilo sanisidrense (según mi perspectiva no sé si los del norte pensarán lo mismo). No, no uso NUNCA accesorios. Sólo la alianza y las uñas coloradas. Jean nuevo y botas negras. Es lo más formal que puedo estar.

Vi Sex & the city (anoche) y conjuré la angustia. Diego llegó en el segundo capítulo y yo hubiera querido seguir mirando. Igual, me dormí a las 2am. Tardísimo. Hoy amanecimos a las 8.

Sigue nublado.

¿la lealtad?

No es un día peronista acá en México. Demasiadas nubes. Todavía no leí diarios y no sé si lo haré. Mañana allá es el día de la madre. Acá no.

Me voy a cambiar a mi hijo menor y después a bañarme con mi hija y a embellecernos para el ágape. Me encanta tener eventos sociales pero que sea un bautismo no creas que no me perturba un poco. En Buenos Aires sólo fui a uno, de mi familia política, claro. Es lo más católico (lo único) que tengo alrededor ahí. Sí, sí, no es poco, lo sé. Pero es lo que hay.

Así de litúrgicas las cosas.

viernes, 16 de octubre de 2009

viernes 11.14pm


Así quedé después de ver La decisión más difícil. Lloré con ruido. Estoy sola, los chicos duermen y Diego, ni idea.

No sabía que era de Nick Cassavettes. A ese chico le gusta hacer sufrir.

Ahora o leo o Sex & the city.

Así de llorosas las cosas.

noche de viernes

Las visitas generan una sensación de tiempo suspendido. No hice mucho en la semana. Estuvo bueno igual, estuvimos tranquilas con mi vieja, los chicos contentos, el bebé que era cuasi un desconocido. Ante estas circunstancias te enfrentás a la extrañeza de vivir afuera. De repente me veo hablándole semi mex a mi mamá. No es que yo tenga acento pero no hablo exactamente igual. Pero esta semana, encima, hablando un argentino rarísimo con mexicanos. Del tipo a mi compañera de locker: ah, te tiró toda la data. O a Lisa: una gila. Cosas ridículas. Extemporáneas y porteñas. Mis hijos mezclan también pero básicamente intentan hablar argentino con nosotros y mexicano con los demás. Es muy raro escucharlo, te llamaría la atención.

De marido no tengo noticias. Supongo que está en el teatro. Hablamos hace casi seis horas y nunca más. Un clásico.

Es viernes a la noche. Los chicos están mirando tele. Hoy los dejo. Podría ver Sex & the city, me prestaron unas cuantas temporadas pero como ya vi algunas me da fiaca. Tengo alguna peli, ah ya me acordé, voy a ver una que tengo ganas. Me comería algo dulce, no debo ni por los kilos ni por el reflujo. Primero, acostaré niños. Qué rara la vida. Qué raro que se viene el frío, tengo puesto un sueter de lana gruesa. Un poco de fiaca y un poco de ganas de mística invernal. Cambiar los hábitos.

Cuánta improductividad. Y eso que no consumo you tube (nunca), ni bajo pelis o música. Yo soy adicta a la lectura de todo tipo.

En fin.
Así de viernes y solitarias las cosas.

uff, qué día largo

Diego dijo que se levantaba él. Ayer llegó relativamente temprano (creo que eran menos de las diez), se comió unas milanesas con budín de verduras (todos ya habíamos cenado el besugo que me quedó con gusto a nada, no sé bien qué falló esta vez, o sí pero fiaca de desarrollar acerca del pescado) en la sala de tele, también comimos, ambos, mucho chocolate (muy indebidamente de mi parte), platicamos un rato, reclamé por su desamor y falta de llamados (lo mínimo) y nos fuimos a dormir. Antes de acostarse vio una araña gigante, era verdaderamente enorme, buscó una zapatilla para matarla pero se quedó ahí, parado a un metro, dubitativo. Le pregunté si quería que la matara yo y dijo que sí. Ajá, me había olvidado de lo cobarde con los bichos. No sólo la maté si no que tuve que recoger los pedazos de la alfombra con un papel. Cualquierismo de mi vida marital. A las 6.50 veo el reloj, que no había sonado, y salto de la cama. Marido no se inmuta, no está con grandes pilas. Claro que trabaja mucho pero yo me levanto mucho de noche. Bueh. No pasa nada. A pesar de que era más tarde que de costumbre, tuvimos que esperar al camión. Siempre nos sobra el tiempo, soy excesivamente eficiente para ciertas cosas. Volví a la cama, ya muy despabilada y después de un rato le pedí a Diego que cambiara al bebé. Podría haberlo hecho yo pero man, un toque de ayuda. Simón no lo ve desde el lunes a la mañana. Convivimos. No está de viaje.

Fui al club. Cincuenta minutos de ejercicio, un poco de aparatos. Breve paso por vapor y sauna. Ducha, charla con mis compañeras de locker. El pasillo estaba a full. Las de siempre. Me dicen si extraño Buenos Aires. Contesto que extraño caminar. Siempre contesto lo mismo. Sintomático. Vuelvo. Nos vamos con madre y bebé a Santa Fe. Paseamos por Sacks Fifth Avenue. Cosas lindas. Me sorprendo de mí misma. Nos probamos cremas, maquillajes, colonias deliciosas. Me compro un jean. Creo que es talle 30. Los de antes, 27. Bueno, no es tan caro. Esperamos adelgazar pero mientras necesitamos ropa. Tomamos café. Seguimos paseando y vamos a buscar hijos. Xime me recomienda lindísimo lugar de sandwiches. Redescubro dónde quiero vivir acá, en México: Lomas Virreyes. Es EL lugar. Nos vamos al Magnocentro de acá arriba, helado para los niños, buscar algo para ponerme mañana. Bautismo a la mañana. No encuentro nada. Compramos regalo para la bautizada. Y finalmente nos vamos. Acabo de llegar, destruida. Ser madre burguesa de suburbio agota. Mi madre es mucho más ansiosa que yo. Ya se va. Hacemos tiempo para la hora del aeropuerto.

En fin. Diego trabaja esta noche. Me llamó dos veces. Récord. El domingo también trabaja. El lunes graba concierto. Igual, está bueno que esté a full. Se enoja cuando le digo que quiero que sea rico. Antes el chiste le caía bien. Ahora ya no.

Así las cosas. Madre pregunta qué hago.

jueves, 15 de octubre de 2009

de cada tres frases

Una es un palo hacia mi persona o mi accionar. Bombardeo. Yo seguramente le haga lo mismo a mi hija. Pobre. Por adelantado.

consumo del fin de semana

Leí Los amigos soviéticos de Juan Terranova y me gustó. Lo leí muy rápido, como con apuro. A veces no sé por qué hago esas cosas. Ansiedad supongo. Sigo teniendo los mismos libros empezados de siempre. Aunque no abandoné ninguno. Siempre pienso en Pauls. Leí El pasado también con mucha urgencia pero detesté toda la segunda parte. Podría haber tenido la mitad de páginas. Tres o cuatro veces empecé El pudor del pornógrafo y en ningún caso pude pasar de la segunda página. También leí hasta la mitad de La historia del llanto y, no sabría explicar por qué, lo abandoné para siempre. Ya, como dije muchas veces, abandonar los libros no me da ninguna culpa. Pero no sé a qué venía todo esto. También vimos la última de Almodovar y me gustó. Dentro de todo. Ahora, Penélope no puede ser más linda. No podés tener ese cuerpo. Y esa sonrisa. Divain. Ahora, muchas pelis y series en casa para ser vistas y un marido con cero tiempo. Empezaré sola. Igual ninguna es re copada. Tengo otras que me entusiasman más en el tintero.

Bueno, ahora sí. A trabajar se ha dicho.

mails

Hay semanas en las que no recibo nada de nada. Yo sí escribo y me encanta recibir mails largos y que me cuenten muchas cosas. Qué triste que las relaciones epistolares hayan cuasi desaparecido.

de paseo por el suburbio

Llegó Jose y en calzas yo, mi madre siempre es más digna y como, además, tiene el dedo chiquito del pie roto no puede usar zapatillas, la joggineta no es una opción, partimos hacia el tianguis. Pero era temprano. Esperamos unos minutos y decidimos ir a tomar un café. Hacía frío. Amanece un poco más frío y yo me voy acordando de que octubre puede ser un mes helado, peor noviembre, pero este año el verano parece permanente. No tomamos café, fuimos a Home and More que es como Bed, Bath & Beyond (de hecho lo compró pero nunca le cambiaron el nombre), paseamos viendo cosas para la casa y compramos una jarra eléctrica porque el arreglo que le hicimos a la vieja está a punto de fallar. Se la llevará Diego a la oficina. De hecho, cuando lo llamé para ver qué le parecía, me pidió perdón por estar a las corridas y desaparecido (bueno, todo fue medio al pasar). Digamos que soy fácil y buena y me ablando aunque no lo merezca. ¿Cuán a las corridas estás si a las cinco de la tarde de ayer te pusiste a ver el partido y después a cenar con amigos? A mí no me molesta en lo más mínimo pero man, una llamada para ver si estamos vivos siempre se puede. Es tan poco. Además, cuando estás deprimido o preocupado o te sentís mal te hacés el tiempo para quejarte con alta frecuencia. En fin. La bronca se fue disipando con las nubes y salió un sol espléndido. Volvimos a Palo Solo (es el pueblo en donde está el tianquis) y paseamos entre las frutas y verduras y hierbas y pescados y todo es tan espléndido que definitivamente a cualquiera le darían ganas de comer sano (a mí me dan por default, detesto la comida procesada). Ayer, en el super, compré un besugo que me está esperando para ser bien condimentado y cocido en el horno. La calabaza, también cocida en el horno quedó deliciosa, con la carne molida (que elijo y hago picar yo) que también tenía muy buen sazón (de repente me está mejorando la mano increíblemente).

Y avancé un poco con el trabajo. Y el día así de límpido te da una alegría de base y la balanza acusa un kilo menos aunque no hago dieta (la teta es todo, a todo nivel) y gimnasia mientras está mi madre no. Mañana iremos a comprar unos regalos al muy concheto Arcos bosques y en la tarde de hoy al club, a las diversas actividades de mis hijos.

Que haya venido Jose me da paz. Le pedí que venga martes y jueves que son los días en los que me toca ronda y los niños no me entran en el auto. Es todo tan distinto. Claro que tampoco me queda mucho tiempo de gracia.

Y así seguimos. Igual, extraño mucho caminar por un ámbito citadino. Me urge. Panzada en Buenos Aires, me tengo que comprar el Mac Laren. Ahora voy a entrar a la página. Ah y también tengo que ir al dentista porque hace un año se me rompió la placa de relajación y ayer a la noche, con toda la mala suerte del mundo, uno de los pedazos se cayó por el agujero de la pileta. Ahora tengo una placa renga, ya no sólo rota. Desastre.

En fin.

Así las cosas.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Bueh y más bueh

Argentina finalmente clasificó y decimos: menos mal. Un 2010 sin mundial hubiera sido una tristeza (seamos sinceros). No, no vi el partido ni creo que vaya a poder ver ninguno el año que viene, en México no los pasan. Ya dijimos: el fútbol no es para todos, todos.

Mi marido me cansó MAL. Su darse el lujo de no darme pelota me cansó, si estuviera en Buenos Aires...

Y no mucho más. Madre lee una novela pedorra (no suele leer basura, se lo pasó mi abuelo y se tomó vacaciones a todo nivel, decimos: está bien), ya le leí a mis hijos y ahora o leo o miro tele. Dios, poca energía para todo.

Qué hueva los maridos. Qué institución fallida el matrimonio. Qué triste me siento cuando pasan estas cosas.

Malísimo.

mono de ciudad

Fuimos a la condesa con madre e hijos menores. Antes de entrar al FCE, decidimos comer algo. Antojo de sandwichito rico o ensalada, algo así, porteño te diría, cuasi palermitano. Caminamos cuadras sin encontrar nada hasta que caímos en una pequeñísima y recién (literalmente fuimos la tercer comanda) estrenada pizzería. No era lo que buscábamos por en esas siete cuadras a la redonda sólo hay parrillas argentinas (sí, rarísimo, qué te puedo decir). Comimos, fuimos al Roxy a que Tita se tome una nieve y después sí a la librería (nunca entré, Roberta tenía que terminar su helado y mi madre buscaba exclusivamente un libro de cocina para regalar. Yo soy incapaz de mirar libros con hijos al lado- y eso entonces casi que me imposibilita de mirar libros, punto). Partimos raudamente a Gandhi, estacioné y bajó sólo mi madre. Preferí no mover a toda la comitiva. El tema es que esas diez cuadras de caminata me hizo acordar que la vida puede ser distinta, que yo tuve otra vida y que no estoy segura de querer que México quede en mi memoria como el suburbio en el que habito hace casi cinco años. El dilema siempre está. Hace días y días que vengo pensando y no logro una conclusión. O, mejor dicho, sí. Reafirmo que soy una persona conservadora en lo concreto del término. Los cambios no me sientan, me dan miedo. Extraño la ciudad, mi vida en la ciudad, la dimensión que adquiero y las actividades que podría hacer pero me dan pánico los chicos, el gris, la falta de verde, el encierro y que sea la decisión equivocada. Y acá seguimos. Además hay otros factores económicos y de comfort en juego pero largo de explicar y hueva.

Ya que acá no dan el partido, voy a leer. Pau dijo que venía pero parece que se arrepintió. Diego no me da ni pelota, me aburre su actitud. Mucho. Pero nada que hacer. Ni se le ocurrió decirme que fuera a ver el partido con él (de todas maneras, parece que efectivamente una vez más no hay dónde verlo).

Así de jugadas las cosas.

no te sé decir

Verdaderamente qué onda. Nada. Bah. Interruptus. Skype. Teléfono. Noticias tristes. Me quedé perturbada porque alguien la pasa muy mal. Sé que va a estar bien, lleva tiempo y es duro pero se sale. Igual, muy feo y no puedo hacer mucho. Voy a cocinar algo rico para mandar. No arregla nada pero endulzar un poco la vida nunca viene mal.

Por lo demás. Maru con su panzota, ya al parir. Fui al super con madre, tengo la tintura avellana en la cabeza (madre se fue a chusmear cosas al magnocentro). Lo dejé a Milo con Karina. Dios mío, ¿podré dejarlo algún día solo? Me asusta el tema. Compré mucha fruta y verdura. Puse a cocinar la calabaza en el horno eléctrico para que no se acue tanto. Igual, Karina hirvió el resto. El bebé llora y no lo puede calmar. Pobre mi hijo, y eso que es un santo. Tengo que ponerme a laburar YA. Esto no da para más. Ameba.

Diego trabaja mucho. Llegó a la 1.40 am (hace un tiempo me doy cuenta de que estas cosas generan suspicacias pero soy una convencida de que el humano infiel gusta de serlo en otros horarios, tipo 3pm te diría). El bebuch se despierta bastante, a las 6.40 me despierto sola, a las 7.05 Coco se va y a las 7.30 ya estoy levantada nuevamente (me vuelvo ese ratito a la cama pero es brevísimo, a veces doy la teta o cambio pañal y terminan siendo sólo 15 minutos).

Simón se va con Miguel al club porque es el cumpleaños, el día está medio espantoso. Faltan a after school. Mañana no van al partido tampoco, tenis y piano, no da faltar. Los partidos deberían ser el día de entrenamiento. El sábado tenemos un bautismo. Es al tercero al que voy en mi vida. Fui a un bris, una vez. No me pude acercar, los gritos del bebé casi me hicieron llorar. Convengamos que el tirar agua bendita en la frente es mucho menos cruel, igual, es una niña (no habría riesgos).

Madre se va el viernes. Se pasa volando el tiempo entre la nada y la nada.

Volviendo a mi marido, no me da pelota. Si lo llamo y le pregunto por qué no me llama si ve cinco llamadas perdidas me contesta que sí, pensó en llamarme pero justo se dio cuenta de que es la hora en la que estoy viajando (sic). Cosas así de ridículas. Igual, lo prefiero ocupado que deprimido, creo.

Y no mucho más. Vida social nula. Ayer mi madre me contaba de su grupo de escultura y me doy cuenta de la chatura de mi vida acá. Me acordé de mis clases de alfarería justo antes de venirnos, de mis grupos de estudio, de todo lo que hacía y me da un depre...

En fin.
A leer se ha dicho.
Así las cosas. Embole.

martes, 13 de octubre de 2009

ya me acordé

Por qué era tan infeliz cuando llegué a México. Claro, no conseguía a nadie que me ayudara y me desesperé. Estoy en el mismo lugar. Karina sí, limpia, sí, cocina espantosamente mal pero no, no se ocupa de los chicos, tiene menos onda que un renglón con los chicos y yo me quiero suicidar. ¡Necesito ayuda! ¿Entendés? Yo acá soy sola, no tengo back up e intento trabajar y además, no tengo voluntad de maternidad full time ni a ganchos. Estoy loca como una cabra, con ganas de llorar inminentes, con desesperación. No puedo creer que me esté pasando esto y además, me engañó. Me dijo que le encantaban los chicos. Yo soy semi obse con la casa pero lo que más me importa son los chicos, sabelo. Necesito ayuda sí o sí. Dios mío, ¿por qué? Pensé que este tema estaba completamente olvidado y volvió con toda la fuerza.

Por lo demás, nada. No pude trabajar en todo el día, cuando empecé a leer me quedé completamente dormida (también me había quedado dormida en el sauna). No sé si mala noche o baja presión. Agotamiento. Igual, creo que voy a ir a hacer la carne para un pastel. Angustia. También.

Que suceda un milagro. Porfas...

Karina no es Jose

Claro que no. Y no tiene mucha onda con Milo. Y yo me quiero matar. Estos días está mi vieja que me da una mano pero me pregunto: ¿cómo voy a hacer?

No puedo trabajar si no me ayudan con el bebé. No puedo ir al gym, no puedo hacer absolutamente nada. Angustia. Socorro.

De hecho, acabo de llegar del club. Poca energía, mucho moco y mucha actividad nocturna. A Diego le sacaron una muela de juicio ayer a la noche y a pesar de que casi no le dolía, estuvo completamente monotemático. Levantarme a las 6.45 am, ocuparme de mis dos hijos mayores, cambiar al menor, hacer lunches y desayunos y no tener ayuda con el bebé me pega pésimo. Cansancio y refrío. Estaba muy mal acostumbrada, ese es el problema grave.

En fin. Hice vapor y sauna, madre sacó a Milo con la carreola un rato. Me voy a poner a leer.

Mambo.

lunes, 12 de octubre de 2009

tan fácil

Mi mamá me trajo una remerita que me encantó (me trajo 3 musculosas más pero pasaron desapercibidas, una me quedaba muy fea) y me hizo feliz. Necesito tan poco. La estrené el sábado, re contenta, como una nena. A mí cuando algo me gusta me chupa un reverendo huevo que les guste a los demás. Soy así. En fin. Tita mira un rato de tele, mi madre lee acá al lado y Milo otra vez en su huevo con juguetes. Coco tiene fútbol, a Diego le sacan una muela a las 4.30 y yo debería trabajar hasta que llegue Graciana a tomar el té (no cociné nada, no tuve tiempo!). Nos fuimos con mi madre y le bebonch a pasear al Antara, mi madre no consiguió vestido y nos tomamos un café en starbucks.

De repente se nubló y está espantoso.
Casi casi como si fuera feriado. Pero no.

la alemana y yo

El viernes conocí a una alemana en la plaza. Pobre. Yo salí con los chicos y también salieron Feli y Juana bajo mi cuidado. Estaba buscando algo en una revista, un mail creo y veo a una chica linda, semi canchera con un labrador oscuro y una nena como de dos años y medio, hermosa. El perro era cachorro y todos los niños a mi cargo estaban muy emocionados. La saludé, me saludó en su español dudoso y nos pusimos a charlar. Pobre. Llegó en abril, en el colegio Alemán no se sabe por qué no le dan lugar, no conoce a absolutamente nadie, ni alemán ni mexicano ni nada, la nena no tiene amiguitos y por eso compraron a Puma. Vivían en Polanco y se mudaron al suburbio hace unas semanas. Hablamos en inglés. Le di todos los tips que pude, mis teléfonos y me comprometí a averiguarle la dirección de la guardería a la que van todos los nenes chiquitos de la zona. Se la pedí a Pau pero, como estoy quemeitor, me la olvidé. Le acabo de mandar un mail diciéndole que en el colegio le tienen que hacer lugar (eso me dijeron lo que mandan ahí) y que en cuanto tenga la dirección, se la voy a pasar. Me dio mucha pena, me hizo acordar a mí pero su situación, por razones obvias, es mucho más desesperante. No tiene ayuda, habla castellano a duras penas y tiene una sola hija y me dio a entender que le cuesta embarazarse. Es de Hamburgo. No sé, parece que pegué una nueva amiga.

A mí las barreras lingüísticas me dan toda la fiaca pero...ni modo. Ojalá encuentre amigas alemanas.

Así de multiculturales las cosas.

no, desangelada no, ahuevada

tengo tal paja que no me da ni para leer los diarios. quemada mal. no sé por qué. de laburar, ni hablemos. chateo con mi hermich que ayer fue el cumple. ahora viene el mío. somos gente muy grande, ella 38 yo turning 32. puta madre. increíble. parece que fue ayer que nos íbamos a dormir chusmeando.

así el paso del tiempo. rapidísimo.

(estoy un toque nostálgica con la juventud, no sé bien por qué, se mezcla con buenos aires, creo).

desangelada

Hay días en los que me despierto así. Un poco el comienzo de la semana, el finde que se pasó entre la nada y la nada aunque tuvimos asado y ayer estuvimos en el club y después, sin los chicos (se los llevaron Willy y Paula en un acto de generosidad extrema), nos fuimos a comer a La mar, restorán peruano con ínfulas pero rico. No hice deporte en lo más mínimo, debería ir ahora, si junto fuerzas. Milo llora en su cuna. Diego la pasó muy mal. Bajón, pobre. Claro que en consecuencia me maltrata pero ni modo. Encima, horrible dolor de muela, la pasó pésimo. Y no mucho más. Estoy medio puff, mi madre lee en su cuarto. A mi hijo menor tuve que traerlo y ahora chupetea en su huevo y me mira con cara de sueño.

Ojalá acá también fuera feriado pero claro, no hay nada que festejar.

Así las cosas.

sábado, 10 de octubre de 2009

canciones de la infancia

The Jonathan Ross Show de fondo. Madre e hijos durmiendo. Diego con su compu y yo, cansada, que de repente me acuerdo de la canción "Duerme, duerme negrito, que tu mama está en el campo, negrito..." y así de otras canciones de la infancia, canciones que cantábamos con mis hermanas en el auto, la Misa criolla por ejemplo (la canto con mucho sentimiento, se la habían enseñado a Ale en el Castelli), un mar blanco de negros trabajando en canon, el Romance del enamorado y la muerte, Naba naguila (o como se escriba) y otras muchas. Mi familia era un verdadero kilombo por muchos motivos pero a todos nos gustaba cantar y no nos privábamos. No sólo en el auto sino después de cenar, cuando venían las chicas y comíamos chocolate para taza con el café. El kinder no participaba, demasiadas mujeres. Marce era la que cantaba bien, siempre participó de un coro, la íbamos a buscar a Coronel Díaz y Charcas como mil años atrás. Uno de los primeros recuerdos (y muy traumáticos) respecto del catolicismo fue una vez que cantó en una basílica. Las estatuas me resultaron aterradoras, la oscuridad y el frío. No sé cuántos años tendría pero me sigo acordando de que después fuimos a comer a Di Pappo y pedimos banana split de postre.
Yo canto a veces con mis hijos pero no tanto como cantaba en ese entonces. Tengo un reperterio muy variado si logro acordármelo. Y no me importa tener una voz espantosa. Cantar es alegría, no importa cuán desafinado seas. Yo quiero ser alegre. Y cantarles a mis hijos para que puedan cantarles a los suyos. Tal vez en diciembre podamos cantar todos juntos, como antes, como siempre. Como cuando comíamos chocolate Aguila y por un rato dejábamos los kilombos de lado y éramos una linda y alegra familia numerosa, sin lujos ni pretensiones.

Aquellos lejanos años felices.

viernes, 9 de octubre de 2009

no sé bien por qué

Empecé a escribir algo. Escribo muy mal y no tengo ideas. Pero me dieron ganas, abrí una hoja de word y empecé. Veremos si sigo. Justo intercambié mails con Luigi. Hace mucho que no sabía nada de él y me contó buenas noticias laborales. También, casualmente, me contó que ya entregó su segunda novela. Hace días que pienso en amigos varones. En los que sigo teniendo, en los que ya no y en que ya no me hago nuevos. Efecto matrimonio, pensé. Después me retracté y pensé, efecto México. No sé. No me doy cuenta. Lo que sí sé es que hace años que no me hago un amigo nuevo. Un amigo exclusivamente mío. Los amigos recientes son amigos de la familia. Muchos de mis amigos de antes son ahora también amigos de Diego y tengo otros que siguen siendo mis amigos. Pocos. La adolescenteada de la amistad entre el hombre y la mujer es de décima. Cuando sos chico y te hacés un amigo puede que te guste. Si es mutuo, pasa algo. Aunque no te guste, posiblemente alguna noche estás aburrido y te revolcás y todo sigue como era entonces. Con algunos, simplemente no pasa nada porque la onda es sólo one way. Yo, en una época, tenía bastantes amigos varones. En esa época me parecían demasiados. Yo me preguntaba por qué querían ser mis amigos y no querían tener algo más (por qué no querían coger) y después, me relacionaba con otros que sólo querían coger (también me deprimía). Por suerte todo eso quedó atrás. Tengo otro amigo triste y me da pena aunque sé que va a estar bien. Otros quedan en el camino, uno no sabe bien por qué, o sí. La diáspora amistosa es un hecho. No sé a qué venía todo esto. A que abrí un word. A que le escribí a Luigi y me contestó y me alegré con sus noticias. A que chatié con otro amigo triste pero le dije que ya iba a pasar. Y a que son las 8pm, en punto, estuve en una merienda de chicas hablando de temas que no tienen nada que ver conmigo. Desubicada. Mañana hacemos asado. Al rato llega madre. Estoy muy cansada. Roberta está netamente insoportable. No sé qué hacer. Me deja offside aunque prefiero el orside, más familiar.

Veremos, veremos, después lo sabremos. Quiero que Tita se comporte. Me está sacando más canas de las que ya tengo.

Así la noche.

en la máquina de piernas

Me encuentro pensando: extraño Puán. Claro que de inmediato, en la segunda serie (aunque no fueron series en ese aparato sino una larga sesión ininterrumpida) pienso que lo que extraño es tener una vida. Ver gente. Estudiar. Pensar. En fin. Hice glúteos, brazos, piernas y un cacho de aeróbico. El total fue de 45 minutos así que no me maté. Igual, me duele todo. Yo prefiero la constancia en corta duración a la intensidad cada muerte de obispo. No aguanto mucho más de ese tiempo en el gym. Es mi tan mentada ansiedad. No lo puedo evitar, una de las cosas que más quiero siempre, en la vida en general, es irme. De todos lados.

A ver si laburo. Estoy en cualquiera. Estoy pero no estoy. No recibí un solo mail en lo que va del día. Escribime.

Quichicientos libros empezados. Más que trae mi madre, que por cierto llega esta noche. Marido estresado, mucho mucho trabajo.

Y yo en babia. Babia.

Ya terminé mi fruta con yogur y empiezo a hacer cosas.

Así la vida.

y un día más, de resfrío, comienza

Me levanté pésimo. Me dolía la garganta como si hubiera fumado un atado de cigarrillos pero no, nada que ver. Tengo que tomarme un tylenol antes de irme. La cena quedo buenísima. Mi pretensiosa jarra de limonada con jengigre, menta y rodajas de lima (acá los limones son lo que en Argentina llamamos lima) fue un éxito. No la probé pero quedó lindísima y se la terminaron. La pata de Diego con un aspecto hiper profesional, a mis papas les sobraba un poco de crema pero ricas de gusto y la mousse de mandarina también gustó (muy aplicable, fácil, fresco y de estación). Nos acostamos casi a la una. El bebé lloró un montón de veces, le di de comer y le puse el chupón. No sé qué onda. Ahora pasa su último día con Jose mientras Karina lava. Karina me asusta, sólo espero que podamos llevarlo bien. Diego se fue. Con una camisa que encontró en vestuario que le queda divaine. Me voy al ir al club a pesar de los mocos y dolores varios (también de panza). El ejercicio funciona groso. Después de estar dos meses clavada en el mismo peso, bajé medio kilo. No es nada per se pero es, emocionalmente, muy motivante. Haré elíptica y volveré a trabajar. A ver si me aplico. También buscaré hijos (hoy no les armé programa, fue una semana terrible, ambos insoportables, estoy empezando a preocuparme) y veré a la tarde qué onda. Sigue el sol. Mis hierbas tienden a quemarse, no sé dónde ubicarlas. Tengo que ir a Costco con Pau. Y no mucho más. Sigo extrañando Buenos Aires. Groso. No sólo caminar. Estudiar. Por ejemplo. Hermanos. Bares. Cosas que acá no hago ni por asomo. En fin. Ni modo.

El deporte me llama.

Así las cosas.

jueves, 8 de octubre de 2009

en lugar de terminar el día, empieza la cena

Bueno no. Tampoco. Es el gap entre una cosa y la otra. Todavía no acosté a los chicos aunque son las 7.45 pm. Les di media hora más y los dejé mirar tele. Nunca lo hago pero los ánimos no andan bien. Karina se me cansa. Eso me preocupa. Jose no se fue, obviamente, recién el sábado. Sí, en esta casa hay lola todo el día, es una realidad. Pero yo estoy todo el tiempo. Eso me tiene a mal traer a mí. Extraño demasiado Buenos Aires. Caminar. Me urge. Quiero volver. Ya. Ni modo.

Hice la mousse fresca de mandarinas. Diego el cóctel con chícharos, aguacate, apio, vodka y no sé qué más. Canchero. Tomatitos confitados, frutas secas, queso de cabra con finas hierbas, pan, aceitunas, higos con jamón serrano y no sé si unos hongos salteados. Diego hizo la pata de cerdo rellena con espinaca y no sé qué más. La adobó con romero, combinación de pimientas, miel, mostaza y cerveza. La selló, entera y terminará de cocinarla en el horno. Yo, mil hojas de papa una vez más. No falla. Estoy dudando de hacer una palermeada total, una limonada con menta y jengibre. Me resulta hiper snobish pero puede ser un toque fresco. Los limones los arranco del limonero del jardín. La mesa ya está puesta. La comida no es escasa pero tampoco excesiva. El gen judío en eso falla groso. Le fallaba a mi mamá también. Heredado.

Y no mucho más. Cansada. Llevé hijos al club, vino Pau, me fui a llevar a Coco a piano, volví a club y luego de recogerlo, volvimos los cuatro a casa. No trabajé NADA en todo el día. La semana que viene me aplico. Lo prometo.

Así de movidas las cosas.

la antítesis de las modelos

Puedo decir que hay pocas cosas que me gustan de mi ser y son, a saber: mis manos, enormes y mis orejas, pegaditas y sin ninguna gracia particular pero tampoco sin ningún defecto específico. Claro que también la zona de las clavículas que sobresalen y es el único lugar del cuerpo en el que parezco flaca.

Después, haceme de nuevo.

el tianguis y yo

Amo ir al tianguis. Esta vez me vine sin pelis pero con higos, más mandarinas (es época y abundan), delicioso queso oaxaca, huevos frescos y espinaca para la pata de cerdo rellena de mi marido. También me compré un agua de piña colada que no estaba muy buena pero es un problema mío por elegir mal.

Las cosas que pasan en Buenos Aires, a todo nivel, me dejan speachless. No entiendo nada. Me superan las modas. Sobre todo de personas.

En fin.

El cielo límpido me da buena espina. Tener que ir al colegio y que me toque la ronda me da harta hueva.

Podría estar haciendo la mousse de mandarinas que decidí será el fresquísimo postre (las masitas para el café son una bomba) pero acá estoy, perdiendo/haciendo tiempo hasta que sea la hora de irme.

Quisiera, también, dormir un rato más...

se me ponchó otra llanta

Desayuné con Diego, estaba lista para salir muy temprano hacia el club pero cuando se queda, todo se estira un poco. Quiere charla, me da besos y me pellizca, todo a la vez. Amor sacado. Mucha tensión contenida, evidentemente. Se fue buen mozo, con su pañuelo verde, remera blanca, pantalón gris y las nike blancas y verdes. No sé si la campera también verde quedaba del todo bien. Necesita urgentemente un bolso. Tiene uno lindo que creo que se compró en urban no hace mucho, semi vintage pero como transporta una cantidad impensada de porquerías, rompe todos indefectiblemente. Acá no hay donde comprar cosas lindas de ese estilo. Hizo bolsos de Plataforma pero nos los usa, debería empezar por ahí. En fin.

La cosa es que cuando cada uno estaba arrancando en su auto, escucho que me caga a bocinazos y me hace señas de que baje la ventanilla. Me dice que tengo ponchada la llanta, me tira un par de tips a donde ir (todos erróneos finalmente) y se va, dejándome con el problema. Bah, el problema es que tenía la de auxilio también pinchada y nunca compré una nueva por lo cual no podía llamar al seguro y que sloucionaran el temich. De todas maneras, se podía andar así que fui a donde me dijo pero obviamente, siendo las ocho y cuarto de la mañana, estaba cerrado. Me fui, andando despacito, al club. 40 de elíptica, sauna y mini vapor, ducha y rápidamente volver al lugar. Pero no tienen llantas, las tienen que mandar a buscar. La llamé a Pau para que me tirara alguna data y me dijo que fuera a Costco que es bueno y barato. Allí fui, el señor me hizo unas preguntas que no supe contestar (no entiendo absolutamente nada de coches, nada nada y me chupa un egg groso) y me dijo que en una hora me lo iba a tener listo. Creo que me habló con cierto tono condescendiente por mi demostrada estupidez pero me quiso dejar tranquila. Así que dejé el bolso, agarré la billetera y el teléfono y me vine a casa en un taxi a comer fruta con yogur y granola, un must, y a esperar que sea la hora de buscarlo para luego ir al tianguis a comprar unas cositas que necesito (todavía no definí postre, soy un desastre). Luego me toca buscar hijos en escuela, tenis y piano. Hueva mal todo el recorrido. Pero hay sol. Hermoso sol y calor desubicado por un frente tropical que viene de no sé dónde pero vi en el noticiero mientras hacía gym.

Rogamos que Diego llegue temprano para que pueda cocinar su para de cerdo, a las siete se puso a hacer un coctel de vegetales que supuestamente era el primer plato pero quedó dudosísimo. Voy a evitar el primer plato y haré una picada más suculenta.

Y así, con sol y bebé, hijos y tareas, cocina y algo de trabajo, se va la vida. Mañana a la noche llega mi madre.
Así las cosas.

miércoles, 7 de octubre de 2009

todo me da paja

Todo. El viernes estrenan la de Tarantino. No creo que vayamos a verla, el cine nos da mucha hueva. Bah, eso creo, a mí, concluyo estos últimos días, casi todo me da hueva. Me gusta hacer todo en mi casa. En Buenos Aires no me pasaba (puede ser el efecto suburbio + pelis baratas + internet. También hablo con Marian de hacer asado el domingo en casa, pienso en despliegue, compras, lavar platos y una vez más pienso qué fiaca. Y todo así. Mañana tengo cena. Cocina Diego. Yo hice para el café y tengo que hacer el postre pero no se me ocurre nada. Diego hará como un cóctel de vegetales con jamón serrano para la entrada, algo que nunca hizo, veremos. Yo confité unos tomates, compré un pan rico y podnré frutas secas y queso de cabra para empezar. Después una pata de cerda rellena con no sé qué y un mil hojas de papa una vez más. Poca inspiración.

Me voy a la cama.

Leer y dormir.

Así las cosas.

fin del día

No es que haya hecho mucho. Sí un rato de gym, vapor y sauna (lo máximo), merienda con Pau y ahora algo de cocina. Compré en el super dos lobinas confiando en que fueran frescas. Mi ingenuidad a veces me sorprende a mí misma. Le puse limón, aceite de oliva, páprika, sal, pimienta y orégano fresco. Le hice una cama de cebollas y pimiento que después retiré y salteé en la sartén junto con unas papas y al final un poco de vino blanco. Creo que tiene demasiadas escamas y espinas pero no parece estar mal de gusto. Eso sí, de mi marido no tengo noticias. Skypié a las tres de la tarde, dos minutos, y nunca más supe de él. Me dijo que iba a la clase de spinning de la tarde (creo que era a las siete) y siendo las nueve menos cuarto, no tengo noticias. Uh, justo escucho ruido de puerta de auto que se cierra. Iré a servirle la comida como una buena esposa amante que soy.

Qué divina.

Los chicos insoportables.

arriba de la elíptica

pensé: cómo extraño bailar con fer. nos gustana hacernos las perras. con nadie troleo como con ella en la pista. seguirá funcionando? o ya no da trolear como a los veinte?

en diciembre no nos cruzamos. me parte el alma. como todo hoy.

patológicamente

Extraño Buenos Aires. En el sauna me acordé de que hace un año estaba allá. Es como una necesidad física, como un pequeño dolor en la boca del estómago (nada que ver con mis síntomas habituales).

Es saudade.

Es preguntarse:

¿Qué mierda hago acá?

De repente me contesto, por ejemplo: mi marido se quiere comprar un Audi.

En fin. Así de extrañosas las putas cosas.

Me voy a darle la teta a mi hijo menor y a buscar a mi única hija mujer al colegio.

el cielo y el infierno

Yo la paso muy bien con Diego cuando no está rayado. Claro que cualquier cosa puede encender la chispa y se arma mal. Sobre todo porque se enoja y no se le pasa más, sobre reacciona, podemos decir. Uno de los factores que no ayuda es no garchar. Nos quedamos sin forros y no da coger sin protección, ya todos sabemos las posibles consecuencias y no podemos recibir más hijos. Y pasar por un aborto habiendo una vasectomía en el medio me parece un bayón. Después del espermograma de control vendrá la libertad, hasta tanto, abstinencia o cobertura.

Igual, nos peleamos todo el tiempo, semi en chiste semi no.

Es el cumple de Maru. Estoy triste por no participar. Voy a llamar a la tarde así veo a los pequeños. Mis amigas procreadas son medio queso y no se conectan, el skype no es parte de sus vidas y yo no veo a sus hijos. A Olivia no la vi nunca. Y a Dante lo vi ao vivo en diciembre. Estoy harta de estar lejos. Diego puede que se vuelva a ir para filmar. Cualquiera. Mal.

Y no mucho más. El pobre bebé no se siente muy bien. Jose no se quiere ir, le repito que se puede quedar como invitada el tiempo que quiera. Somos una comunidad. Tengo pendientes aburridísimos. Hace mucho calor. Desubicado, eh. No es época. Y mosquitos. Me sigue doliendo la garganta pero me voy al club. Un poco de gym y vapor y sauna me van a sentar bien.

Y no mucho más.

Se va como la vida se va.

martes, 6 de octubre de 2009

por qué será?

Soy buena y simpática pero impopular.

La mala onda paga más????

Dudas existenciales mientras mi marido me muestra cosas. Nos gusta el multitaskin.

uno de esos días de mierda

La pasé mal todo el día. Encierro. Sentirme mal. No socializar de ninguna manera (ni real ni virtual), cuando me empiezo a sentir así, abandonada y triste, aburrida y desangelada, todo funciona mal. Los chicos problemáticos, pesados, supongo que más que ver con padres que se pelean. Diego deja de hablarme a las ocho de la noche. Se va hoy a las 7am (empezó gym madrugadora), llamó mientras yo dormía (me torré completamente) y en un rato llegará, espero que con mejor onda. Afecta a los hijos que los padres se peleen. Es una realidad, él pareciera no darse cuenta, supongo que no lo puede controlar, no me soporta. Así, algo que hago o digo y deja de soportarme y se enoja por los tiempos de los tiempos. Yo no soy así. Yo me enojo pero se me pasa. No coincibo convivir sin hablar, además. Tiempos difíciles. Karina es una buena onda. Pero no quiere que se vaya Jose, le da miedo quedarse con todo sola. Leo una novela agotadoramente espantosa. No me la puedo creer. Eso también me desalienta. Finalmente cociné y me comí la mitad. Soy un desastre completo, no tengo conducta. Me odio. Mañana espero sentirme bien y subirme a la elíptica. Harta de mis dolores varios. Espero que Coco y Milo también se sientan mejor. Espero salir de este letargo. Además, tengo que escribir. Media pila. Media.

En otro orden de cosas.

Pau decía que no le parece que la gente tenga que ser creída. Yo no sé. Yo hubiera querido ser más creída y tener más amor propio. Mis padres no lo cultivaron. Yo no creo estar cultivándolo en mis hijos. No creo que esté bien. Igual, relacionarse con la gente que se cree mil es un plomo. Qué hueva me das a veces. Supongo que también entraña inseguridad. No lo sé. Eso y el consumismo son misterios para mí.

En fin.
Así de down las cosas.

cosas sueltas

La semana pasada me acordé de que uno de mis primeros trabajos fue armar el mailing del Club de Cultura Socialista. Lo tenía completamente olvidado.

Aburrida de gente que se cree más ocupada que uno. Posta, cada cual hace lo que se le canta pero a una pregunta mía contestarme que estás a mil y diciéndolo con tonito de no entendés nada, no da, loca.

Cero ganas de cocinar. Cero ganas de nada.

Amigo un poco triste me da pena.

Amiga con panzota, mañana cumple años y en breve, parto.

Amigos que no dan pelota. Amigos de Buenos Aires, claro.

Muchos libros empezados. Una coreana, sigo con Salinger, no avancé con Fogwill, de trabajo (pfff) y madre viene con más. Tan pocas pilas últimamente.

Y más cosas que no me acuerdo. No me acuerdo nunca de nada. Desastre.

en casa

Día de enfermos. Para los varones y yo. Mocos, tos, garganta colorada. Duele el cuerpo. El pobre bebé lloriquea de repente, no pasó una muy buena noche. A mí me sigue doliendo la espalda y la garganta ni te cuento. Moría de ganas de ejercicio, espero recuperarme, voy por la segunda semana, supongo que defensas bajas. Acabamos de amucharnos todos en mi baño para aprovechar el vapor. Milo en su bebeseat, el Coco sentado, esperando para bañars él también. Tiene una edad en la que ya no da que compartamos la ducha. Es un pibe. Salí y entró él. Ahora mira Harry Potter y la pieda filosofal, se la compramos en Costco el domingo. Le copa. A mí también me copan las pelis de Harry, no importa lo que digan. Ojalá se me ocurrieran historias así para contar pero no se me ocurren historias a secas. Ahora, a trabajar. Cosas que hacer. De todas maneras, la sensación de enfermedad, no ayuda. Nos quedaremos tranquilos. Tita sí fue a la escuela, al famoso Bake Sale. En el médico nos fue bien, crecen bien los dos. A Tita le tocará la próxima. Supongo que pienso cosas pero estoy con mocos y cansancio. Ya comí papaya con yogur y al rato comeré una quesadilla con un café con leche. Voy a hacer dieta dieta a ver si logro sacarme los 4 kilos de encima de una buena vez. Clavados. Y yo, bueno, no hago el esfuerzo suficiente.

Así de resfríadas las cosas.

lunes, 5 de octubre de 2009

en la cuerda floja

Roberta está muy angustiada y hace lo imposible por llamar la atención. Ya nos enojamos y le gritamos y la castigamos ayer. Ya la contuve y me acosté y charlé con ella. Me deja siempre en falta. Por el otro wing, recibo el peor de los tratos continuamente. Vivo amenazada. No entiendo. Estoy agotada. A todo nivel.

Me pasé la tarde en el pediatra. Milo con la garganta colorada y tos. Simón con una tos de perro insostenible. Nada grave, sólo molestias. Yo también sigo sintiéndome mal, la garganta irritada como ellos. Y dolor de cuerpo. Y soledad. Me siento sola y triste. No merezco estar así día por medio.

Karina me cae bien, es alegre. A ver cuánto le dura en esta casa en la que parece que logramos marchitar cualquier cosa. No logramos acordar en nada.

Me voy a poner el pijama, meterme en la cama y leer un rato antes de dormir. Diego tiene la televisión prendida (con el volumen alto) en la sala de tele y al mismo tiempo checa la edición de un concierto en la computadora, así cualquiera tiene la cabeza quemada.

Así de entristecidas las cosas.

todo con delay

No me salen bien las cosas este lunes. Al menos, no como quisiera. Laboralmente todo medio plomo, hago lo de siempre, me aburro y gano mal. Busco otras puntas pero no se mueven demasiado. Auxilio, quiero un hada salvadora. Por ejemplo. Un mentor. Algo por el estilo. Despaché a Tita (a Simi lo despachó Diego quien hoy comenzó ir al club de madrugada pero yo me levanté a hacer lunch y desayuno) y me fui con Milo a que lo vacunaran y a activar la cartilla de Simón. No pude hacer niguna de las dos cosas. Les había llegado mobiliario y cancelaron el servicio. Volví, por suerte había llegado Jose porque aun no tengo noticias de la chica que tiene que llegar hoy. Tenía alguna esperanza de ir al gym, estoy en calzas. Pero llamé al pediatra de Milo y tengo que volver a llamar para ver si lo puede ver hoy. De todas maneras, me sigo doliendo espantosamente la garganta. A la noche, como quien no quiere la cosa, tomamos algunas decisiones. Espero que las cumplamos. Son de mediano plazo.


Ahora espero. Nadie contesta en donde llamo.

Me sacaré el esmalte, me bañaré, me haré un café y seguiré laburando.

Así las cosas.
Muy, muy lunes.