lunes, 4 de octubre de 2010

el cielo diáfano y un frío que cala los huesos

Además, no me puse medias. Sí vestido y botas. Me levanté con Simi y después nos quedamos semi dormidos, a las 8.45 saltamos sobresaltados. La luz ya había cambiado. Hicimos todo rápido y me volví a la cama, no tengo energía o más bien, tengo como una placidez extraña, desubicada, como si hubiera tomado drogas legales. Ni bien entré a casa, después de la junta que tuve en el colegio de Tita me llamaron porque le dolía la garganta. Ya mismo tengo que llamar yo para ver si la voy a buscar o se queda hasta la hora de irse. Tiemblo en casa. Tengo que llamar al plomero, la casa se cae a cachos y nosotros no hacemos nada. De hecho, ayer íbamos a mudar a Coco al estudio y no lo hicimos. Marido prefirió el deporte y yo la hueva. El viernes llegan padres y deberíamos tener todo arreglado. Fiaca existencial.  Trabajo pendiente, marido hiper ocupado. El celeste del cielo llama la atención. El bebé duerme. Yo haría lo mismo. Ayer cuasi terminamos de ver la primera temporada de Breaking Bad. Al final nos enganchamos pero me venció el sueño y la angustia en el último episodio. Lo veré hoy (aunque claro que tenemos Mad Men). Frío. Puto. Parece diciembre. Pero no es. De hecho el 4 de diciembre, en dos meses exactos se casa Lean y yo quisiera estar. No creo que sea posible. Me mata. Me re divertía. En fin. Voy a hacer llamados, a ver si manejo todo el camino de vuelta a Las Lomas para traer a mi little princess. A la tarde psico. Bien ahí. Y no mucho más. La vida que se escapa como un torrente desatado sin que uno pueda hacer nada. En casi un mes cumplo años. Muchos años.
Bueno, chicos.
Así las cosas.
Sosas.

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