martes, 12 de octubre de 2010

no sé qué pensar

Antes de dormir lloré un poco. Bueno, no, lagrimié. Es que casi no lloro y pienso que no está bien. Antes era un mar de lágrimas y ahora: un desierto. Acabo de comer más pan con manteca del que cualquier humano puede tolerar antes de las 9am. Comimos en Biko, yo lo mismo de siempre: pescado del día con refrito. Estaba bien pero ya me aburrí. Igual fue demasiado, primero un ibérico que estaba bastante bien y los demás una tortilla con algo de mar. Para mí sin vino, as always. Hermi y marido un chuletón con pisto y papas, padre un pescado con tinta de calamar y chipirones y madre un atún envuelto en una costra de no sé qué (detesto el atún fresco, me parece un bife crudo, sólo como pescados blancos). Dos postres de chocolates, uno normal y otro con un helado de anís y unos cuadraditos de no sé qué pero con textura rarísima. Rico. Y los canolis de queso de oveja con espuma de otro queso que no pruebo ni loca. No soporto los quesos fuertes y menos de postre. Nos reímos. Sacamos fotos con la Hispamatic que no puedo bajar porque no encuentro el cable. A hermich le encantaron los anteojos que le regalamos...

Excursus de tres horas. Robo, problemas, viaje, padres, Dany. Ni me explayo.

Sólo te digo que en este año de mierda me sale todo como el orto. Lareconchadelaloraputa y la reputamadre que lo remil parió. En fin. No sé si me voy. No sé si me voy con Camilo. No tengo ayuda en casa. Mañana entonces no taller. Uf. Y más uf. Y basta de todo.
En fin.
Ponele que para estas cosas no hay solución. Ponele que en definitiva en Argentina sería lo mismo (?) o no pero no tiene importancia. Detesto el devenir de los acontecimientos.
Me pongo a trabajar.
Así de pesadas y desarmadas las putas cosas.

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