lunes, 11 de octubre de 2010

this is the first day of my life

No me puedo sacar el tema de la cabeza. Será porque hay sol y porque hice 35 de patinadora mientras terminaba de leer Los modos de ganarse la vida. Y me gustó y me angustió y me quedé pensando un poco. Y porque mientras manejaba, después de sauna, baño y lo de siempre, pensé que efectivamente y sin dudas estos son los mejores años de mi vida. Vivir con esa certeza no es tan fácil, oh no, claro. Porque uno se resbala sobre el tiempo a contra pelo de la voluntad. Y es lo que hay. Hace unos días, en la misma situación, me di cuenta con una intensidad abrumadora de que no quiero tener más hijos. Así de claro y concreto y simple y dramático. Porque tener hijos es una de las cosas buenas de la vida. Porque los hijos abren como una novedad. Digo mucho que a mí lo bueno ya me pasó y sabés qué es lo peor: es cierto. Sí, queda mucho por delante pero ya pasó lo intenso.
Ayer me quedé en casa, sí, como todos los domingos. Hice una carne al horno (no me quedó muy brillante) y unas papas (un poco mejores) y comimos con padres e hijos mientras marido trabajaba. No lo voy a ver hasta el jueves a la noche que aterrice en Miami. Mañana tiene show así que hoy labura hasta tarde y mañana también (parece que tengo que ir, me divertiré con los varones de siempre) y el miércoles a las 6am sale su avión. Ahora nos vamos a pasear con madre y Pau (sí, ya sé, ya sé) y después tengo psico y que buscar a Simi y mañana trabajaré y todo así. A la noche cenamos por el cumple de mi hermich. Ella cumple el 11 de octubre y yo el 12 de noviembre. Mis hijos mayores cumplen el 7 de enero y el 8 de febrero. Es obvio que mi hermano debería haber nacido el 13 de diciembre y Milo el 9 de marzo pero puede fallar.
Me siento un poco pinchada. Los momentos de deserotización de la vida son fatales.

Después de comer me tiré en el pasto a charlar con madre y después vino Pau y nos tiramos en los sillones a discutir sobre la vigencia o no del psicoanálisis. Me gusta que en el mundo de boluda total en el que vivo se cuelen mis padres y los resabios de una actividad intelectual que supe conocer,  las neuronas empiecen a funcionar. Pienso que no hay forma de que eso pase mientras viva acá y me entristezco. Yo no era así. Aunque a esta altura ya no tiene importancia o quizá no sea cierto.
En fin.
Trabajo un rato y parto. No, acá no existe el día de la raza. El descubrimiento de América no es motivo de festejo.
Así las cosas, chicos.
Uf.

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