miércoles, 27 de octubre de 2010

no pude pensar en casi nada más

Creo que es la distancia: cruel. Hablé con Fer y me peleé un poco y después con Diego y discutí otro poco. Fue por motivos ideológicos pero no sobre el kirchnerismo. Creo que cuando uno habla de política con gente muy cercana se ponen en juego otras cosas, la confianza a veces es contraproducente. También skypié un ratitín con D, creo que me hace el aguante, es bueno aunque diga lo contrario. Le mandé mail a Lean para sentirme acompañada. La rareza del censo más la muerte, me produce extrañamiento.Casi no me pude concentrar. Encima Milo con fiebre, molesto y mamero, salí sólo para ir al gym y después para buscar a Coco que volvió amargado de su partido de fútbol porque no fui a verlo. Es difícil lidiar con las necesidades, demandas, enfermedades, tristezas, alegrías, frustraciones y todos los etcéteras posibles de tres hijos. No me quejo eh, yo decidí tenerlos, no los encontré en una canasta en la puerta de mi casa. Sin embargo, también hay algo de la lejanía sin familia que pesa y no necesariamente en lo concreto o no exclusivamente, sino en lo conceptual.

Uf. Llegó marido y volvemos a discutir. Hay brechas que parecen insalvables. Me angustia.

Sumamos dolor de panza y cantamos bingo.

En fin. Voy a arrimar a marido a ver si limamos estas asperezas ideológicas que de vez en cuando salen a relucir.

Así las cosas.
Raras.

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