lunes, 16 de febrero de 2009

encontrar la paz

Mientras tengo contracciones me resulta imposible. Sigue la contaminación asquerosa de los últimos días. Terminé el libro, me sentí bastante mal toda la mañana pero después del baño, de vestirme y de moverme de la cama al sillón, mejoré. Detesto no poder hacer vida normal. No soporto no tener energía ni autonomía. Obstetra llama para decirme que ya no tiene la hora de las tres y media (empieza a atender a las cuatro normalmente) que me ve a las tres. Llegamos raspando. Dice que no hay problema, que me ve rápido, sólo para constatar que el cuello esté cerrado. Termino el libro, entonces, y pienso en estar en paz. Me llama la casera de la casa de la oficina, me dice no sé qué de marzo, le digo, Sra Mercedes yo ya no trabajo, estoy en reposo, hable con Gaby o semejante. Si pero quería que supieras, tu que eres una persona de bien. Le gritaría que sí, señora Mercedes, que soy una persona de bien pero que me chupa un huevo lo que tiene para decirme, que de eso no sólo ya no me ocupo sino que estoy tirada en la cama, con contracciones, con sólo 27 semanas de embarazo y aunque sé que no va a pasar nada, no es una situación deseable. Aplasté aguacate y corté tomate, tomé jugo de naranja, comí una feta de jamón serrano y me terminé las migas de las pitas horneadas que son lo más rico del mundo. Me está costando respirar. Entonces, vuelvo a la paz espiritual, a ese sentimiento de planicie dentro de uno mismo que de repente lográs encontrar. Eso, sólo eso importa. El resto. Nada.

Ahora volver a la novela de Arundhati Roy que tan poco me tienta, me gusta leer como como, desaforadamente (ya sé que lo dije mil veces). Me aburro si me aburre.

Hablé con Diego, está contento en Buenos Aires, pareciera. Entusiasmado. Yo estoy lejos de todo. Estoy en mi panza, en mis hijos, en sentirme bien y en la casa. El resto no registro demasiado. Veo el potencial de volverme troglodita. No estoy segura de que ya no haya pasado. El finde vida social nula. O casi. Por sentirme mal. La semana viene parecida.

En fin. Así las cosas. Vuelvo a la India.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué bien escribir Juli, una buena catarsis. Te sigo leyendo...