viernes, 20 de febrero de 2009

sale el sol...

Me da un poco de pena que este blog sea así...digo, por lo general no soy un canto a la alegría (sobre todo en el último año) pero en la vida real, puedo ser graciosa y simpática. A las ocho menos cuarto me metí en la cama, puse E!, daban THS del pobre guasón muerto el año pasado. Ví un poco y me torré, creo que a las ocho y media ya estaba en otra. Recién a las seis abrí un ojo y al rato llegó Diego. Me pregunto qué habrá hecho en Buenos Aires que llegó con tanto amor. Es una pregunta retórica, prefiero, siempre, no saber. Me trajo una campera rosa chicle llena de figuras medio chinescas amarillas (podrían ser japonesas porque se asemejan a la estética de El viaje de Chihiro). También un vestido similar. Se ve que pretende que vuelva a ser mínimamente canchera, hace rato que no uso cosas ridículas, de hecho, me visto por lo general de negro. Pero soy formal, le repliqué cuando me lo dio. Te hacés, me contestó, pero no te sale...WTF!? Igual, tengo muy poca onda últimamente. Me subí a la balanza antes de desayunar, engordé 14 kilos. Por suerte, esta última semana comí poco, las contracciones tienen su mínimo beneficio secundario (no, ya sé que 14 kilos en seis meses es una brutalidad pero podríamos ya estar en los 20 y sería peor). Con Simón engordé sólo 12. Con Roberta 18 y bajé 21-no eran las mejores circunstancias, de todas maneras. Decidimos: vamos a ponerle onda.

Una vez en la cama, Diego me contó más o menos su viaje. Antes de las siete apareció Tita y después el Coco. Deberíamos comprar una king para poner al nuevo. De madre aún no tengo novedades, ya llamará para avisar que llegó bien. A las tres y media, obstetra. Ya en las escaleras mi marido me dice: a las cuatro quedé en encontrarme con...le digo que entonces no venga. Me grita. Este pibe grita, pobre. Intento que entienda que no es el modo, no lo logro. Tengo que tomar la pastilleca, ordené cosas, hice desayuno, vestí hijos y ya me sentí mal. El obstetra de acá no recomienda reposo, ya lo dije, y creo que se equivoca. Pero yo soy hija del rigor y hago lo que me dicen. Hoy tengo que ir a buscar a los chicos, eso es un gancho. Implica manejar mucho, bajar y subir del auto, lidiar con Roberta, Me agota. Tengo que averiguar por transporte para el Coco, urgente.

Y así la vida. Ayer llovió y hubo truenos (el verso de febrero loco) y hoy amaneció feo pero pareciera querer despejar. Vamos a comulgar con el clima.

Así las cosas.

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