lunes, 16 de febrero de 2009

y mientras tanto...

Fue un día de estar casi en la cama. Comer fideos con una salsa de salmón que preparó madre, dormir un rato, leer a Caio F. Abreu (El testamento francés y El rey de las pequeñas cosas fueron temporalmente, o no, desterrados) y tomar un té con chocolates con Xime, ambas tiradas en mi casa (gracias amiga por la visita! hizo mi tarde mucho más amena). Simón se fue todo el día a lo de Dante y Roberta anduvo por ahí. A la noche vagamos sin rumbo por los 500 canales de cable que no tienen nada para ofrecer (pero no te podés acostar a las ocho de la noche). Terminamos viendo el documental Embarazado. Sí, cualquierismos de la vida indoors. Diego ya está en Buenos Aires, cenó con su padre, mi padre y mis hermanos. Mi madre cambió su pasaje y se va el jueves a la noche, él llega el viernes a la mañana. A la tarde voy al obstetra a constatar que no haya dilatación. No cambia mucho las cosas, mejor no moverse demasiado al menos por un tiempo (no es que realmente pueda).

Duhalde hablando de la Alianza Macri, Solá, De Narvaez (oh my god), la aprobación del paquete de Obama, etcétera, etcétera, etcétera. Paso por todos los diarios, como siempre, y ojeo.

No puedo pensar mucho, tengo que tomar la pastilla, el bebé se mueve mucho, Josefa sigue sin llegar y mi marido no manda mail ni llama (no sé en qué estado debería estar para que se digne llamar por el teléfono normal).

Poca emoción, angustia fisiológica y un día que se abre como la nada misma. Una vez más.

Así las cosas.

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