martes, 24 de febrero de 2009

poniéndole onda

Justo estaba por escribir que había decidido ponerle garra. Me pasé gran parte de la mañana echada en la cama, rumiando mis penas, odiando al mundo y a mí misma. Hay algo del frío con sol que me pega mal, me vinieron sentimientos adversos agazapados desde los cuatro años. Siempre la pasé un poco mal, nunca fui una chica alegre, no te voy a mentir. Aunque, puedo tener momentos de gracia. Sé que debería buscar un poco más de ayuda pero no tengo resto. Ni dinero. No es el momento. El mundo que se cae a cachos y nosotros llenos de gastos enormes. Mejor no pensar. Finalmente me levanté, para prepararle una keka a mi hija que se quedó, una vez más en casa. Excepto por la pelea por la ropa, nos estamos llevando mejor. Me puse media pila y cambié la actitud. Me la morfo. Tiene tanto mundo interior. Ojalá mis hijos la pasen mejor que yo, por lejos. Cuestión que fuimos a la cocina, me hice un café, me comí medio pan con mermelada light, le hice una sincronizada (nunca se termina nada, la subió, la dejó, volvió a comerla y quedó un cacho en el baño). Subí, llamé al dermatólogo al que tengo que llevar a Simi por sus verrugas y me fui a hacer cosas de baño. Me saqué el esmalte de uñas, le corté a Tita las suyas y nos encerramos mientras me bañaba para que el vapor le ablande la tos. Pensaba, mientras me encremaba (vi asomo de estrías en la panza y casi me desmayo, eso sí que nunca tuve, siempre me quedó la panza chata y sin marcas después de parir) en volver a activar contactos que nunca me contestaron, pensar nuevas puntas, etcétera, etcétera, cuando cae un mail de la editora (hace apenas segundas) por una nueva novela. Ya cualquier cosa me hace feliz. Me encanta trabajar, me encanta leer y me encanta escribir. Cuestión que ahora voy a ir a Wal Mart con la pequeña a comprar unas cosas y después haré la comida y bajaré temprano porque tenemos que ir juntas al colegio para que nos digan como nivelarla para que esté a tono el año que viene. Después club para clase de tenis del Coco y así, así.

El problema es pensar en cosas fútiles. Me ganan sentimientos de adversidad hacia gente que no vale la pena. Eso es algo a lo cual sé que hay que escaparle, manejo perfectamente la teoría, tengo todo un tratado mental al respecto pero después, en la realidad, ser humana me puede. Qué pena. Hay que dejar las miserias de lado y ser feliz. El resto no importa, sólo la familia y los amigos que valen la pena.

Bueno, mi hija llora por algo ahí abajo, ahora se pelea con Jose.

Así las cosas.

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