jueves, 23 de junio de 2011

burnt

Se me cierran los ojos, me duelen los brazos y la cabeza. Que tu (no) psico te suspenda la sesión por el tráfico no está bueno pero tardar dos horas y media en llegar a tu casa desde la Roma es MUCHO peor. No sé qué pasa, no lo entiendo. Estuve más de una para pasar de Palmas a Tecamachalco y no parecía que pasara nada especial más que la afluencia excesiva de coches. Por suerte no había bajado especialmente. A la mañana estuve casi dos en el endodoncista, que cada vez que voy sólo tiene malas noticias para darme. Después me fui a lo de Domi, charlamos, comimos, estuvimos con beboncha que no puede estar más divina, le dije "quiero curarme". Creo que es la primera vez en mi vida que profiero semejante enunciado. Todo me chupa un huevo y la vida así es una mierda. Me prestó un paraguas y no entiendo por qué si usé botas durante todos los meses que duró el calor, se me ocurrió hoy, justo hoy ponerme chatitas. En un rato saldremos a lo de Xime, fui yo la que insistí para que su cumple no pasara desapercibido y ahora temo que nos agarre un tráfico terrible. Somos nosotros y sus hermanos. Creo que, como muchas veces, me semi autoinvité. Pero para eso son los amigos cercanos. Además: soy la que lleva la chocotorta y un crumble si es que marido llega para hacerlo. Nada quisiera más en este momento que gustar de mirar televisión. Necesito estupidizarme un rato. Mis hijos juegan en la plazuela. Escampó y hay mucha luz y la temperatura es agradable aunque esté gris. Al menos avancé con el laburo en lo de Domi y acá lo finiquité y lo mandé. Bien ahí porque todo venía para atrás. No hice ejercicio por el dolor de garganta, mañana tampoco por el programa (escuchen Madres Locas en www.chilangoradio.com.mx, habrá invitadas) y a la tarde no sé si los llevaré a los chicos a patinar o qué, se me pasó la semana y no les armé program. No sé: colgada de la palmera más alta que encuentres siempre estoy yo.

En finnnnnnnnnnn. Pensamientos: muchos. Escribibles: casi ninguno. Creo. No tiene importancia. Lo único que importa es curarme este escepticismo infame que me acompaña hace demasiados meses. Escepticismo e indolencia: no los quiero.

Así las cosas, chicos.

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