martes, 14 de junio de 2011

madre

Hoy madre cumple 60. Como estoy lejos, por primera vez en mi vida, tuve un gesto y logré que le llegaran flores en nuestro nombre. Estoy triste por la ausencia. Hace días que pienso en la relación madre e hija, semanas, y decidí que es, por lejos, la relación más difícil entre humanos pero también las más fuerte. Ooops. Hacer un recorrido por mi complicadísima relación con mutter a través de los años creo que no vale la pena. Hace poco me di cuenta lo lejana y no satisfactoria que le debo haber resultado durante años. Ahora simplemente eso ya no cuenta. Quiero mucho a madre y la extraño con intensidad. Y no estar no me pasa desapercibido.

Por lo demás, sigo en camisón, son las 8.34am, iré al gym y después no mucho. Ayer efectivamente intenté ser mejor madre y fui a la final del torneo de fútbol de Coco. Manejé con Milo, llegué tarde porque no calculé bien (y no pensé que serían tan puntuales) y mi pobre hijo ya había jugado. Después lo pusieron 3 minutos como para que lo viera en acción, en el segundo tiempo. Los padres gritaban como desaforados y yo me preguntaba, muy superada, qué garompa les pasaba. Cuando el Coco entró a la cancha, me puse a gritar como una más "Dale Coco, vamos, vamos, corré". Claro que si ganaban o perdían me chupaba bastante un huevo pero quería que mi hijo se sintiera apoyado. Al final, ganaron, aunque no por la pericia futbolística de mi vástago, que demás está decir que no existe. Es patadura y pajero pero, de todas maneras, lo vi hace un mini esfuerzo de concentración (digamos que tiene otras virtudes, lejos de las deportivas). Igual estaba contento de que hubiera ido y yo me alegré por eso.

Después llevé a Tita a sacarse las fotos para la visa y dos personas se refirieron a mí como "la señora de amarillo". Bueno, lo de señora es algo que tuve que asumir a mi pesar pero no deja de sorprender que a alguien se le represente una señora con ese vestidín amarillo intenso, tan corto que me deja en consch y mis anteojos muppet style. Estuvimos una hora para sacar dos putas fotos pero me comporté (me quejé muy suavemente recién al final, y dije que si hay cuatro personas dos deberían estar abajo y otras dos revelando pero el sentido común es algo escaso). Los patitos se alinean y se desalinean aleatoriamente.

El día se pasó entre la nada y la nada, no del todo productivo y a la noche vimos con marido (yo no la terminé) Revolver de Guy Ritchie, esa cruza wannabe -y fallida- entre Scorsese y Tarantino. No sé por qué insistimos. A marido le había pedido que bajara Historias extraordinarias pero siempre puede fallar.

Por lo demás: nada, chicos, como siempre. La nada misma. Una leve preocupación basal que quisiera que se disipara. Pensé que estas cosas ya no iban a preocuparme más pero pequé de exceso de optimismo. Me pasa, eh, no te creas.

Ahhhh. ¿Qué cosas ya no corren después de los 30? Se me ocurren un montón. Pena que no da listar pero hay para todos los campos.

En fin, guys.
Así las cosas.

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