miércoles, 8 de junio de 2011

dying on the inside

En realidad, más que dying, suffering. Comí muy de más todo el día de ayer y lo rematé en lo de Xime que nos hizo kekas con un queso deli y un guacamole increíble al que también le dimos con tostadas y después cantidades exorbitantes de pastel de zanahoria con crema y frutas del bosque y rematé con un Bayles y mucho cansancio y llegué a casa y vomité como una quinceañera (y no fue lo único teen del día, para ser honesta). Antes de mi curso nos sentamos con Domi en el boulevard de enfrente con una coki a fumar, habíamos comprado dos plantitas de albahca que después perfumaron primero el salón y luego mi coche. No sé bien qué debería decir. Me duele mucho la panza y me levanté de la cama cerca de las 11am. Claro que primero despaché a Coco a las 6.40 pero volví y no podíamos levantarnos y marido salió medio corriendo y Dalia se ocupó de Tita y acá sigo, procastinando el momento de ir al super. NO estoy diseñada genéticamente para ser gorda, creo que ese es el quid de la cuestión. Mi cuerpo no aguanta el atracón. Patético. Me reí con las chicas, cenamos Xime, Ile, Marian y yo como en las viejas épocas. Claro que faltaba Pau. Xime le tiró sal a mis heridas narcisistas pero todo con humor y si algún día pierdo la capacidad de reírme de mí misma, me retiro de verdad a un monasterio.

Bueno, no sé, sigo después. Ahora tengo que ir al super, concentrarme primero en la lista y después en la compra aunque me tiemblen un poco las piernas y me sienta débil en general.

Así las cosas, chicos.
Medio vacacionales.

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