viernes, 10 de junio de 2011

como un boceto de mí misma

Es una buena imagen. Las elecciones lexicales en general hacen bastante a la cosa. LA COSA.

Ayer en un mail a Flory escribí: La vida real es lo menor.

Quería decir lo menos y me salió una reflexión niezstcheana. O un aforismo de autoayuda. No sé bien.

Estoy boleada. Recién pude dormirme después de las 2am. Fuimos al cumple de Flor, me tomé un trago de jugo de naranja y Campari y después un poco de champagne fermentado en barricas de roble. Parece que no es lo normal, que el champagne se hace en simples recipientes de acero. Estaba rico. Nos fuimos últimos (???). Soy muy aparato, no creo tener que aclararlo. No ando teniendo la mejor relación conmigo misma, lamentablemente.

¿Cómo se te ocurre no tener un espacio para mí la semana que viene? Lo que no le dije a la secretaría es que es imposible que YO no sea prioridad. Sí, fluctúo. Había olvidado cuán lapidaria puede ser una terapeuta. Pasame el látigo así me flagelo un rato. Sería lo mismo. Y no terminé de contar todo lo que tenía atorado. Y que sea capaz de contar todo en tono jocoso habla más de locura que de sanidad. Porque ni bien me vio dijo: te veo muy bien, mientras yo acomodaba los almohadones para volver el sillón algo parecido a un diván. Salí pensando en que el grave problema es el desinterés. Uf. Ni pensemos,

Bueh, debería hacer cosas pero voy a hundirme bajo el edredón a hacer la siesta y que el mundo se venga abajo. Nada me importa. Más tarde iremos a comprar víveres para el asado multitudinario de mañana con marido que dijo venir temprano. Marido love you. Y sí: mucha vida social.

Y no mucho más. Compré queso, un jugo de mango y flores en el mercado. La dejé a Tila en la casa y fui a desatorar la cañería emocional.

En fin.

Así las cosas.

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