domingo, 12 de junio de 2011

WE HAVE A REASON TO BAN OUR HEART WE HAVE A REASON TO CHANGE OUR MIND

A veces falta un resto. Como coger y que no sea del todo satisfactorio pero en la vida en general. Esa sensación tuve manejando de vuelta a casa. Es ese pequeño agujero que me hace levemente infeliz.

Marido empezó a tomar a las 2pm y no paró hasta las 1am a pesar de que cuando salimos de casa le pedí (a las 9.30pm) que no tomara más así tomaba yo. Cansada entendí que la gente bebe para poder relacionarse. Punto. O relacionarse mejor. Sí, tardé 33 años ¿so what? También hoy pensé que me gustaría ser una persona menos difícil. La comunicación entre los humanos suele ser trabada. Yo no tengo muchos skills pero en ese ámbito suelo fluir pero todo es más fácil con alcohol en sangre, es cierto. Podés hablar de cualquier cosa, lo personal no se cuela. Al mundo no le interesa el prójimo. A mí sí pero eso me vuelve una frika que gustaría no ser. Por eso consideré buena idea ser como el resto pero marido le sumó a las no sé cuántas cervezas y media botella de tequila que consumió durante el asado de la tarde, unos cuantos tragos (no los conté) en la despedida de Marian. Primero no pensaba ir pero se arrepintió. Manejé a la ida, él bostezaba. Le dije que mejor hubiera sido que efectivamente se hubiera quedado durmiendo. Dijo que venía "para acompañarme". ¡Policía!

Son casi las 2am y ronca al lado mío. No puedo enchufar mi velador por lo cual la lectura es pseudo imposible. Podría ir a la sala de tele. A veces estoy tan bien, estoy tan down.

No sé, más tarde sigo.
Así las cosas.

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