lunes, 13 de junio de 2011

de la nada

Milagros acaba de decirme: "Juli, me parece que pensás demasiado". Es tan irremediablemente cierto que no pude decirle más que: tenés razón. Pero: ¿qué hago? Tanto tiempo conmigo misma es agotador. Y a la vez...pensé en buscarme un trabajo de cuatro horas, de cualquier cosa (?), que implique estar con gente. Debería trabajar en una librería, algo que no hice jamás (de chica intenté trabajar de camarera pero nadie nunca quiso tomarme, juro que no entendía por qué), un par de horas por la mañana, hablar con adultos, recomendar libros y volver oreada a mi casa.

Mmmmseh. Ya sé.

De todas maneras, sobre la máquina tuve la sensación de alivio, de angustia desagotada. Ya dije, es como tener un nudo espiritual y de repente, pum, se desenreda y te sentís libre. O, como mínimo, más liviano. Porque sí. Las condiciones objetivas no varían demasiado, al menos no las importantes.

Ayer a la noche lloré en la cama. Marido me toca el ojo para ver si cae algo. Encontró una lagrimita y me dijo: "¿me vas a contar?".  Mirá: entre otras cosas, extraño a mi familia. Así de basic estoy. La vida solos me parece triste. De todas maneras, me dediqué a hacerme un núcleo duro bastante exuberante como para sentir ausencias. Pero mañana mi vieja cumple 60 y no estamos. Y así con todo, una y otra vez. Ya lo dije una vez: hay que ser muy fuerte para vivir en otro país.

El viernes a la noche miramos con Coco el show de Shakira que hizo marido mientras comíamos empanadas en el sillón de la sala de tele. Me copa tener hijo grande con el que compartir cosas y charlar. Ya maneja la ironía y ese es un salto cualitativo importante. Después miramos Blue Valentine pero no la pudimos terminar. Mal día para esa elección. Ayer quisimos ver el final pero no nos dejó. Cuevana es todo, el resto: cualquiera.

Voy a intentar ser una buena madre e iré a ver el último partido de fútbol de Coco. Me lo pidió expresamente y no tengo ninguna excusa válida (excepto que no sé llegar pero tomaré un taxi para evitar problemas y volveré con alguien que se apiade de mí y si no, otro taxi de vuelta).

Por lo demás: ¿cuándo piensa llover? ¿qué vamos a tomar si sigue así? ¿por qué no puedo concentrarme y leer? ¿debería abandonar la vida social y meterme en un monasterio? Todos tenemos dudas de distinto tipo.

En fin, chicos.
Así las cosas.
Un poco menos densas.

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