domingo, 5 de septiembre de 2010

Es uno de esos domingos en los que debería quedarme en la cama viendo películas, leyendo diarios y libros satisfactorios, en pijama y garchando pero eso pasa en vidas que no son la mía. De todas maneras, marido se apiadó y me insta a que siga durmiendo mientras mira a Nalbandian, intenta trabajar y lidia con los 3 críos más insopor que nunca. En un rato se va a Miami y me toca a mí aguantarlos. Los domingos son el peor día. Encima, llueve. No man, no me hagas esto. Quería ir al Museo de Arte Moderno pero no. No me da. Tuve insomnio, me clavé una pasta y ahora soy esto: un despojo. Igual pienso: ¿cuántos son los años que legitiman una relación one way? Supongo que más de diez (grito desde mis aposentos porque la piara está descontrolada). No menos. La historia neutraliza los defectos. Muchas veces. Otras no, claro. En fin. No malgastar energía. Es reducida. O los dos o ninguno. Soy experta en derrapar. Lo sabemos. En fin. A ver si junto fuerzas y, al menos, leo diarios. Si no fuera yo me estaría tomando un café con leche reparador pero el riesgo de vomitarlo, siendo yo, es demasiado alto. Ayer sobredosis de mejillones, caminata a que el resto coma helado y cuatro capítulos de Mad Men. Marido a las 10pm durmiendo y yo insomnio muy poco sentador.
En fin, chicos.
Así las cosas.
Feliz domingo para todos.

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