viernes, 10 de septiembre de 2010

lejos del mundanal ruido

Mmmm, estoy así, medio pfff sin motivos aparentes, eh. Porque sí. Ayer creo que comí demás y no sentirme bien no ayuda. La comida en lo de Lisa estuvo de lo más amena, el pollo me quedó bastante soso pero al menos, al ser orgánico, tenía un gusto decente per se (el del super es netamente incomible), los chicos jugaron, después vinieron a su clase de piano y marido llegó temprano. Ayudé a Coco con sus mil hojas de tarea mientras él intentaba armar un cubo de maderas que trajo y después se me ocurrió ver el capítulo de Mad Men que teníamos pendiente. GRAN capítulo, definitivamente el mejor de lo que va de la temporada. Me da pena que ya queden pocos. Después busqué a Tita que estaba en lo de Feli y Juana y finalmente partimos con marido e hijo mayor, dejando a los pequeños. El tránsito es imposible en general y ahora está peor por los festejos del Bicantenario. Te querés matar. Sumado a que nos paró la policía por maniobra prohibida de marido, llegamos recién a las 10pm, 1 hora 40 después de haber salido. En fin. La pasamos bien, comimos rico, charlamos y nos fuimos temprano porque hoy había que madrugrar nuevamente. Me gusta salir de vez en cuando pero llegué a la conclusión de que mi retiro voluntario me sienta bastante. Estoy perdiendo habilidades sociales a pasos agigantados pero siento cierta tranquilidad. Lidiar con las personas en la vida real me resulta muy desgastante. De todas maneras, me cruzo seres que me hablan todo el tiempo. Mucho. Y me cuentan intimidades sin que yo pregunte (sé que es poco creíble pero LO JURO). Como ayer en el sauna, una peruana que primero me ofreció un aceite para eliminar toxinas y después se despachó media hora, mientras yo transpiraba como una cerda, con el relato de sus últimos 25 años.

Hoy es el cumple de Rita y mañana el de Pau. Quisiera estar. Mañana bailaría hasta que me duelan las piernas, vería a muchos de mis amigos juntos como hace años que no los veo y seguramente tomaría vino y me drogaría un poco. Sería un gran programa. Pero no. Mañana voy a estar mirando alguna peli en casa, haciéndole la cena a los chicos después de un día en el que no va a haber pasado nada interesante y en el que la ciudad se va a empezar a vaciar porque la gente se toma vacaciones. Se me está haciendo larga esta última etapa del año.
Marido me invitó nuevamente a Miami, ahora en octubre. Veremos si logramos aceitar logística. En noviembre parece que se va a Buenos Aires. Oops. No gusta. Ser sola acá no gusta y cansa. Pero es lo que hay.
¿Qué más? Nada, I guess. Viene amigo de Simón a comer, le prometí a Roberta llevarla a ver Tinkerbell y tengo que hablar con la terapeuta de Camilo que vino hoy pero no me la crucé porque el pendorchi sigue sin caminar.
En fin.
Así las cosas.
Un opio.

1 comentario:

Maru dijo...

Me encanta la manera genial en que describís la rutina,lográs trasmitirla de una manera que la hace especial