viernes, 6 de agosto de 2010

Havana Affair

No, no me estoy clavando un alfajor (de hecho no soy tan fan). Escucho la versión de OndaVaga que, aunque mi hermano diga que no da, a mí me copa. Está muy nublado. Nos dormimos a eso de las 12. Tarde para mí que soy una gallina. Cuando apagué la luz y me abracé a mi almohada, me di cuenta de que no tenía en qué pensar. Es decir: no había esperanzas, ilusiones, proyectos, nada. Ni siquiera un interlocutor privilegiado a quien contarle algo. Ahora puse Nick Cave, como para no cortar el clima bajonero. Finalmente dejamos el lenguado para hoy a la noche. Estoy pensando en matar el estudio y convertirlo en el cuarto de Simón. Estoy pensando muchas cosas y no me las acuerdo. De hecho ayer se me borraron los tres últimos números de mi DNI. ¿Tengo que preocuparme? Solía tener una memoria prodigiosa que me hacía quedar como una freaky. Mal. Me sigo acordando los cumpleaños de mis amigas de la primaria a quienes no veo hace años. Y cosas así. Demasiado para el común de la gente. Mezclado con compulsión a decir la verdad, bueno, me convierte a veces en una persona, por lo menos, rara. Pero ya estoy perdiendo ese skill. Entonces nos preguntamos: ¿queda algo? Pareciera que muy poco. Poquísimo.
Mientras me bañaba en Playa del Carmen, hace unos días me di cuenta de que si por algún motivo llegara a tener que buscar novio en algún momento, este blog sería destruido inmediatamente. Eso después de pensar la descripción de una foto en la que se nota que soy muy paticorti (no soy alta pero no soy petisa: 1.65 y medio me pone levemente por arriba de la media), que no tengo cintura ni tetas y que en la playa se me hacen algo así como rulos (esa era la parte positiva). Si llegara el caso, ¿alguien se podría enamorar de mí? Tengo dudas. Serias dudas. Por mail Ile me dice que me extrañó y coachie también, eso me alegra un poco el día.
Ah ya me acordé. Ayer quería escribir sobre la dimensión del hacer. Ahora que tengo mucho tiempo, me encantaría poder coser. Creo en el hacer como motor, como salvación pero tengo issues con el tema. Muchos. De hecho, si no los tuviera sería feliz, ponele. Muy llamativamente, cuando le pregunté por su formación a mi psi (su tarjeta que me pasó para que tuviera el mail decía TF antes de su nombre) me contó que había estudiado filosofía en África y Europa. Entonces le pregunté más, obviamente, porque soy yo y en lugar de pensar en que me sale muy cara la hora, quise saber. Entonces me enteré que decidió irse de Chile después del golpe embarazada de ocho meses con el que en ese entonces era su marido a quien la ONU (o algo así) le ofreció ocuparse de asuntos ambientales. Y ahí estuvieron dos años y hace 35 que vive acá. De su relato, claro, yo hice lecturas. Del tipo: yo pasé por lo mismo que vos, yo me fui embarazada de mi país (claro que decidió autoexiliarse eternamente pero a ese punto no llegué), vale separarse. Entonces supe que hizo toda la formación psicoanalítica acá pero empezó a tener conflictos con la práctica psicoanalítica porque cree en la dimensión del hacer (entonces terminé de darme cuenta de que éramos almas gemelas, a mí la teoría me parece alucinante pero digamos que la práctica muchas veces deja bastante que desear). Y acá volvemos a lo mismo. A lo de siempre. Hacer. Me cuesta. Y sobre coser: para cualquier manualidad parezco manca. De verdad. Soy torpe y atolondrada. La última vez que intenté hacer una toallita y le pedí ayuda a Xime la dejé azorada. Jamás pensó que alguien podía cortar tan mal. Ahora que se acerca la temporada de forrar con contact, María ya me ofreció su ayuda. Tengo que cambiarme para ir al club. Hacer gimnasia y cortarle el pelo a Tita.
En fin, chicos.
Así las cosas.
Mezcladas.

1 comentario:

Unknown dijo...

Muchos podrían enamorarse de ti