martes, 24 de agosto de 2010

si tan sólo realmente predicara con el ejemplo

Estábamos en el parque con Pau, hablando de cosas, como siempre y se acercó una amiga de María a quien había visto en el mismo lugar el viernes pasado. Después de pedirnos un cigarrillo me dijo: estoy haciendo dieta y todo el tiempo me acuerdo de tí. Es que el día del encuentro estaba también Mercedes y yo rechacé el paquete de papas fritas aduciendo que estaba a dieta, hice toda mi exposición sobre la comida y la voluntad, de cómo uno no puede dejarse vencer por un cacho de morfi y pegó, sí, son esas premisas que tiro al viento y a veces funcionar. Para el resto, claro. Porque yo sigo sin comer cosas ricas pero adelgazar no adelgazo. Porque después de los 30 si querés adelgazar tenés que hacer dieta posta, no cuidarte. Eso: no funciona. Por lo demás, las dos nos pusimos a forrar los putos libros con el contact que pasó a comprar Pau por el Office Max superpoblado. Me quedaron mucho mejor que los años anteriores y lo logramos en tiempo récord (era la primera experiencia de Pau con el tema y creo que inaguró muy bien el temich escolar), a mí me tocaban seis y a ella tres. Marido llegó temprano pero ese capítulo no lo vamos a toca. ¿Ubican lo de irrespirable? Bueno, seguimos en la misma. Me voy a ir a la camuch a ver qué leo. Monsivais me cae mil puntos y está todo bien con Apocalipstick pero creo que necesito ficción pura y dura.
En fin guys.
Así las cosas.
Res non verba.

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