lunes, 19 de septiembre de 2011

alegría de vivir

Los shots de amor son mejor que una droga. Y estarían durando más.

"Lo único que no aguantaría es que te dejaras de reír" dijo marido mientras tomaba su té parado en la cocina y apuraba la tostada con queso crema. Pero si dejo de reírme somos tempura. Esa es LA gracia que tengo. Los nenitos un poco me agotan y otro bastante me dan felicidad. Vivir no me estaría dejando tiempo para mucho más. Besuquié a Camilo mientras lo bajaba del auto para dejarlo en el aguantadero de kids que es la guardería a la que va. Por primera vez entiendo la paparruchada de "disfrutar a los hijos". Tiene sentido.

Cuando Roberta tenía 2, yo estaba ocupadísima sacando financieramente adelante la empresa. De la pobre tengo pocos recuerdos de esa edad. Ni qué hacía, ni qué decía... nada. Una época difícil. Mucho estrés, mucha responsabilidad, pocos años.

De Simón sí me acuerdo, marido lo llevaba a la mañana a Amapola y yo lo iba a buscar, a veces en coche ( me costaba bajarme porque no podía parar de reírme como una imbécil de las estupideces que decían en Perros de la calle), otras caminando, contenta, con panza. Tenía 26. Ese año di clases de español para extranjeros. Una vez por semana me juntaba en un bar con un alumno gringo que me pagaba básicamente para lo que lo escuchase (hablaba castellano perfecto porque había vivido en Guadalajara), lo que le salía muchísimo menos que un analista. Era quemante, de todas maneras. También daba clases en un instituto del centro. Tomaba el 38, me recostaba sobre la ventanilla y venía la ciudad pasar. Le di a una japo que alucinaba con mi maternidad, mi juventud y mi pelo colorado (de hecho se tiñó igual que yo: delirante), un alemán desagradable, unas nórdicas gordich y simpáticas y otros de los que obviamente no me acuerdo. También hacía un grupo de estudio sobre La imagen-movimiento de Deleuze así que me echaba nauseabunda en la cama a ver pelis de Hitchcock (las rentaba en Blockbuster, qué antigüedad... por favor!). Algunas noches iba a un seminario que daba Gonzalo sobre cine argentino en un posgrado de sociales. Iban también Xime y... vaya uno a saber. La memoria es escurridiza.

Pero no era plena como ahora. Siempre había un resto de infelicidat.

Seh, sorry, doy un touch de asqui con tanto sentimiento. Pero este pico de enamoramiento familiar (y sobre todo marital) está durando. Hay que explotarlo.

Ahhhh. No fumarás porro en pipa de agua si tenés tendencia a dejarte ser. Decir cualquier cosa por la vida no es lo más recomendable. Soy una impresenteibol: lo sabemos. En lo de los M, Mer hizo una sopa de tortillas deliciosa, con aguacate, panela, tortillas en tiras, crema y chile (no le puse). Rico postre y después Aguas turbulentas. ¿Ya lo conté, no? No pudimos terminar de ver el drama noruego porque se nos desincronizaron los subtítulos. Teo mandó el link para verlo, lo descargué pero no tuve mucho cuando y menos tuve resto para afrontarlo sola. Les pediré que me cuenten el final (???). El porro me pegó grosso.

Luzma no vino, mandó a la sobrina. La hipocondría a flor de piel. Los grandes tienen after. Hay junta con la arqui en la oficina a las 2pm y ya me quedo por abajo para la clase de las 6 en la Rome... Leeré. Gran programa.

En fin, chicos.
Asi las cosich.

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