domingo, 18 de septiembre de 2011

amor y domingo

¿Hay otra cosa que no sea amor?

Veo a marido buenmocísimo. Se lo digo. Ríe.

No me interesa ser como los demás. Ya no. Es una lucha perdida y sin sentido. Le digo que estoy orgullosa del culo que pegué. Con esfuerzo, horas y horas semanales de elíptica y patinadora para que tenga una curva notable. Al menos en comparación. Los ronquidos de Camilo en el sillón. Sus comentarios surrealistas, su afán de protagonismo. Sus celos. Nadie me celó nunca como él (hablo de mi hijo, claro; a marido le chupa un egg, los celos no son un factor importante en nuestra relación: nunca lo fueron).

Preparé lunch, cambié, insté a dormir. Somos pegados. Nos fastidiamos por momentos pero después somos felices. Nos reímos. El amor. El matrimonio. Más sexo. Siempre. ¿Cómo puede ser tan divertida una institución tan conservadora? No lo sé, no me importa. Desconfío de los discursos cargados, pseudo progres. Todos queremos que nos quieran. Sin excepción.

Comimos carne. Tomamos helado. Caminamos. Entramos a lo de Domi porque nos cruzamos con Lalo en la puerta de su casa. El día estuvo hermoso. Hablamos de planes. Fuimos autárquicos.

Empecé Vivir afuera. La leí cuando salió, en algún viaje familiar pero no recuerdo cual. Tenía 20 ¿habrá sido US? ¿O Brasil? Para variar: no me acuerdo de nada. Nada de nada.

Hora de ir a la cama. Mañana otra vez sopa. Está bien mi sopa, gustosa.

Hola vida cotidiana y alienación: funcionás como antídoto.

En fin.
Así las cosas.

No hay comentarios.: