jueves, 29 de septiembre de 2011

un día nuevo

Estar al borde del llanto durante todo un día no es normal en mí. Sensible. Si no fuera imposible hubiera dudado sobre la posibilidad de embarazo. Si estoy embarazada le voy a poner una bomba a mi ginecólogo en su consul. Sobame la apología de la violencia.

Tenía que ir a pagar el agua y a depilarme las cejas pero me olvidé la factura por lo cual iré mañana. Aprovecharé este rato para trabajar.

Ayer no me bañé, como una forma de entrega a la miseria. Busqué al peque, le di de comer y nos tiramos los dos a pavaear en el sillón. Pura compu. Él se durmió así que a la hora de buscar a Tita tuve que llevarlo en andas, quejoso. Bajé a las Lomas, volví a la plazuela, los dejé a los dos en lo de la pobre María que se apiadó de que el bebé llorara porque su hermana bajaba y él no y subí a Interlomas. En la escuela me dijeron mal la hora así que tuve que sacarlo al Coco del partido pero no daba que María cargara con sus cuatro hijos más los dos más chicos míos. Dejé a Ximena en su casa y después salimos todos al parque. Mi humor no estaba atravesando su mejor momento. Ni mucho menos. Para qué mentir. Grité y dije cosas monstruosas en el camino de vuelta. La paciencia en su mínima expresión. Son días.

Entramos y los metí a los tres en la bañadera justo cuando llegó marido. Está tenso y distante y nuestros planetas no son los mejores amigos. De hecho estuvimos como tres o cuatro días sin coger. Y eso no funciona (no por el sexo sino por la comunicación). Hizo unos fideos con unas verduras y cenando los cinco juntos en la mesa de la cocina, dije Shaná Tová. Tristísimo. De verdad. Pero bueno: es lo que hay. Algún día volveré y festejaré de nuevo con mi familia. O el año que viene las circunstancias serán otras.

A las 10pm estaba dormida. Semi enojada con marido por su mala actitud, semi atorada por los kilos de chocolate chips que me comí por cerda asquerosa.

Ahora estoy con la compu en el club. El gerente de la cafetería me tira una buena onda inexplicable. Guille me salvó la vida y me trajo a Lucy para que le de una rápida limpiada a la casa porque Lupita llamó a María para avisarle que no iba a venir hoy (habíamos quedado que sí) y casi mezclo cianuro con nutella. Pero bueh. A la tarde viene Mer con las pendorchitas para hacerme la vida un poco más feliz. No hice ejercicio porque sigo sintiéndome mal. Esto ya no da pero el 18 tengo turno médico. Y no mucho más. Las reflexiones te las re debo. No me da la cabeza para nada que no sea inmediato. El martes llegan padres. Marido suspendió viaje a NY. Y esperamos a Silvia con esperanzas.

Igual de todo se aprende. (?????????).

Así las cosas, guys.

No hay comentarios.: